Mary Shelley, o la construcción del amor ideal
¿Qué es el amor? ¿Qué significa
para el hombre, la mujer, o ese mundo intermedio que dicen las nuevas y viejas
convicciones que los hombres son de venus y las mujeres de marte?...¿A quién le
importan los convencionalismos si es el amor lo que buscamos?
El amor ideal, es un tema que
desde la antigüedad se conoce, quizás no de una forma tan determinante como en
Mery Shelley, una de las grandes intelectuales de la época romántica, cuyo
verdadero nombre fue Mary Wollstonecraft Godwin, 30
de agosto de1797 – 1851, narradora,
dramaturga, ensayista, filosofa y biógrafa británica muy reconocida pese a la
época en que vivía: lo que llamamos época gótica-romántica. Sin embargo, su
vida siempre fue una película que el director de esta, y anteriores versiones
siempre subestimó.
Quizás lo más llamativo de ella, es que haya logrado destacar en un mundo
tan antiguo, que las mujeres no tenían mayores derechos que ser trapos de uso
diario que se botaban al final. Ello fue posible gracias al apoyo del padre, el
filósofo político William Godwin y su madre la filósofa feminista Mary
Woostonecraft, la primera feminista y luchadora por los derechos de las mujeres
en la historia londinense, quien murió en el parto de Mary, y que el padre se
preocupó por meterle en la cabeza. Con el segundo matrimonio, preocupado por la
administración de las deudas, porque no hay que negar que pese a todo las
mujeres eran las que diseñaban las economías familiares, continuo con el negocio familiar: una firma editorial llamada M. J.
Godwin, que vendía tanto libros para niños como artículos de papelería, mapas y
juegos, en especial para las mujeres,
que es la línea más antigua de la McCallGrill: desde muy niña trabajó ahí; por
lo que ella conocía por ser una excelente editora, y escritora desde antes de Percy
Bysshe Shelley, incluso es sabido pero no comprobado plenamente que Nanny
McFee, la niñera mágica, o Tinderbell, son de su autoría. Muchas veces usó los
anagramas de los nombres maternos y familiares como seudónimos, pero la verdad
es que siempre se firmó como Mery Woostonecraft.
Sin embargo, el negocio no tuvo éxito y Godwin se vio obligado a pedir prestadas grandes sumas de dinero para
mantenerlo, y solo logra salvarse de la cárcel por moroso por la ayuda de
grandes amigos, incluido el Shelley.
Es por eso, una deuda con el padre, por lo que llegan a conocerse,
primariamente para la publicación de un libro que finalmente derivó en una
relación sentimental que tuvo gravísimas privaciones: contrario a lo que se
interpone en la película, él era un hombre mayor, estaba casado, tenía un hijo de entre 9 y 13 años, hijo de una rica
familia de hacendados quienes le habían reducido su estipendio mensual por su
vida bohemia, entregado a las artes, en lugar de atender asuntos de la familia
como era cuidar la hacienda económica, pero prioritariamente por su amistad tanto
con Lord Byron como con el padre de la Wollstonecraf, a quien consideraban una
bruja, por sus escritos y su forma de ser. Esa consideración se la debe a la
esposa de Percy, quien tras mandarle cartas, presentarse a los lugares a donde
ella concurría, mandaba al hijo a seguirlos, a decirle al padre que volviese a
casa, y después de mandarle a las brujas de EastPeak para recuperar a su
marido, (ante esto existe una interesante anécdota, en la que se dice que una
mañana al abrir la puerta de casa se encontró a las adivinadoras barriendo y
limpiando la entrada y ventanas con el más pulido de los esmeros. Conmovida
salió con un vasito de limonada, ante lo que ellas respondieron: ¿pretende
embrujarnos también, y acabarnos?, y se fueron), hasta finalmente suicidarse
frente a la casa de la Woostonecraft:
vestida para la muerte, el hijo a un lado llorando, toda una semana estuvo
sentada frente a la casa tejiendo una soga con la que se colgó la madrugada del
séptimo día. Ellos no estaban y como prohibió que alguien más bajara el cadáver
hasta que ellos llegaran, y para eso estaba el hijo ahí, así que todo el pueblo
vio la nota de suicidio en la que la maldecía, le decía que con él nunca sería
feliz y que con él nunca tendría hijos. Obviamente el hijo de Percy lo odio de
por vida…
Toda esa situación obligó a casarse un año después, huir del ostracismo social y establecerse por Europa con el apoyo casi
irrestricto de un Lord inglés, caballero del parlamento, del que nadie supo
cómo tenían semejante poder, sobre todo tomando en cuenta que se desarrollaba
casi en directo el juicio mediático de Wilde, y las moralizaciones que se daban
por aquel tiempo, pero claro, ellos estaban destinados a huir porque fueron
delatados por sus sirvientes, que se los habían llevado con ellos, de que Claire
Clairmont, la hermanastra de la Shelley, en cierto modo también amante de los
tres, tuvo una hija de padre desconocido, y aunque no podían decirlo con claridad
todos volvían a ver y decían se parece a Percy. Esa niña sobrevivió a la
maldición de Harriet, la esposa de Shelley, los tres hijos que ella tuvo con
él, incluida la nacida un año antes del nacimiento de la anterior quién fue
finalmente la heredera universal de Lord Byron, murieron sin nacer, o poco
después. Albureados por estos hechos, pero sobre alertados por Byron sobre la
inestabilidad político religiosa que se acercaba a ellos, los Shelley
abandonaron Gran Bretaña en 1818 y se mudaron a Italia, donde su segundo y su
tercer hijo murieron, dos días antes de que naciera su último hijo, el único
que sobrevivió porque él no estaba con ella, y que como todos los demás se
llamaría Percy Florence, 1822, el padre murió ahogado en una tormenta marina en
bahía de La Spezia, Italia. Ese fue el
fin: con la muerte de su Prometeo, nace Frankenstein, el monstruo que
reencarna de la muerte para restablecer el amor ideal…
Un año después, Mary Wollstonecraf regresa a
Inglaterra con su apellido de viuda, Shelley y se dedica a la educación en casa
de su hijo, porque las escuelas y demás por considerar que la madre era un
problema, se negaban a recibirlo. A muerte del hijo mayor de Shelley, en la cárcel, por un oscuro secreto de
chamtage y homosexualismo, desesperado por dejar un administrador de la finca y
heredad familiar, sir Timothy Shelley, padre de Percy ofreció mantener a
su nieto, y a ella darle una generosa cantidad de dinero si ella dejaba al niño
a su cargo y se retiraba. Rechazó la idea, pero sir Timothy ofreció una renta
anual la cual tendría que devolver en cuanto Percy Florence hubiese heredado la
finca) había aceptado mantener a su nieto, y permiso para verlo unas tres veces
al mes.
Mary Shelley murió a los 53 años,
de cáncer cerebral. Por eso, mucho de los biógrafos actuales presumen que la
creación de frankenstein, fue parte de una vida plagada de enfermedades,
probablemente vinculadas al tumor cerebral que acabaría con ella. Ella fue
principalmente reconocida por sus esfuerzos para publicar las obras de Percy
Shelley, por lo que incluso su novela Frankenstein, la cual sigue siendo
ampliamente leída y ha inspirado varias adaptaciones en cine y teatro, fue
asignada durante muchos años a Shelley, y no a ella hasta 1900 aproximadamente,
y se considera precursora de El último
hombre, 1826, Lodore, 1835, y Falkner, 1837.
Para La Coleccionista de Espejos, La Coleccionista de Espejos
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