miércoles, 13 de septiembre de 2023

Quince de Septiembre...

 

I

En un Azul cualquiera,

las montañas, 

platina con una pizca de ocre,

todo lo demás se diluye en las crines agitadas de

sus costas Caribe y Pacífico,

en medio un juego de memorias

que viene y va, como las olas rotas del silencio cantando

                                                           Morena de mi vida

te vengo a cantar mis penas

a recordarte el día

en que vistes el alma mía...


II

Mi país;

es tan pequeño,

          pequeño,

que colgó de la alambrada de los años

la pluma ondeante de mi memoria:

los días tenían un color distinto

de montañas, planicies, cerros,

valles y bosques melancólicos,

en que vivo YO siempre cantando 

Yo no envidio los goces de Europa,
la grandeza que en ella se encierra;
es mil veces más bella mi tierra
con su palma, su brisa y su sol.

 

III

 En mi país

de primero a sexto grado,

los meses cambiaban como el tornasol

de los girasoles que

de junio a setiembre desfilaban lentas

por los costados de mis cuadernos

con su

 

tarde divina
y el contorno se mira sangrar

 

Cuando era niña, los meses tenían un acento y un sabor distintos

pero cuando llegaba setiembre,

cambiaban los colores del día,

tenía uniforme con olor a nuevo,

y las personas gozaban 

un algo distinto en la

elegante y sinuosa sonrisa de la tersura del sol,

cantando

                     marimbas que truenan lejanas

                     y la pampa se vuelve inmortal.


Eran años cortos creciendo con uno

ahora repaso con lenta letra,

el borrón del tropel de las ventanas guindado de banderas,

la curveada congregación de escolares,

y mientras el desfile de faroles que ya nunca volverán para mí,

se pierde en los arreglos finales del acto cívico,

me veo alineada,

                    la última o primera de una fila larga,

  la mirada al frente, y la mano en el pecho,

extendiendo entre mis dedos el susurro famelico de

 

Los hijos del pueblo
levanten la frente
al sol refulgente de la libertad.


IV


Ahora repaso con lenta letra,

el borrón del tropel de las ventanas guindado de banderas,

Los hijos del pueblo
levanten la frente
al sol refulgente de la libertad.


Eran años cortos que crecieron conmigo,

y la patria que comenzaba a entender me entraba completa

como una cruz de oro que colgaba de mis labios:

Costa Rica es mi patria querida,
vergel bello de aromas y flores
cuyo suelo de verdes colores
densos ramos de flores vertió..
.

V

 

Los años ya no vienen como antes venían,

pero mantienen el recuerdo de calles tibias,

bailes folclóricos abanicando el calor de las ventanas,

con su blanco, azul y rojo,

claro-oscuro

de puertas enlutadas

con crespones de colores patrios,

esperando los desfiles aglutinantes de las escuelas llevando el ritmo de…

 

Yo te llevo en el pecho
como una perlita gata
que adoraron los indios
al nacer la luz del alba.

 Ahora los años me vienen de más cerca,

pero no traen calles tibias con los bailes folclóricos,

ni el serial color de la fila bailante de los tambores,

ni el eco suave de la única cosa de la escuela que era mía,

mi sombra:

 Yo era la niña negra que no sabía si tenía patria o no,

  o que era patria,

   porque era única y solitaria en ese mar de azules y blancos

que,  como todos los demás cantaba

 

Salud, noble bandera
de blanco, azul y rojo;
jamás ningún sonrojo
fue mancha a tu esplendor…

 

                                                          VI

En setiembre, el cielo nuevo de la letra clara y tristona

de mi profesor de música escribiendo…

                                                      Noble patria, tu hermosa bandera

expresión de tu

vida nos da;
bajo el límpido azul de tu cielo
blanca y pura descansa la paz.

 

VII

La septiembre que recuerdo

tenía la cursiva y buena letra de las golondrinas,

que visitaban las aulas por las tardes,

estas, no las tienen porque en aquel tiempo mi patria,

era igual a una de esas golondrinas de vuelo libre

con cuyo trinar aprendía, que a este

pequeño país,  

 

La defiendo, la quiero, la adoro,
y por ella mi vida daría,
siempre libre ostentando alegría
de sus hijos será la ilusión...

 

En este país pequeño vivo yo,

y cada día 

pese a todo, 

más la amo como es…



De San José, ciudad imposible de olvidar…

                                                                    Dlia Mc Donald Woolery

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