Si bien la más
conocida de sus miembros fue Emily Jane Brontë, autora de Cumbres borrascosas,
hemos de decir que en realidad toda la familia tuvo la misma simbología
artística: por eso hemos decidido dedicar este y el siguiente apartado a los
olvidados, Patrick Brontë, padre e hijo.
El
fundador de la familia Patrick Brontë, (quien sobrevivió a todos
sus hijos y familia puesto que murió a los 84 años en Hawort, Yorkshire el 7 de junio de 1,861.), nació en el Emdale, Condado de Down, actual
Irlanda del Norte, el 17 de marzo de 1,777, decidió desde muy joven que crearía
su destino y familia a pesar de lo que otros quisieran decir, y es un verdadero
ejemplo de lo que el poder de decisión puede hacer.
Siendo el mayor de los diez hijos del matrimonio formado por Hugh Brunty
y Eleanor McCrory, unos humildes granjeros irlandeses del condado de Down,
trabajando en una herrería, aprendió por iniciativa propia unas cuantas letras básicas
del alfabeto, cambió la ortografía del apellido familiar a Brontë, porque ya había
decidido abrir su propia escuela en Drumballerony; un pueblo cercano de ahí su carácter
extraño, imaginativo y fuerte en sus convicciones por lo que fue etiquetado de
loco. Su pasión y logros con los niños de la comunidad llamó la atención del
vicario anglicano de la comunidad, Thomas Tighe, quien lejos de censurar su
actividad lo contrató como tutor de sus hijos. Gracias a ese impulso, y al aval
de Tighe pudo estudiar en el St. John’s College de Cambridge, Inglaterra.
Pese a que su locura estuvo siempre por
delante de él, fue un escritor bastante prolífico, y uno de los más reconocidos
de la era pre-victoriana. Publicó su primer poema, Winter Evening Thoughts,
en un periódico local, en 1810 y su primer libro, una colección de poemas
morales, Cottage Poems,
apareció en 1811. A lo largo de su vida publicó otras muchas obras, entre las
que destacan The Cottage In The Wood
(1816) y The Maid of Killarney
(1818).
Para 1,807 ordenado
pastor anglicano, su primer trabajo fue la de vicario adjunto de Wetherfield,
Essex; pero por su carácter fue de vicaria en vicaria hasta que en 1,812 John
Fennell, un ex maestro de escuela, y líder de la clase Metodista en Penzance y Wellington, Shrophire,
fue nombrado director del recién abierto Grove
School, Woodhouse en Rawdon, para los hijos de los ministros
metodistas; necesitado de examinadores externos para sus estudiantes e invitó a
Patrick para servir como tal en Woodhouse Grove, donde conoció a Branwell, hija de un próspero mercader de Cornualles,
y sobrina de John Fennell quien estaba de visita en el lugar para tomar las
riendas de la casa del directo de Woddhouse quien acababa de enviudar. Lo de
ellos fue amor a primera vista, así que a nadie le extrañó que se casaran a
finales de diciembre de ese mismo año.
Su primera casa común fue en Hightown, sitio
ese en que nacieron sus primeros hijos, María 1,814, y Elizabeth 1,815. Cinco
años después fue nombrado vicario perpetuo de Haworth, Stanbury y Oxenhope,
junto con la parroquia de Bradford. En Thornton, un pequeño pueblo al oeste de
Bradford, nacerían el resto de sus hijos: Charlotte, 1816, Branwell 1817, Emily
Jane 1818, y Anne (1,820). Veinte meses después, María Branwell moriría de lo
que ahora sabemos era Cáncer Ovárico.
Durante meses, y hasta la
muerte de la madre, hizo mascaras en yeso de ella, para después, de acuerdo a
las costumbres de la época alejar a sus hijas de él, enviándolas al Clergy
Daugthers, en Cowan Bridge (Lancashire), un internado para señoritas ubicado a
varios kilómetros de distancia, y dedicó todo su tiempo a Branwell, sobre quien
tenía cifradas todas sus esperanzas del legado familiar. La bebé quedó al cuido
de una tía. La lejanía de sus hijas no duró más de unos meses, cuando las dos
menores, Charlotte y Emily Jane fueron enviadas de vuelta por la epidemia de
tuberculosis que asoló la institución donde estudiaban y que finalmente,
terminó con la vida de María y Elizabeth, convertidas en designios divinos según
el padre a los 11 y 10 años; las demás estarían destinadas a llevar el mal
hasta el fin de sus días.
Después de la muerte de
sus hijas mayores, los años transcurrieron bajo el cuido y vigilancia de la tía Jane, hermana
de María él estimuló las primeras letras de sus hijos mediante la lectura de Blackwood's
Magazine, en el que descubrieron la obra de Lord
Byron como héroe de todas las audacias,
pero su dedicación seria siempre para el hijo al que las hermanas considerarían
por siempre el favorito. Todos admiraban la pintura y la
arquitectura fantástica de John Martin por lo que les fue fácil la creación de un mundo de ficción formado por
tres países imaginarios —Angria, Gondal, propiedad de Charlotte, y su
hermano y Glass Town, que era el de Emily y Anne— por el que solían jugar
a inventarse historias que escribían, y que Branwell, de 6 o 8 años, ya era un
artista plástico más que dotado, participaba tanto en la creación de los textos
como con la ilustración de los mismos. Esos cuadernos nunca fueron encontrados
en el medio millar de cartas y documentos, entre otros, que fueron celosamente
cuidados por Ellen Nussey, buena amiga de Charlotte, cuando su esposo mandó
destruir todo lo que ella había escrito desde su infancia.
Patrick Brontë padre pintado por Patrick Brontë hijo |
Para la Coleccionista de
Espejos: La Coleccionista de Espejos
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