Clotilde Ortega Elizondo
Ya casi nítida
como una víctima
que no hace química.
A primera vista, no tiene mucho
que decir, pero son interesantes sus libros: Versículo Vital,
Ánimo Esdrújulo y Zoon Poetikón, pero tienen lo suyo, y son mucho,
mucho más profundo de lo que se ve a simple vista.
Desde siempre creo
que existe una palabra en cada cosa que vemos y, que en cada mujer poeta, una
forma distinta de poesía, luz y sombra que las nutre y convierte en palabra. Es
decir que, cada palabra es un ser palabra, por eso, nunca he considerado
posible que el poeta nace diciéndose poeta, sin que nadie más se lo diga, lo
sabe y eso, es lo que importa...
Por eso, es importante la forma en
que se sostiene y se construye a sí misma.
En ese sentido, el trabajo de Clotilde Ortega,
es un excelente ejemplo de lo que pueden lograr aquellos que escriben con
realismo lo que llevan dentro y que germinante, germinando, una flor negra en
un marco oscuro, que casi como generación espontánea, desde la pesadez de lo cotidiano,
y por esa cotidianidad, que nos envuelve a todos, y que es muchas veces un
trabajo que parece pesado hasta que uno pone atención a lo que hay en el fondo
no se da cuenta de que la imagen es algo más: un compromiso, que se forma a sí
misma como una imagen que como tal, toma vida, provocando una sensación de
asombro con cada palabra que descifra lo escrito.
Amo la lírica/ caleidoscópica
y carismática/ en su versículo/
de lo esotérico
Es ahí cuando empieza la magia...
Un segundo acercamiento, nos hace
ver que, igual que cuando mira una de cerca los pétalos de una flor, y descubre
los espacios en que la naturaleza de la poeta también hace lo suyo: como flores
en desbandada, cayendo desde el cielo, muchos de los poemas, son en realidad
pintados por el ingenio de un artista particular que, desde una esquina pequeña,
desligándose de sentidos ajenos, esparce un punto de luz, poco a poco, se
vuelve el relieve de su caligrafía, sombra y los colores que, al no apartarse una
de la otra, reflejan una flor distinta, no por su color, textura, o por como la
llamemos, sino por lo que vemos de ella cada vez que miramos: enfoque
meticuloso e impecable creación que también nos recuerda que, si el mundo real
es hermoso, cuánto más puede ser uno que todos podemos vislumbrar con una
observación…
A través de la niebla/y de la noche/ veo unos ojos
que miran con ternura, /unos ojos/que navegan muchas vidas,
y que están a un mismo tiempo/en la penumbra,/en el aire,/
en el viento/y la poesía.
Por eso captura, sostiene y llena
de una iluminación interior y un color trascendentemente poético…
Buen logro.
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Art Poetica
Clotilde Ortega Obregón: 12 de abril de
1947, Naranjo de Alajuela, pero josefina por decisión tanto de la madre como
del padre, por lo que la primaria y segundaria las cursó en la Vitalia Madrigal,
y el Colegio Nuestra Señora de Sion, Moravia. Diplomada de conclusión de
Estudios de la Lengua, y la Civilización Francesa, Licenciada en Derecho y
Notaria Pública por la Universidad de Costa Rica, laboró tanto como profesora,
en Universidades Públicas y Privadas, como en el Poder Judicial donde se
desempeñó como Defensora Pública, alcaldesa y Jueza de instrucción penal,
terminó siendo Procuradora de Alajuela de 1983 al 2000.
Para La Coleccionista
de Espejos: Dlia McDonald Woolery
Foto y poema tomados de internet
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