jueves, 27 de julio de 2023

Sobre la Feria del Libro y la visita de Jaime Bayly...


Las ferias son vida, y necesarias. 
He ido a tantas a lo largo de los años, y me hicieron una falta terrible cuando por las cuarentenas no los tuvimos; y es que cuando conviene los días no pasan como hojas cayendo en otoño, o invierno, para cumplirse el inicio de la Feria del Libro en Costa Rica. Una amiga y yo, casi como adolescentes antiguas, de las que se escapaban de colegios y padres estrictos para ir a los aeropuertos a esperar a sus cantantes, fans que le llaman ahora, estamos como locas, porque empiece: no solamente porque nos encanta, más yo que ella, que he ido a tantas ferias internacionales sin llegar a cruzarme nunca con él, sino porque los libros, en todas sus versiones y autores me encantan, y porque por primera vez en mucho tiempo va a estar uno de mis autores favoritos: el polémico, irreverente, contundente con su forma de hablar, Jaime Bayly, quién reúne para mí, todas las condiciones que debe tener un autor consciente de su realidad: ser, somos biógrafos de su época, por tanto, nuestra misión es romper estructuras convencionales. 
 
Como él, por su contundencia y forma de ser, YO si quiero ser… 

En 1995, era una recién llegada al Taller del Café Cultural de Francisco Zúñiga cuando me lo presentaron en una conversación Antonio Cardona Cooper, y el mismo Zúñiga Díaz: hablaron de él con tanta admiración que no me quedó de otra que ponerme a investigar sobre él: 

Hijo de una de las familias más importantes del Perú, compuesta por banqueros, mineros y, recordemos que es bisnieto de la escritora Mercedes Gallagher Ortiz de Villate, una voz fuertemente consolidada en los inicios de la literatura feminista peruana, y de políticos muy reconocidos de su país que, tras una discusión familiar a temprana edad se marchó de casa a la de los abuelos, comenzó a trabajar como ayudante de medio tiempo en el diario La Prensa, eventos estos consignados en Los últimos días de La Prensa, sin embargo, ellos hablaban de No se lo digas a nadie, Seix Barral, 1994…(convertida en película de gran transcendencia como ellos dijeron que sucedería, porque esos dos tenían un olfato único para ciertos libros y lecturas, por Francisco Lombardi) que en mucho rivaliza con otro de mis clásicos favoritos; Reinaldo Arenas, autor de Antes de que amanezca: reconozco ahora desde esta lejanía de mujer, afro, heterosexual, que los dos me ayudaron a entender las dimensiones de la sexualidad literaria de los hombres, las mujeres, pero sobre todo el estrecho callejón entre ambos sexos que llamamos heterosexualidad, por el que pude pasar destruyendo, y/o recalificando los mitos populares de la sexualidad que me fueron enseñados por las normas religiosas: por eso pienso que no debió haber sido nada fácil, para un latino, miembro de una familia como la suya instalarse en los Estados Unidos siendo hijo de quienes era, para ser actualmente lo que es: un escritor, terriblemente dotado, y que conoce muy bien qué es, y el uso de la polémica, eso bien se ve: ingresó a la Universidad Católica, para estudiar abogacía, pero terminó en el periodismo.

Casado dos veces, padre de tres hijas, y aunque se haya declarado abiertamente bisexual, tuvo una relación bastante reconocida con un periodista argentino de la que habla en su novela Perú 21, con la misma voz causal con la que hablan los adolescentes de sus grandes amores. A cierta edad, eso se permite pero hay que saber cómo hacerlo, y lo hace del mismo modo en escribió Ahora que soy rico, una columna periodística de self ficción en la que narra que al mismo tiempo en que recibió una jugosa herencia de su madre le fue diagnosticado un tumor cerebral canceroso inoperable, que resultó ser una creación literaria con la que demostró su genio creativo al confundir (y fundir) dentro de una realidad creada un cuento de hadas no verídico, sin caer en lo ficcional con que logró alcanzar un público fiel a él, como explicaría después en Mal nacida felicidad… 

Con los años él, junto a Arenas, Morrison y Angelou, se convertiría en mucho más que mi héroe

personal, porque en cada uno de los ataques culturales o no, que he tenido, su pensamiento, en cada uno de sus textos, aparecen para recordarme que me debe de importar muy poco lo que otros digan, y no debo olvidar quien soy; una escritora que se forjó a sí misma en medio de todos esos cuestionamientos con quienes han querido decirme de qué forma y qué debo escribir, o que lo que he escrito no corresponde a la idónea de cualquier otra/o escritor/a costarricense, o no, porque se piensa que el escritor debe ser influenciable, en lugar de reconocer que es influenciador: saber escribir lo que pensamos, sin problemáticas de ningún tipo, es un arte, me pasa a menudo, y duele cuando me lo han hecho ver, sobre todo ahora que me entero, de que existe un grupo de personas que, incluso dicen en redes y demás que no, no es bueno que venga nena, a participar en la Feria del Libro, porque: 

1. Es gay, bisexual, o de gustos diversos como se dice ahora, como si la vida privada, no fuese importante para otra cosa que, para ser utilizada para materia literaria, lo importante es escribir, con o sin polémica como bien lo mostró el Marqués de Sade, Henry Miller, el mismo Bukowski, mediante el buen uso de la habilidad comunicativa 

2. Es muy despachado para hablar, como si precisamente la literatura actual no exigiera ese tipo de conocimiento, y comportamiento, en ambos casos lo moralistas se queda para los que piensan que con las uvas verdes no se puede hacer vino, y finalmente 

3. Porque poco antes de que se acabara la tregua política para ir a las urnas, desde otro país hizo una serie de cuestionamientos incomodos que para mí resultaron ser tremendamente premonitorias, del proceso político, y del presidente actual: ah brujo, ¿Y, en qué cambió la cosa? ¿Dejaron de ir a las urnas, o se detuvieron a escuchar el sentido de sus palabras y de lo que ha ocurrido hasta ahora? Como una corriente alterna, esos mismos detractores son los mismos que van a todas las manifestaciones en contra de un gobierno, y aquí no debemos hablar de cuestiones políticas sino de Cultura, la cultura que ha sido diezmada, por no decir, limitada y obligada a salir a limosnear como el más torpe de los mendigos en busca de recursos, de personas que ahora dicen tanta basura envuelta en huevo: si hubiesen escuchado, entendido que sus palabras que no eran otra cosa que su incredulidad no tanto como periodista sino como escritor (perdón pero así lo veo: un candidato presidencial que sale de la nada, envuelto en toda clase de rumores que aún así gana la presidencia, y eso que no supo todos los detalles que sabemos los que vivimos aquí todo el proceso, es único y novelable), nos hubieran ahorrado tantas asoleadas y berrinches sociales…

No creo que puedan ser más inconsecuentes con sus ideas, o que estén conscientes de lo que hacen, después de todo, ¿Quién de nosotros no hizo los mismos comentarios? ¿Qué pasaría, si algún día, cualquier feria, incluida alguna nuestra, invitara a la actual vice presidenta del país del Norte, la Chayo Murillo a participar en ella? ¿Actuarían igual con Carlos Alvarado, o algún otro innombrable? Quién esté libre de pecado debería recordar que Jesús perdonó a la Magdalena, no a los apedreadores: No todos, saben que Rosario Murillo no es solo la creadora, (para mí totalmente intencional) de la fealdad política y social de su país, sino que además tiene una trayectoria impresionante como escritora, poeta, académica, que incluye hasta un Maestría, en la Universidad de Lyon II, Francia, y Doctorado en Letras de la Universidad de Lovaina la Nueva, Bélgica, y hay que ver las cosas que ha hablado de Costa Rica. Carlos Alvarado no se queda atrás, por lo que considero que todo este despliegue de banalidades, no es más que no tener ni idea que lo que en verdad importa: que la Feria del libro es un espacio de Cultura, y que la CULTURA no es una escena política sino un espacio de esparcimiento, pero sobre todo que, en cultura la obra es lo que importa. 

Nada más.
No es meterse en la vida privada, política y social de nadie para descalificarlo sin tener una mediada aleatoria, un porqué con letras, puntos y silencios de quién y porqué se le rechaza, y no solo hablar por hablar: podré no llegar todos los días, Barreal me es incómodo por su lejanía, como a muchas otras personas, pero la feria del libro es la feria del libro, y va a tener ese y muchos otros (libros) invitados de honor, y no me resisto a saber más de ellos, por eso si es meritorio hacer el intento de llegar…

Para La Coleccionista de Espejos: Dell

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