lunes, 23 de marzo de 2020

Un vistazo al Genio,,,



 Existen familias en las que el arte y la cultura tienen origines misteriosos, y podría decirse incluso que la locura lleva una gran dosis de realidad: es el caso de los BRONTË.

Si bien la más conocida de sus miembros fue Emily Jane Brontë, autora de Cumbres borrascosas, hemos de decir que en realidad toda la familia tuvo la misma simbología artística: por eso hemos decidido dedicar este y el siguiente apartado a los olvidados, Patrick Brontë, padre e hijo.

El fundador de la familia Patrick Brontë, (quien sobrevivió a todos sus hijos y familia puesto que murió a los 84 años en Hawort, Yorkshire el 7 de junio de 1,861.), nació en el Emdale, Condado de Down, actual Irlanda del Norte, el 17 de marzo de 1,777, decidió desde muy joven que crearía su destino y familia a pesar de lo que otros quisieran decir, y es un verdadero ejemplo de lo que el poder de decisión puede hacer.

Siendo el mayor de los diez hijos del matrimonio formado por Hugh Brunty y Eleanor McCrory, unos humildes granjeros irlandeses del condado de Down, trabajando en una herrería, aprendió por iniciativa propia unas cuantas letras básicas del alfabeto, cambió la ortografía del apellido familiar a Brontë, porque ya había decidido abrir su propia escuela en Drumballerony; un pueblo cercano de ahí su carácter extraño, imaginativo y fuerte en sus convicciones por lo que fue etiquetado de loco. Su pasión y logros con los niños de la comunidad llamó la atención del vicario anglicano de la comunidad, Thomas Tighe, quien lejos de censurar su actividad lo contrató como tutor de sus hijos. Gracias a ese impulso, y al aval de Tighe pudo estudiar en el St. John’s College de Cambridge, Inglaterra.

 Pese a que su locura estuvo siempre por delante de él, fue un escritor bastante prolífico, y uno de los más reconocidos de la era pre-victoriana. Publicó su primer poema, Winter Evening Thoughts, en un periódico local, en 1810 y su primer libro, una colección de poemas morales, Cottage Poems, apareció en 1811. A lo largo de su vida publicó otras muchas obras, entre las que destacan The Cottage In The Wood (1816) y The Maid of Killarney (1818).

Para 1,807 ordenado pastor anglicano, su primer trabajo fue la de vicario adjunto de Wetherfield, Essex; pero por su carácter fue de vicaria en vicaria hasta que en 1,812 John Fennell, un ex maestro de escuela, y líder de la clase Metodista en Penzance y Wellington, Shrophire, fue nombrado director del recién abierto Grove School, Woodhouse en Rawdon, para los hijos de los ministros metodistas; necesitado de examinadores externos para sus estudiantes e invitó a Patrick para servir como tal en Woodhouse Grove, donde conoció a Branwell, hija de un próspero mercader de Cornualles, y sobrina de John Fennell quien estaba de visita en el lugar para tomar las riendas de la casa del directo de Woddhouse quien acababa de enviudar. Lo de ellos fue amor a primera vista, así que a nadie le extrañó que se casaran a finales de diciembre de ese mismo año.

 Su primera casa común fue en Hightown, sitio ese en que nacieron sus primeros hijos, María 1,814, y Elizabeth 1,815. Cinco años después fue nombrado vicario perpetuo de Haworth, Stanbury y Oxenhope, junto con la parroquia de Bradford. En Thornton, un pequeño pueblo al oeste de Bradford, nacerían el resto de sus hijos: Charlotte, 1816, Branwell 1817, Emily Jane 1818, y Anne (1,820). Veinte meses después, María Branwell moriría de lo que ahora sabemos era Cáncer Ovárico.

Durante meses, y hasta la muerte de la madre, hizo mascaras en yeso de ella, para después, de acuerdo a las costumbres de la época alejar a sus hijas de él, enviándolas al Clergy Daugthers, en Cowan Bridge (Lancashire), un internado para señoritas ubicado a varios kilómetros de distancia, y dedicó todo su tiempo a Branwell, sobre quien tenía cifradas todas sus esperanzas del legado familiar. La bebé quedó al cuido de una tía. La lejanía de sus hijas no duró más de unos meses, cuando las dos menores, Charlotte y Emily Jane fueron enviadas de vuelta por la epidemia de tuberculosis que asoló la institución donde estudiaban y que finalmente, terminó con la vida de María y Elizabeth, convertidas en designios divinos según el padre a los 11 y 10 años; las demás estarían destinadas a llevar el mal hasta el fin de sus días.

Después de la muerte de sus hijas mayores, los años transcurrieron bajo el cuido y vigilancia de la tía Jane, hermana de María él estimuló las primeras letras de sus hijos mediante la lectura de Blackwood's Magazine, en el que descubrieron la obra de Lord Byron como héroe de todas las audacias, pero su dedicación seria siempre para el hijo al que las hermanas considerarían por siempre el favorito. Todos admiraban la pintura y la arquitectura fantástica de John Martin por lo que les fue fácil la creación de un mundo de ficción formado por tres países imaginarios —Angria, Gondal, propiedad de Charlotte, y su hermano y Glass Town, que era el de Emily y Anne— por el que solían jugar a inventarse historias que escribían, y que Branwell, de 6 o 8 años, ya era un artista plástico más que dotado, participaba tanto en la creación de los textos como con la ilustración de los mismos. Esos cuadernos nunca fueron encontrados en el medio millar de cartas y documentos, entre otros, que fueron celosamente cuidados por Ellen Nussey, buena amiga de Charlotte, cuando su esposo mandó destruir todo lo que ella había escrito desde su infancia.

Patrick Brontë padre pintado por Patrick Brontë hijo 
Patrick nunca más se casó porque adoraba cada punto de la memoria de su esposa; y prácticamente nadie supo que el cuido de Branwell, que era tanto nombre como apellido de ella, estaba destinado a la creación de pictogramas de su madre en distintos lugares y paredes de la casa, pero cuando pero cuando concluyó y no mostró las aptitudes deseadas, que desarrollaron las hijas su carácter maniático violento, volvió hasta las alturas: lo dejó a su suerte; y se dedicó a la meditación contemplativa de la vida, dedicaba largas horas a la conversación con los pictogramas de su mujer que le hiciera el hijo y que permanecen en las paredes de la casa pastoral y no le interesaba mucho de lo que ocurriese a su alrededor hasta el día de su muerte. Sin embargo, debe agradecérsele la creación del Museo Brontë Parsonage, en Yorkshire dedicado a la familia.



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