¿Qué lengua se habla en Limón? El debate sigue abierto
Alejandro Portilla Navarro |
Criollo limonense, inglés de Limón, patuá, mekaytelyuw. Esos son solo algunos de los nombres con los que se denomina a la lengua que se habla en la región atlántica de Costa Rica. Más allá de solo ponerle un nombre, el debate conlleva una cuestión más de fondo: ¿es una lengua o es un dialecto del inglés?
Es una discusión que lleva años, y no se trataba de llegar a un consenso en una tarde. Sin embargo, La III Semana de la Diversidad Lingüistica celebrada en la Universidad de Costa Rica, sirvió para conocer los distintos puntos de vista que existen al respecto.
La clasificación del criollo limonense como un idioma o como un dialecto tiene un peso significativo en la definición de las acciones que pueden contribuir a su rescate y promoción. Mientras algunos lingüistas abogan por dotarlo de una gramática y ortografía propias y enseñarlo como idioma, otros especialistas y hablantes de la lengua la defienden como una variedad del inglés y buscan que se reconozca como tal.
René Zúñiga es un lingüista de la Universidad Nacional de Costa Rica que se ha dedicado a investigar el criollo limonense. A su parecer, el problema es que incluso dentro de la propia comunidad caribeña “la identidad lingüística entre los hablantes es bastante diversa”. Sin embargo, está convencido de que, estructuralmente, la lengua de Limón ya dio el salto y debe considerarse como un idioma aparte.
Zúñiga es el autor de la primera gramática del criollo limonense, próxima a publicarse, y además es uno de los impulsores de que se incluya en la Constitución Política de Costa Rica como una lengua regional.
Su colega de la Universidad de Costa Rica, Mario Portilla, tiene una visión opuesta. Para él, al tener el criollo limonense una base de más del 98% de vocablos provenientes del inglés, y ser inteligible con este, debe considerarse apenas una variedad de dicho idioma. Esta es una posición que comparten varios hablantes, quienes siempre han considerado que en sus casas se habla el inglés.
El escritor limonense Quince Duncan considera que la lengua criolla ha perdido su estatus, y que diferenciarla del inglés solo contribuye a ello, al punto que se le ha llegado a llamar despectivamente broken english (inglés descompuesto). “La estrategia de enseñar inglés como segunda lengua en Limón ha sido desastrosa, porque los profesores no tienen un dominio oral de la lengua. Sin embargo, les dicen a los estudiantes que lo que ellos hablan no es inglés”, afirma.
Pese a ello, Duncan es consciente de que “es necesario conservar la lengua criolla porque es parte de nuestra cultura. Pero también es necesario revitalizar la enseñanza del inglés estándar que es la que nos da de comer”. Para Portilla, enseñar inglés estándar en Limón no riñe con la preservación de la lengua criolla, pues se trata de un caso de diglosia similar al que se da en muchas otras lenguas. En Limón, por ejemplo, han circulado diarios y libros de texto escritos en inglés estándar, aunque la gente habla su propia variedad de la lengua.
En lo que sí parece haber un consenso es en que el criollo limonense es fundamental en la cultura de aquella región, aunque en los últimos años su uso ha venido decreciendo, sobre todo en las nuevas generaciones y en aquellos limonenses que han migrado a otras partes del país. “El criollo limonense es una parte inherente de la cultura. Y además, una de las formas de demostrar que usted es limonense es la capacidad de intercalarlo con el español. Usted puede aprender el idioma, pero esa combinación es algo que solo logramos los limonenses”, explica Annabeth Gordon, hablante del criollo que participó en el conversatorio.
Franklin Perry, otro de los invitados, instó a los lingüistas a divulgar y compartir más su trabajo con la comunidad limonense, de forma que puedan trabajar juntos en la definición y conservación de su lengua. Tanto Zúñiga como Portilla coinciden en que es necesario que los hablantes también asuman su rol y hagan patente su interés en preservar el criollo limonense.
El criollo parece perder terreno ante el español (la lengua oficial), e incluso el propio inglés (sobre todo la variante americana, cuya enseñanza como segunda lengua prolifera en todo el país). Para Portilla, “la decisión debe salir de la propia comunidad, si se habla o no se habla la lengua”, algo que Zúñiga enfatiza: “solo los hablantes de la lengua dirán si el criollo limonense se extingue o no se extingue”.
Texto y fotos tomados de Facebook, del perfil de Frankyn Perry
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