Desde que la conozco, a mediados de la década de 1960, ha alternado su
papel de esposa, madre e hija con la entrega entusiasta a los asuntos
culturales; siendo otra de esas personas que laboran en silencio en lo que
creen, sin aspavientos, sin más auto promoción que la satisfacción por un
trabajo bien hecho.
Fue residente de prácticamente todas las zonas del área metropolitano de la ciudad capital.
Por dificultades económicas se vio forzada a interrumpir sus estudios, y
mientras estudiaba SECRETARIADO trabajó en las tiendas Ramírez Valido, y luego
en tienda Simón, llevando también cursos de estética y belleza.
Desde niña, dice, tanto mi papá, al llevarme después de Misa de Tropa, a las 10, los domingos en la Catedral Metropolitana y los miércoles, religiosamente al Quisco del Parque Central, a las siete de la noche a escuchar a la Banda de San José, y mi madre, inculcarían en mí el amor por la cultura, la estética y las artes en general: desde niña recibí clases con Olga Franco, Peggy y Elizabeth O’neil y, Roberto Snovan. Posteriormente con Marina Durán, recibí clases de ballet clásico; siendo prácticamente la única negra con esa formación. Luego por iniciativa propia estudiaría danza moderna por ocho años con Mireya Barbosa.
La antigua Escuela América donde hoy se encuentra el Centro
Comercial Las Américas de la avenida segunda; fue donde hizo la
primaria. Parte de la secundaria la hizo en el Colegio Superior de
Señoritas. La segundaria la terminaría mediante Bachillerato por Madurez.
Mamá siempre tuvo la Pastelería
El Oriente, en Avenida San Martin, avenida 10. Años después, la
trasladaría del antiguo cine Moderno 350 al norte de la estación del Pacifico,
lugar donde me casé, en agosto de 1962, con el Ingeniero Agrónomo Garrett
Britton Riley.
Al casarse con Garret Britton Riley, se mudan a Guápiles, Línea Vieja de Limón. Allí aplicando sus conocimientos de belleza trabaja desde su hogar…En esa época nacen Seidy Esmeralda y Carol Patricia Britton González, violista, ex integrante de la Sinfónica Juvenil, diplomática por diez años en Sao Paolo y Rio de Janeiro, Brasil, y activista étnica. Garret Francisco, publicista y fotógrafo en el campo profesional, nacería nueve años de después de Carol, cuando ya vivíamos en San José.
Ni trabajos ni estudios, ni nada pudo interponerse entre Esmeralda y su amor por las artes y la cultura. Siempre dijo presente como aprendiz, participante o simple espectadora, y esta afición la ha legado a sus hijos.
Para La Coleccionista de Espejos:
Franklyn Perry et Dlia McDonald
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