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Mostrando entradas de enero 23, 2011

Conjuro para que no duela el corazón...

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A Don Chico, mamá, Sandra y a Mario… A veces olvidamos decir las cosas porque simplemente pensamos que siempre van a estar ahí; por eso nuestros muertos se convierten en nuestros amigos, y en un siempre no poder decir que: I Ya no podré decirles que de noche, a veces, lloro por ustedes ni que de día me falta el sueño y me sobra el aire; ni que es tan inmensa y gris esta soledad, la mía, la que llora, única y eterna, siempre traqueando al subir la vieja escalera de mis lagrimas que desde hace mucho no cesan… II No les podré contar nunca más, de lo que corre entre mis dedos. De la larga procesión de hormigas abollando mis costados. Que asediada por quienes siempre sabrán, los que siempre me acusan y esconden la mano, aúllo a este espejo de llamas para ocultar mi inocencia ante la incomprensión, ni tampoco decirles que el ultimo día que hablamos es el mismo que me despierta todos los días; ni que ya no soy la misma, ya no, ahora me oculta tras dudas ajenas. Ni que escribir, ESO, que antes...

Memoria en mi...

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Valeria Varas [...] y llego a los campos y vastas salas de la memoria donde se encuentran los tesoros de innumerables imágenes que mis sentidos han recogido de las cosas de la más diversa índole. Allí está escondido todo lo que pensamos, y engrandecemos o disminuimos o cambiamos todo lo que toca nuestros sentidos, y todo lo que todavía no está absorbido por y sepultado en el olvido, yace allí salvo y guardado... Confesiones: San Agustín No voy, vamos ninguno de los que haremos esta reseña a detenerme (nos) en los textos porque nos es imposible transcribirlos sin hacernos reproches pirotécnicos, de por qué o cuando, comenzamos a escribir desde la memoria, pues finalmente, Imprescindible, el poeta siempre ha de tener algo que decir, y eso es lo que importa… DMcD Según Karl Kohut, en su ensayo investigativo, Literatura y memoria, Universidad Católica de Eichstätt, Alemania, “ La memoria fue muy valorada por las grandes culturas, como resistencia ante el devenir del tiempo”; sin embargo...

Vida Ajena

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Vida ajena. G. A. Chaves San José, Costa Rica. Editorial de la Universidad Estatal a Distancia (EUNED), 2010. Creo no conocer al creador de un libro con un titulo tan singular, como Vida Ajena. Hasta que Santiago Porras me dijo, creo que: "Negra, ¿leiste a G.A. Chavés?, me pareció un tanto desconcertante, debraviano pero mejor. Es bueno ese muchacho…" iba a ignorar todo comentario de este autor; primero porque me pareció parte de una camarilla que me propuse mantener alejada de mi quehacer profesional, pero sobre todo porque a pocos días del anuncio de los premios como si buscase una forma de llamar mi atención, lo digo porque si “siendo amigos” desde el asunto de los premios, me declaró enemistad porque las cosas no se hicieron según su voluntad y conocimiento, de eso me di cuenta por una serie de ataques publicados en Periodico Universidad sin ningun fundamento, porque esa información no se la pudo haber dado nadie, finalmente no me cursó invitaciòn a la presentación de s...