La Coleccionista de Espejos

H ace unos pocos días, en lo que podría llamarse la exhumación de un agradable recuerdo, titulo que alguna vez Chico Zúñiga utilizó para referirse al libro de su entrañable amigo, Mario Picado, me pidió, ya no como amiga sino como lectora…como la cabeza de La Coleccionista de Espejos; mi opinión sobre su obra, Avancari   y me metió en un compromiso aun peor: firmar mis declaraciones para asumir responsabilidad por lo que digo, como dijo en su momento Juan Murillo, y esta será la única referencia que haga con respecto a ese nombre, porque fui creada en una cultura que me permite entender y hasta agradecerle, el que haya hecho comprender quién soy yo y el valor de mi conocimiento… Avancari, nombre indígena que el ingenioso guanacastico de Santiago conoce bien me sorprendió, aun más de lo que Chico me profetizó hace años,   mucho más… mis comentarios vienen con los de La Darling (Lorena Navarro), para evitar que un fantasma de esos que dicen yo invento me invite a un Salta...

O RACIÓN Yo te pregunto Dios, Qué camino seguir, Qué pecado llevar, Qué corona ceñir Sobre mi cabeza, Señor? Yo no lo sé, Mi Dios, Yo nada sé. Algunas veces nacemos con un talento único e impresindible que nos encuentra, no importa lo que hagamos para evitarlo. Es el caso de Langston Hughes, Joplin Misuri, Estados Unidos, 1902 – Nueva York, Estados Unidos, 1967; uno de los poetas, novelistas, y columnistas afroamericanos más importantes de los últimos tiempos, cuyo mayor reconocimiento se encuentra orientado por su vinculación con el Renacimiento de Harlem, del que fue uno de sus impulsores.     Como hijo de los estados sureños norteamericanos, fue inscrito con los nombres de James Mercer Langston Hughes, hijo de James Nathaniel Hughes; quién abandonaría mujer e hijo pocos años después para marchar a Cuba y después a México, porque no soportaba el racismo imperante en los Estados Unidos en ese momento, y de Carrie Langston Hughes. Desde esa edad hasta qu...