Con piel y zapatos de mujer...

Querido Dr. Corazón Soy una chica confundida y atormentada por las creencias religiosas que me fueron implantadas a golpes, tanto por mi madre Que de Dios goce y me haga el milagro de guardármela donde no me moleste y de la escuela de monjas, sobre todo la una, dos y tres que solían perseguirme por ahí, para que además de sus consejos aceptara sus favores. — Bueh, eso es otra cosa; porque lo que en realidad me perturba es la truculenta relación de odios y frustraciones que siempre tuve con mi padre que, cuando descubrí las virtudes y desvergüenzas del otro sexo, me trajo al orden con una frasecita proverbial y anónima: — M’hija; recuerde que la mujer DEBE ser deseada y no sobrada. Y listo comenzaron los problemas… a partir de ahí vivo en una resbaladilla constante entre una cosa y la otra, ¿usted podría, por favor aclarar las cosas a esta pobre Alma en pena? Querida Alma en pena: Cuando yo crecía, y fue ayer, que quede claro, a diario me decía...