sábado, 22 de junio de 2019

Con Palabra de mujer...


Mary Shelley, o la construcción del amor  ideal


¿Qué es el amor? ¿Qué significa para el hombre, la mujer, o ese mundo intermedio que dicen las nuevas y viejas convicciones que los hombres son de venus y las mujeres de marte?...¿A quién le importan los convencionalismos si es el amor lo que buscamos?


El amor ideal, es un tema que desde la antigüedad se conoce, quizás no de una forma tan determinante como en Mery Shelley, una de las grandes intelectuales de la época romántica, cuyo verdadero nombre fue Mary Wollstonecraft Godwin, 30 de agosto de1797 – 1851, narradora, dramaturga, ensayista, filosofa y biógrafa británica muy reconocida pese a la época en que vivía: lo que llamamos época gótica-romántica. Sin embargo, su vida siempre fue una película que el director de esta, y anteriores versiones siempre subestimó.  


Quizás lo más llamativo de ella, es que haya logrado destacar en un mundo tan antiguo, que las mujeres no tenían mayores derechos que ser trapos de uso diario que se botaban al final. Ello fue posible gracias al apoyo del padre, el filósofo político William Godwin y su madre la filósofa feminista Mary Woostonecraft, la primera feminista y luchadora por los derechos de las mujeres en la historia londinense, quien murió en el parto de Mary, y que el padre se preocupó por meterle en la cabeza. Con el segundo matrimonio, preocupado por la administración de las deudas, porque no hay que negar que pese a todo las mujeres eran las que diseñaban las economías familiares, continuo con el negocio familiar: una firma editorial llamada M. J. Godwin, que vendía tanto libros para niños como artículos de papelería, mapas y juegos, en especial para las mujeres, que es la línea más antigua de la McCallGrill: desde muy niña trabajó ahí; por lo que ella conocía por ser una excelente editora, y escritora desde antes de Percy Bysshe Shelley, incluso es sabido pero no comprobado plenamente que Nanny McFee, la niñera mágica, o Tinderbell, son de su autoría. Muchas veces usó los anagramas de los nombres maternos y familiares como seudónimos, pero la verdad es que siempre se firmó como Mery Woostonecraft. Sin embargo, el negocio no tuvo éxito y Godwin se vio obligado a pedir  prestadas grandes sumas de dinero para mantenerlo, y solo logra salvarse de la cárcel por moroso por la ayuda de grandes amigos, incluido el Shelley.


Es por eso, una deuda con el padre, por lo que llegan a conocerse, primariamente para la publicación de un libro que finalmente derivó en una relación sentimental que tuvo gravísimas privaciones: contrario a lo que se interpone en la película, él era un hombre mayor, estaba casado, tenía un hijo de entre 9 y 13 años, hijo de una rica familia de hacendados quienes le habían reducido su estipendio mensual por su vida bohemia, entregado a las artes, en lugar de atender asuntos de la familia como era cuidar la hacienda económica, pero prioritariamente por su amistad tanto con Lord Byron como con el padre de la Wollstonecraf, a quien consideraban una bruja, por sus escritos y su forma de ser. Esa consideración se la debe a la esposa de Percy, quien tras mandarle cartas, presentarse a los lugares a donde ella concurría, mandaba al hijo a seguirlos, a decirle al padre que volviese a casa, y después de mandarle a las brujas de EastPeak para recuperar a su marido, (ante esto existe una interesante anécdota, en la que se dice que una mañana al abrir la puerta de casa se encontró a las adivinadoras barriendo y limpiando la entrada y ventanas con el más pulido de los esmeros. Conmovida salió con un vasito de limonada, ante lo que ellas respondieron: ¿pretende embrujarnos también, y acabarnos?, y se fueron), hasta finalmente suicidarse frente a la casa de la Woostonecraft: vestida para la muerte, el hijo a un lado llorando, toda una semana estuvo sentada frente a la casa tejiendo una soga con la que se colgó la madrugada del séptimo día. Ellos no estaban y como prohibió que alguien más bajara el cadáver hasta que ellos llegaran, y para eso estaba el hijo ahí, así que todo el pueblo vio la nota de suicidio en la que la maldecía, le decía que con él nunca sería feliz y que con él nunca tendría hijos. Obviamente el hijo de Percy lo odio de por vida…


Toda esa situación obligó a casarse un año después, huir del ostracismo social y establecerse por Europa con el apoyo casi irrestricto de un Lord inglés, caballero del parlamento, del que nadie supo cómo tenían semejante poder, sobre todo tomando en cuenta que se desarrollaba casi en directo el juicio mediático de Wilde, y las moralizaciones que se daban por aquel tiempo, pero claro, ellos estaban destinados a huir porque fueron delatados por sus sirvientes, que se los habían llevado con ellos, de que   Claire Clairmont, la hermanastra de la Shelley, en cierto modo también amante de los tres, tuvo una hija de padre desconocido, y aunque no podían decirlo con claridad todos volvían a ver y decían se parece a Percy. Esa niña sobrevivió a la maldición de Harriet, la esposa de Shelley, los tres hijos que ella tuvo con él, incluida la nacida un año antes del nacimiento de la anterior quién fue finalmente la heredera universal de Lord Byron, murieron sin nacer, o poco después. Albureados por estos hechos, pero sobre alertados por Byron sobre la inestabilidad político religiosa que se acercaba a ellos, los Shelley abandonaron Gran Bretaña en 1818 y se mudaron a Italia, donde su segundo y su tercer hijo murieron, dos días antes de que naciera su último hijo, el único que sobrevivió porque él no estaba con ella, y que como todos los demás se llamaría Percy Florence, 1822, el padre murió ahogado en una tormenta marina en bahía de La Spezia, Italia.  Ese fue el fin: con la muerte de su Prometeo, nace Frankenstein, el monstruo que reencarna de la muerte para restablecer el amor ideal…


 Un año después, Mary Wollstonecraf regresa a Inglaterra con su apellido de viuda, Shelley y se dedica a la educación en casa de su hijo, porque las escuelas y demás por considerar que la madre era un problema, se negaban a recibirlo. A muerte del hijo mayor de Shelley,  en la cárcel, por un oscuro secreto de chamtage y homosexualismo, desesperado por dejar un administrador de la finca y heredad familiar, sir Timothy Shelley, padre de Percy ofreció mantener a su nieto, y a ella darle una generosa cantidad de dinero si ella dejaba al niño a su cargo y se retiraba. Rechazó la idea, pero sir Timothy ofreció una renta anual la cual tendría que devolver en cuanto Percy Florence hubiese heredado la finca) había aceptado mantener a su nieto, y permiso para verlo unas tres veces al mes.

Mary Shelley murió a los  53 años, de cáncer cerebral. Por eso, mucho de los biógrafos actuales presumen que la creación de frankenstein, fue parte de una vida plagada de enfermedades, probablemente vinculadas al tumor cerebral que acabaría con ella. Ella fue principalmente reconocida por sus esfuerzos para publicar las obras de Percy Shelley, por lo que incluso su novela Frankenstein, la cual sigue siendo ampliamente leída y ha inspirado varias adaptaciones en cine y teatro, fue asignada durante muchos años a Shelley, y no a ella hasta 1900 aproximadamente, y se considera precursora de El último hombre, 1826, Lodore, 1835, y Falkner, 1837.



Para La Coleccionista de Espejos, La Coleccionista de Espejos
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