Para Patricia Neal and Jennifer Clarke
Glenda May Jackson nace el 9 de mayo de 1936 en Birkenhead, Cheshire, England. Su padre fue un albañil, luego constructor, llamado Harry Jackson y su madre limpiaba tiendas, llamada Joan Jackson. La pareja tuvo 4 hijas. Glenda era la mayor algunos sostienen que completó la secundaria, otros aseguran que no se graduó, lo cierto es que después de trabajar en una farmacia y actuar en algunas obras artesanales, se gana una beca para estudiar teatro en la prestigiosa Royal Academy of Drama a los 16 años.
Se ha apoderado de todos los premios, inclusive rechazó dos veces los
Oscar que le dieron: Emmys, Golden Globes, los dos Oscar, Tony. “No soy malagradecida” Mi agradecimiento
viene por la oportunidad de trabajar (tiene 85 años) no por los premios. Jackson vive en un sótano en Blokheath,
arriba vive su hijo Dan Hodges de 51 años con su mujer y su hijo de 11 años, el
único nieto de Jackson. Ella se opuso a
que la Gran Bretaña se saliera del mercado común Europeo, “no me gusta salir,
no me gusta ir a fiestas”. “Tengo tres
meses de no salir de mi casa”. “Soy una socialista antisocial” “Por dicha que
mi familia vive en el primer piso, ni me acuerdo de las fechas”. “Por cierto, el otro día mi nieto bajó las
escaleras y me dijo buenos días abuela, feliz cumpleaños, me sorprendí, no
recordaba que era mi cumpleaños”. “De
todas maneras no tengo la costumbre de celebrar cumpleaños.
Después de casi
30 años-23- como miembro del Parlamento
Inglés- volvió a las tablas en Breadway en Three Tall Women y ganar un
escaño en el parlamento en 1992, exigía leyes más severas para la violencia
doméstica- salió del congreso en 2015, con el Labour Party se encargó del
transporte en Londres. Al principio
apoyaba al primer ministro Blair, pero luego se opuso a sus políticas.
Al ir enterándome de la vida de Glenda Jackson, tanto como actriz qué como política, paulatinamente fui recordando algunos personajes como Jean Paul Sartre, quien se negó a recibir el premio Nobel, pues Glenda rechazó dos veces el Oscar; de Betty Davis y Chavela Vargas, por su lengua libre y por decir lo que piensa sin tapujo; a Jessica Tandi por su increíble trayectoria por inglesa y por su éxito en el espectáculo escénico a tan avanzada edad. Glenda nunca fue fea pero tampoco una belleza. Eso sí como actriz y política más que sobresaliente. Algunos de sus obras y reconocimientos.
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