Elías Zeledón Cartín, gigante de nuestra memoria...

POR Patricia Fumero Vargas El investigador nos legó numerosos libros en los que recopiló documentos esenciales. Conocí a Elías Zeledón relativamente joven, a inicios de mi carrera como investigadora y docente universitaria. Me aproximé a él con los prejuicios forjados en las aulas por mis profesores, quienes afirmaban que la labor del historiador era un quehacer dominado por el “rigor” académico (en realidad, academicista); en efecto, se nos enfatizaba en la necesidad de seguir las normas clásicas de la profesión. Conforme avancé en el proceso de profesionalización, empecé a la vez a separarme de esa rigurosidad e incursionar en temáticas y teorías no consideradas dentro de ese marco. Fue precisamente el descubrimiento de otros caminos los que me llevaron a establecer una relación profesional y hasta cierto punto personal con Elías, así, a secas, y a valorar el trabajo de don Lu...