La literatura de los
Estados Unidos puede estudiarse, o bien dentro de la Literatura Inglesa, o bien como otra tradición literaria aparte
pero se ha de dejar en claro que sus comienzos derivan de formas y estilos
europeos. Por ejemplo: Wieland y otras novelas
escritas por Charles Brockden Brown, imitan de manera con claridad la novela
gótica inglesa, escritas entre 1771 y 1810, por cuya influencia incluso las
historias de Rip Van Winkle y The legend of Spleepy Hollow, parecen
europeas a pesar de su escenario estadounidense.
Debe entenderse que el
simbolismo, el realismo y el naturalismo, lo que aquí en Costa Rica se conoce
como transcendentalismo y literatura de la frontera, nacen de ese tiempo y
todas con excepciones notorias evolucionan de distintas. Y fuera del anterior, pensemos
en que son pocos los dan pie al inicio de la literatura norteamericana.
Entonces, puede que el primer
escritor estadounidense con una nueva forma de entender la ficción y la poesía
fuese Edgar Allan Poe, 1809-1849, quien en 1835 comenzó a escribir The Masque of the Red Death, The
Pit and the Pendulum, The Fall of the House of Usher, y The
Murder in the Rue Morgue, cuyos personajes atravesaban fronteras que
llevaban de la ficción hacia el misterio, el terror y la fantasía.
A su lado, más bien competidor
de Poe aunque no sea muy conocido, Nathaniel Hawthorne, 1804-1864, compiló
en 1837 Twice-Told Tales, un libro cargado de referencias simbólicas e
incidentes misteriosos. También escribió romances de mayor extensión, novelas
alegóricas que exploran temas como el pecado, el orgullo y la represión de los
sentimientos que culminan en su obra maestra La letra escarlata, todo
acaecido en la Nueva Inglaterra
donde creció.
Amigo de Hawthorne, Herman
Melville, 1819-1891, autor de novelas de corte especulativo y filosófico,
cuyos trabajos más elaborados casi no se vendieron y ha permanecido olvidado
durante mucho tiempo hasta que escribió Moby Dick, se vio influido por la
obra del anterior, pues es del todo claro que una aventura ambientada en una
travesía de balleneros, se convierte en el vehículo para analizar temas tales
como la obsesión, la naturaleza de lo diabólico y la lucha humana contra la
naturaleza, tesis que reforzada en Billy Bud, en que dramatiza el
conflicto entre el deber y la compasión a bordo de un barco en tiempos de
guerra.
Posterior a ellos, Ralph Waldo Emerson,
1803-1882, principia a ser conocido literariamente a partir de 1836, con Nature, en él Emerson afirmaba que era posible elevar el estado
espiritual del individuo estudiando y dando respuestas al mundo que nos rodea.
Su trabajo no sólo influyó a los escritores que le rodeaban, con quienes formó
el movimiento conocido como Trascendentalismo, sino también a
buena parte de quienes escucharon sus conferencias.
El compañero más sobresaliente
de Emerson fue Henry David Thoreau, 1817-1862, autor de Walden, extensas memorias escritas
en solitario durante dos años en una
cabaña al lado de una laguna, convencido inconformista que abogaba por la
resistencia contra lo que dicta la sociedad. Sus escritos radicales expresan
una tendencia profundamente arraigada hacia el individualismo del ciudadano
estadounidense.
Lejos
de la Costa Este, en el estado-frontera de Misuri, es Mark Twain, (seudónimo
de autor de Samuel Clemens, 1835-1910), fue el primer escritor cuyas obras, maestras
desde el principio, Vida en el Misisipi, y
la novela Las aventuras de Huckleberry
Finn, cambió la forma en que los estadounidenses escribían su propia
lengua, por su marcada influencia regional, que influido por el periodismo,
plasmaba las variedades dialectales de las lenguas vernáculas de sus
personajes. Su lenguaje directo, sin adornos, pero a la vez muy sugerente y
tremendamente divertido.
Finalmente, Henry
James, 1843-1916, un desafio para cualquier lector sus intrincadas y
tremendamente pulidas oraciones en las que disecciona hasta los más pequeños
matices de las emociones de sus personajes, por quien aunque nació en Nueva
York, pasó buena parte de su vida en Inglaterra, por lo que confrontó en sus
escritos el dilema entre el Viejo y el Nuevo Mundo. Sus trabajos más accesibles
son las novelas cortas Daisy Miller, y La vuelta de tuerca...
Para La Coleccionista de Espejos:
Dr. M.L. Calebth Aguilar F.
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