Taller de Creación Don Chico...

Guiones y Transeúntes Harold Herrera Me invitó a salir el sol de la tarde. Resistí la propuesta por un largo, largo rato: el trabajo me tenía encerrado, pero puse en un brazo de la balanza, el feliz pasado natural que bajo el sol tuve; y en el otro, mi presente transformador del tiempo en dinero: computadora, y una oficina que, aunque mía, también encierra. Fue una balanza en cuyo pivote consideré otro peso del futuro ©diciéndome: puede que no haya un mañana... De no haber futuro, me perdería una de mis riquezas: la de recibir el tibio halago del astro mayor, — ya casi oculto — tibia cama en las frías noches decembrinas. Así que, me permití sentarme en la acera, poner los pies desnudos sobre el peligro que significa la calzada, la taza de café caliente en mano, mi cara hacia el soberano que controla el planeta, y exactamente igual como lo hice en mis años sin importarme lo que los transeúntes pensaran: el Real Soberano quizá...