La sombra decapitada

Santiago Porras J. Voy recuperándome, lentamente del encuentro, o más bien reencuentro con este libro, porque su lectura es una buena forma de reunir mente y recuerdo, tiendo a eso, a hacer asociaciones involuntarias de todo lo que leo, y es que la filigrana de este autor siempre me ha capturado, lo que es decir que aprendo cosas nuevas con cada lectura, en sí, el propósito del escritor: informar, persuadir, explicar un fenómeno, entretener, etc.; y para mí, miente quien diga lo contrario porque nuestro desafío como lectores es identificar ese propósito, cualquiera que este sea… Por entendida, toda lectura es un proceso intuitivo que tiene dos niveles: la personal, es decir que uno siempre debe poder leer lo que escribe sin ser un lector amigo , aquel que definía Zúñiga como el absolutamente incapaz de ser imparcial, e incorruptible ante su propia critica; y es que si no se es capaz de tratar un libro con la misma rigurosidad con que se trata lo ajeno, no...