miércoles, 16 de enero de 2019

A la Limón...Sobre la Cofradia Cimarrona...


A la limón

James R. Endicott



A partir de la publicación de El arte de Hilar la Memoria, estudio critico analítico de la novela, obra inédita en aquella ocasión de Dlia McDonald Woolery, La Cofradía Cimarrona. El Cantante Cimarrón, Dra. Ivannia Barboza Leitón, Revista de Filología y Letras SINCRONIA, México, Año XXI. Numero 72 Julio-Diciembre 2017, se inaugura un nuevo debate sobre la literatura escrita por las etnias desde sus autores, principalmente sus mujeres, la semilla que inicia muchas germinaciones…  Principiemos por decir que escritoras de la etnia afro, al menos a nivel centro y latinoamericano, son realmente pocas. La mayoría se han dedicado a la poesía, pero dentro de ellas, D(e)lia McDonald Woolery, es una de las poetas afro-latinas más importantes de la región centroamericana en este momento, se encuentra, a partir de la lectura inicial de sus poemarios, muy bien delimitada por su vibrante obra que siempre ha sido un eje de cambio dentro de la literatura nacional, pues sin proponérselo siempre ha revalidado la temática de la literatura afro (la cual no es muy común) escrita por mujeres que, desde los distintos ejes temáticos de la literatura multiétnica que integra la cultura caribeña, la cual NO ES FACIL DE DEFINIR mucho menos de conceptualizar por la multiplicidad histórica de la diáspora que la conforma. Según la apreciación de Barboza Leitón, a partir de la búsqueda de nuevas formas de representatividad pues, tanto la literatura como la cultura caribeña, en este caso centroamericana, en general, se han construido desde el punto de vista del concepto de identidad; la analista establece que la relación histórica, construida de ricas y diferentes expresiones, en donde la pertenencia con un grupo étnico tan especifico como la afro, la sitúa como una expresión legítima pero sin representación de la cultura latinoamericana; sin duda un descubrimiento interesante en el artículo de Ivannia Barboza Leitón que, aunado a la revelación de la composición multilingüe; condición multiétnica, hibridez intensa, sincretismo, y un constante proceso de transculturización determinan los distintos matices, del variado espectro cultural que se integran dentro de las tradiciones de la oralidad como expresión primigenia literaria original más antigua en el Caribe de los grupos sociales que carecían de escritura que, McDonald reelabora y aúna a la memoria colectiva cultural, rica y variadas en tradiciones que incluyen mitos, folclore, canciones, poesía popular, leyendas y su muy importante número de lenguas originales y criollas que permiten tener acceso a la riqueza cultural sin tiempo, y a las costumbres del habitante caribeño, con un estilo original y propio según nos refiere Barboza Leitón, concesiones que ella ha descubierto le han permitido a Dlia McDonald re-escribir la historia del pueblo afro, mediante la escritura nada convencional de El Cantante Cimarrón, exegesis de inicio de la historia desconocida en el mundo latino de aquellos de origen afro, contando, narrando, sus luchas épicas y sus rebeliones en contra de la colonia y su poder; desde la historia individual que realza la intimidad personal de cada secuencia y personaje  mediante la memoria individual, la vida cotidiana de sus habitantes desde una costura ordenada como una historia de vida, que por estar en constante evolución que al entrar en contacto con la visión de la mujer, la gran gestora de los cambios sociales que nunca deja de ser una memoria colectiva de generación en generación, y que transciende más allá la lectura convencional como refiere la Dra. Karla Araya, quien a su vez rehila la historia con distintos matices y tonos, una consesion extra del libro que retoma la costura de las voces que en efecto reelaboran un más allá nada fácil de gestar, o entender para quienes no pertenecen al grupo étnico en mención. Impactados por este descubrimiento, se imponía una entrevista con ella y nos fue concedido ese honor; pues ella es desde hace mucho tiempo una referencia que no pocas universidades norteamericanas conocen, y  no son pocos los estudiosos de su obra...



1.    ¿Se asume usted como escritora, o como poeta?

En realidad no sé. Yo empecé escribiendo poesía porque la poesía me encontró. Desde entonces somos las mejores amigas, y lo asocio con una forma de vivir que me hace feliz e independiente de todo lo demás...



2.    La duda existe porque hace unos años publicó TODAS LAS VOCES QUE CANTA EL MAR, un poemario hermoso, que me prestó la Biblioteca Nacional, a través del sistema inter-bibliotecas, que es el último de sus obras publicadas, y de ahí prácticamente nada. Por referencia hemos sabido que lleva tiempo enfocada en esta novela que sin haberse publicado oficialmente, cosecha comentarios elogiosos sobre todo a nivel internacional, lo cual no es fácil de lograr; por lo que sería justo pensar en que ya no ve la poesía como antes, ¿Es así?…

En realidad al primer amor, un@ nunca le olvida, le deja ir tan fácilmente ni le abandona de no ser necesario. Paralelamente con La Cofradía, trabajo siempre que puedo en San José, ciudad (IN)posible, que es la parte perdida de la lluvia es una piel…, Ahí cerca de Dios, y Paredes, una serie de anecdotario que no sé si cuento, o novela, nacido a partir de un personaje descubierto durante uno de mis talleres en San José, Y por cierto, ¿Quién ha visto un payaso negro?, un libro de cuento afro-infantil, que ya casi está terminado, Sin tiempo para contar pero les dejo la sorpresa, que es la biografía de Francisco Zúñiga Díaz, Haciendo palabras de oficio, Piel de Lince y otras trifulcas, un resumen de ideas para una eventual biografía de Carmen Naranjo y Luisa González Gutiérrez, y a ratos, mi biografía: Sal, tequila y pimienta…, además participo de la creación, edición y revisión de casi todos los artículos de La Coleccionista de Espejos, y hago publicaciones ocasionales en CasiLiteral, revista cultural guatemalteca por internet

3.    ¿De dónde saca esos títulos?, pero lo más importante ¿Biografías? En el caso de Zúñiga Díaz, Luisa Gonzales, o Carmen Naranjo, todos los demás, tal vez se impone y hasta necesarios,  pero usted ¿No es muy pronto?

Yo no busco ni títulos ni temas para escribir, eso llega solo. Comencé la biografía porque creo que no hay cosa que se olvide a sí misma más rápido que la memoria misma: desde la escuela, pero más a partir de la ausencia cada vez más constante de ciertos amigos y familiares he comprendido que todos somos finitos, y que después de muertos casi siempre los demás hablaran las cosas del modo que mejor les convenga como ocurrió con Francisco Zúñiga D., del que hay muchas cosas que decir y no es lo que andan propalando por ahí personas que dicen ser sus amigos, y/o discípulos…

4. ¿Cómo se perdió...la lluvia es una piel...?

A la muerte de Zúñiga hubo quienes quisieron asumir su nombre y su legado, pero después de tanto tiempo de andar con él no supieron que era un hombre que aunque pasivo, era un comunista de los de antes, sabía bien por dónde iban a golpear: cuando llegaron a asumir nos encontraron a un grupo de nosotros cuya cara era yo por supuesto. Ellos eran empleados y tenían más accesos que nosotros a las instalaciones a las que pagábamos por usar, por lo que para mí es fácil creer quienes fueron los que bandalizaron las instalaciones para acusar del dolo a los del taller con un asesor de seguridad tan inteligente como una guía telefónica quemada para un ingeniero en aeronáutica tratando de apagar un fuego producido por un fuego casual, que para no variar amparado a la xenofobia y al machismo típica de los trabajadores de represión gubernamental dictaminó a favor de los suyos obviamente: se dejaron todo lo que era del Café y Taller don Chico, incluidos, la gran mayoría de ...la lluvia es una piel, e Historias del Infortunado Tamuga, libro inédito de Zúñiga con la intención de asumir, porque de otra no había.

5. ¿Esos libros, son impublicables?

Por supuesto: de cualquier forma que lo publiquen siempre tendrán que decir cuál fue la fuente…

6.  Usted, fue de los participantes asiduos del Café Cultural Don Chico, ¿Cómo fueron esos años de formación, cómo era el Taller, don Francisco?

Pocos años de mi vida me gustaría recordar: aquellos años no, bueno algunos, tal vez sí. Fue cuando comencé a cambiar mi mundo de ciencia por un mundo interior que finalmente fue el literario. Cuando llegué ya era adulta y con un pensamiento en ebullición, y era un grupo de casi todo varones, que luchaban porque así fuese siempre. Estaban los de siempre, trabajadores de la aseguradora estatal que nos albergaba mismos que nunca llegaban, lo hacían apenas, o aparecían con su sequito familiar cuando había actividades para lucirse. Después nos fuimos anexando un grupo de mujeres contra las que ejecutaban todo lo posible para espantarlas, con algunas lo lograron, a veces, me sorprende la capacidad de tolerancia que tenemos las mujeres para soportar a los patanes, bueno ellas, porque yo soy del todo distinta, y les vuelven a hablar a quienes las trataron mal, truncaron sus anhelos, solo porque son amigas de otros que si las trataban bien porque pertenecían al grupo, y que cuando lograron hacerse con las instalaciones que nos alquilaban las llevaron de vuelta al redil porque tenían que tener público, pero que podemos esperar si somos latinas y no entendemos ese círculo de violencia que nos cuida desde siempre. Don Francisco, era del todo diferente a ellos y cuando tenía que decir las cosas las decía aunque le doliera las entrañas a uno; más de una vez hubo que guardar las túnicas blancas para no mancharlas, por eso ellos muchas veces actuaron en secreto, y pensaban que él no veía lo que hacían. Todo menos eso. Al taller llegaba mucha gente, y éramos algo así como el grupo fundador de la generación de la SOGEM mexicano, pero también quien no tuvo entereza para soportar a esos y sus juegos se iban sin decir más. Él era un caballero, y mucho le cobraban el haber sido un comunista de los de antes, y decían que qué podía saber él de literatura si no más que un alcohólico pero en realidad le cobraban su capacidad de trabajo: pocos saben que él fue muy publicado fuera del país, tenía una visión literaria fabulosa que no fue solo cimentada con lectura, leía de tres a cinco libros por semana, sino por la práctica continuada de los talleres. Muchos, pero muchos autores vieron luz y publicaciones bajo su sombra, y a eso agreguemos que conocía a mundo y Raimundo del cielo literario costarricense e internacional, y nunca hizo más alarde ni ostentación de ese hecho, y de él aprendí a no perder tiempo criticando la obra de nadie, porque tenía dos máximas que se me marcaron para siempre: el poeta (el escritor) es como los troncos añosos: de un día para otro no se hacen ni las púas de una rosa, y todo autor tiene algo que decir, aprender a decirlo es lo que cuesta; pero su principal herencia fue decir siempre, ocúpese de su poesía, los demás que se ocupen de la propia y si tiene que hacer comentarios hágalo solo con el autor porque solo a él le interesa… Él murió a raíz de sus propias palabras, todo lo que uno hace hay que hacerlo con pasión, y su mayor pasión era fumar TICOS sin filtro, entusiasmo que se extendió a lo largo de 50 años con las gravísimas consecuencias que eso tuvo, él pudo y debió haber vivido más. Cuando entré al taller eran más hombres que mujeres, ya lo dije, machos castrantes que pensaban tener el control sobre todo sobre él: el líder, un barbón que nunca mejoró (lo he leído, porque otra de máxima Zúñiga, es conozca el terreno de quién lo ataca, y sepa muy bien en qué es mejor que usted, o qué lo supera) lo convocó una tarde para dejar las cosas en claro: habían decidido que del taller nos teníamos que ir las mujeres, en especial esa que escribe cuentos para niños estúpidos, la que escribe erotismo porque eso es de viejas burguesas, pero en especial la negra porque esa nunca va poder ser como nosotros ni va encontrar pareja entre nosotros…Con que así es la cosa…; Yo no sé si fue cierto o no, me lo contó un amigo fallecido hace unos años que estuvo presente, lo que sé es que sin dejar de escribir en su libreta, una costumbre que yo replico mucho, les dijo, y después me voy yo por pendejo, porque la poesía no es para eso que ustedes piensan… Ahj, se fueron furiosos, me los topé a la entrada y me espetaron que lo que fuera que hubiese pasado era mi culpa, como siempre, porque yo era la conflictiva, la que ocasionaba los problemas porque yo no hacía lo que ellos decían, argumentos de machos típicos, que piensan que las escritoras las HACEN ellos y sin ellos son nada, ahora lo sé. Obviamente llegué preguntando qué había pasado, pero don Chico nunca dijo más que necesito que nos organicemos, ese tipo de gente no sirve para más que para hacer mal. Fue cuando empezamos con las inscripciones del Taller y Café Cultural, escogimos los nombres posibles que ellos pudiesen escoger a su muerte, me dijo que no había más que en muy pocos y que no diera apenas unos nombres porque esos turecas no iban a esperar mucho después de su muerte, y así fue…Nos quedamos los necesarios, pero siempre supe que a él le dolió saber que esa persona, el enano, en la que había depositado tanto apoyo y confianza, se dedicara a denigrarlo por todo lugar conocido con tan buena suerte que todo se lo venían a decir porque eran cosas fuertes lo que decía, a lo que siempre dijo, ya volverá, porque necesita de nosotros. Efectivamente lo hizo, y según sé por las hermanas de Zúñiga, fue una de las últimas personas en hablar con él y para mí, el gran culpable de adelantamiento de su muerte…Inscribimos el taller entre los amigos y la familia de Chico, y Yo quedé en un acuerdo con ellos de que no iba a hacer nada contra ellos mientras ellos vivieran, para no darles el desgaste de que repitieran las cosas que le hicieron, incluido él a Zúñiga, en su momento

7.  ¿Por eso dicen  que existen dos Talleres don Chico?

Bradbury y Fernando Durán Ayanegui, tienen en común una novela que en el caso del primero no recuerdo el nombre, pero la de Durán Ayanegui se llama Volver al Kilimanyaro, y en ambas se dice que no existen dos cosas iguales en ninguna parte, o al mismo tiempo: inmediatamente nos sacaron de la Casona del Café Cultural, hoy parqueo, el barbón se rodeó de hombres, antiguos asiduos al taller de Chico, y de mujeres a las que podían adoctrinar como querían pero nunca despegó ni llegó a más, porque a pesar del tiempo que estuvo con Chico, a quien también quería (ver muerto probablemente) nunca puso atención a como él hacia las cosas.  Diez, o 15 años después de la muerte de Zúñiga retoma el nombre de Taller Don Chico, y lo hace porque de todos los que salimos del Taller de Don Chico, él y otro son los únicos que nunca llegaron a ser nada, ergo, necesita aprovechar el brillo que llegó a tener el taller y que yo mantuve después de la muerte de Zúñiga, porque si hay que reconocer que si ese taller siguió y sacó adelante a muchos escritores de renombre hoy, incluso ganadores de Premios Nacionales, fue gracias a mi trabajo y constancia, y hay que reconocer también que cuando lo buscan, o permiten que participen en actividades culturas es a mí a quien buscan, porque yo si he sido capaz de lograr los objetivos del maestro, y mis estudiantes tienen criterio, trabajo y evolución, y eso sin quedarme atrás. Hace unos años uno de esos amigos en común quiso unirnos en hermandad fraterna porque todos éramos uno: cosa que me hizo hervir la sangre: ¿Una con una persona que se atrevió a denigrar a su maestro del modo que lo hizo? ¿Uno con una persona que decía que yo era una ladrona y que por eso nos habían echado de la casona? ¿Uno con una persona que ni siquiera estuvo presente porque la familia entera y yo, pensábamos que era el gran culpable de su muerte, y esperábamos su presencia? ¿Una con una persona que en diez años, después de la muerte de Zúñiga teniendo todo el material que tiene ni siquiera pudo sacar una publicación, o tener un taller con nombre propio porque su obra es fundamentada en el trabajo de otros?, si cómo no. Como Zúñiga yo también creo que existe la sub mediocridad, porque el mediocre SIEMPRE tiene opciones, esconderse para decir que fue el discípulo favorito de Chico, es muy fácil. Si yo estoy equivocada, que me pruebe lo contrario. Él sabe perfectamente bien lo que está haciendo, porque una vez que logré que la institución estatal les quitara placa y nombre, ¿Cuánto tiempo duraron? …

8.    Retoma usted, el Taller don Chico, ¿bajo qué condiciones?

 Yo retomo el Taller del Café Cultural del Chico porque quiero, pero sobre todo porque estoy harta de que cada vez que ese mete la pata a la que llaman para reclamar por cosas que no tienen relación con nuestro grupo, igual que el tiempo de don Chico, es a mí. Lo hago porque sí en lugar de atacarme en redes como hicieron muchos con el famoso asunto del CRITICO FANTASMA, es decir, olvidó la regla principal del Chico: no se corre a denigrar ni atacar a nadie por criterio personal sino a partir de su obra, tal vez hubiese dejado las cosas como están, que siquiera con su taller, total a mí no me afecta en nada: he analizado la evolución de sus adoctrinamientos y llegado a una conclusión: mi trabajo y el de Zúñiga valen, por eso. Además ya se acabaron mis vacaciones, y es algo que quiero hacer. Tema agotado

9.    Entiendo. Su currículo profesional lo puede consultar cualquiera en internet, y hay que tomarse su rato para ello: poeta prioritariamente, dueña de una voz más que fuerte y conocida a nivel centroamericano, cuentista, ensayista, gestor, difusor y promotora cultural, miembro de la Asociación Colonense de Autores, de la extinta Asociación de Autores de Obras Científicas y Literarias de Costa Rica,  Miembro de la Asociación Costarricense de Escritoras, miembro de Flores de la Diáspora Africana, Directora del Taller Don Chico, Presidente del Café Cultural Francisco Zúñiga D., ex miembro de junta Directiva de la Editorial Costa Rica y de la Imprenta Nacional, conferencista para varias universidades internacionales y nacionales sobre el tema de la literatura-afro, creadora y directora de Fundación Ce.Cet., entre muchas otras y finalmente crítica literario muestra clara de que usted está en constante evolución y de que tiene su propio estilo de hacer las cosas. La pregunta aquí es, ¿Cómo es ser Dlia McDonald, poeta y ahora escritora en Costa Rica?

 ¿Me habla de continuidad o sobrevivencia?

        9.1 Las dos

Entonces tres aclaraciones: En primeras, no soy miembro de planta de Flores de la Diáspora Africana, Carol y yo somos amigas y nos apoyamos en distintos proyectos de cultura sobre la temática afro. Después, temo decir que las noticias sobre la muerte de la Asociación de Autores han sido prematuras en infundadas pero en su momento se verá cuál su destino, y en cuanto a la Asociación Costarricense de Escritoras, desde antes o después del 2004, creo, por mi voluntad, que quede claro, no formo parte de lo que me hizo valorar las enseñanzas de JUNG y que ratifica una de los personajes de mi novela: bien mirada toda soledad es buena consejera y amiga. No me hacen falta...

9.2  Según dicen, usted ¿Envidia y celos y por eso buscó enemistarse con ellas?

  ¿Enemistad con ellas por envidia y celos? Pero por favor, a nadie le doy ese poder. Volviendo a la pregunta inicial, SER poeta o escritor en Costa Rica, es como serlo en cualquier otro país, es seguir cabalgando aunque se te lancen (y lo hacen a diario) a la yugular los perros, más con mis desventajas; mujer, negra, latina, pero si algo me dio de más Francisco Zúñiga fue transformar eso en grandes ventajas: usted es única mi hijita, y no tiene que rebajarse ante ni con nadie, quien la conozca que lo acepte sino, que pena pero no hay nadie mejor para escribir o, valorar su obra que usted. Claro. No niego que a veces se ponen altas, inalcanzables, las cosas, pero dichosamente tengo pocos, grandes amigos, amigos realmente fieles, sinceros, leales y maravillosos que creen en mí y me han apoyado más allá de lo esperado...

10. Sin embargo, dicen que es usted una bruja, bastante más que buena, ¿Es eso parte de su registro de permanencia y sobrevivencia, o de la envidia que se supone les tiene a quienes la adversan?

(Risita). Yo soy quien soy: escritora que en el siglo tras antepasado resultaba ser lo peor del registro De las brujas siempre se han escrito historias de ficción apasionantes. Si soy una de ellas, ¡qué bien!, el mundo sin nosotras no hubiese sobrevivido ni sería igual. No digo que lo sea, y si lo fuese no soy la primera ni la última que ha incursionado por esos mundos: Mery Shelly, la autora de FRANKESTEIN era bruja de tiempo completo, Burt Langanster solía hacer los horóscopos del TIMES, Celia Cruz tenía una consultoría Babalou en línea, Elizabeth Taylor era cliente frecuente de Walter Mercado, Maya Angelou, solía ejercer ese tipo de actividades durante su juventud, y como ella misma dijo en alguna ocasión, es una inagotable fuente de información. Quizás solo hablen de la forma peyorativa de bruja que tiene relación con la rebelde, y no es una novedad. Tengo el carácter y la forma de ser que ellos mismos me han inculcado, ¿Cuál es el problema? ¿Qué tengo que envidiarles? A mí me leen en Estados Unidos y en Europa, ellos entre ellos y sin embargo, en algunas cosas tienen razón: yo desconozco la amplitud de mi obra, pero tampoco escribo por lograr reconocimientos, o para que me premien, ni escribo a partir de títulos académicos universitarios como muchas de ella/os, no creo que eso nos convierta en algo mejor de lo que ya somos: Roque Dalton fue un poeta insigne y escribía con unas faltas ortográficas que se paraba el sol a ver. Lara Ríos, es una de las mejores escritoras de literatura infantil costarricenses y no tiene títulos universitarios que la acrediten como tal; y así puedo hablar de muchos autores costarricenses y latinoamericanos, que reúnen las mismas condiciones porque tanto para mí como para ellos lo importante es el amor por lo que hacemos. Además lo que digan personas que viven de la belleza, no me interesa

10.1             ¿Personas que viven de la belleza?...



 Borregas oscurantistas retrogradas, y es del todo intencional el uso de esas palabras con que etiqueto a personas que buscan soluciones en la poesía sin saber que la poesía es una línea en el cemento, personas que creen que el perfeccionalismo de un texto bien escrito resuelve un poemario. Personas que ni te conocen pero se toman el tiempo para decir que no tenés una idea de lo que es literatura étnica, porque ellas siendo blancas, miembros de otra cultura, hombres o mujeres podrían hacerlo mucho mejor, porque para ellos la literatura es una y la misma siempre, claro, conmigo pelean porque no han podido controlarme por mi devoción a la Virgen de la Perpetua Rebelión, por eso estoy donde estoy, y ellos…ya lo dirá el tiempo. Soy como muchas otras mujeres negras en otros países del mundo, la diferencia conmigo es que nací en luna azul, es decir que NO SE QUEDARME CALLADA, lo que significa que mientras la mayoría de la población afro están acostumbrados a irse a un rincón a no decir nada, o la otra población está acostumbrada a atacar en silencio y después ser víctimas mías, Yo, gracias a ESA VULGAR que fue mi maestra, les voy a decir hasta del mal que se van a morir en las siguientes siete generaciones y media, y no les gusta. Sé que de mí se quejan, y mucho pero si soy una histérica, loca, persona de difícil manejo y demás cosas que dicen de mí, también que digan que las secuelas del maltrato infantil en la escuela, lo que ahora llaman bulling, sobre todo cuando está amparada por una maestrucha que olvida que su deber es educar y no denigrar, se llevan para toda la vida. Gracias a ella, yo no le corro ni le tengo miedo a NADIE, menos a personas que no saben que todos los dedos de la mano tiene distintas funciones…



11. Háblenos de su crianza en San José, ¿Qué tan duro fue ese back ground?



No puedo explicar mucho, porque aunque ya no lloro cuando me acuerdo, es un proceso que me perturba de muchas formas y que ha tardado en dejar de ser doloroso: lo que tengo que decir está completo en mi biografía, con nombres y apellidos: Yo nací, y me crie en Colón, Panamá, a donde habían ido en busca de mejores condiciones laborales, hasta más o menos los cinco, o seis años, edad en que decidieron volver a Costa Rica, así que mi recuerdo más persistente de ese país tiene que ver con el calor, y de vez en cuando, las moscas cayendo como largos collares de luz y oscuridad por sus calles…Sin transición, es decir, sin saber prácticamente nada de español porque mis padres eran nativos hablantes del inglés caribeño, al rato siguiente, porque no estoy segura de que fuese un año entré en la escuela pública del barrio al que habían decidido anclar sus vidas, y estamos hablando de un mundo pequeño y azul, como lo ve cualquier niño. Y lo que para ellos representó un cambio de vida para la prosperidad de la familia, para mí, la mayor de ese matrimonio de mis padres, fue uno de los momentos más difíciles de mi vida porque eran los 70’s y vivía en una ciudad donde se veían muy pocos NEGROS por la ciudad, ya no digamos una pareja de afro-descendientes, y aquí voy a hacer la salvedad de aclarar que ellos SI eran afro descendientes porque eran hijos de migrantes de otras islas que pensaban que este país no les pertenecía, y que por ser migrantes no tenían derechos ni respaldos sociales, pese a que Alex Curling D., recién había logrado que cambiaran las cosas para la población afro; representó todo un desafío: crecía en medio de padres que se negaban a hablar esa lengua de pajaritos como le decían  al español por un lado, y por el otro un camino por el que caminaba en soledad sin saber nada más que debía aprehender a distinguir cada cosa que miraba.  Entonces, por así decirlo, YO VIVIA EN DOS MUNDOS, como decir izquierda y derecha, y todos sabemos que esas fronteras tienen a su vez fronteras que nos miran con un miedo distinto cada vez.  Esa  circunstancia, el vivir en esos dos mundos, probablemente me hizo tener una memoria muy parlante, y supongo que por eso también una inteligencia que yo no diría que superior sino idónea para tratar con la jaula y cencerro que era ese edificio amplio de escaleras y colores que odiaba tanto, al que en esos primeros años iba a llorar no solo porque recordaba con nitidez a la mujer de mirada extraña que discutía con el director mientras me señalaba, y de la que tuve la desgracia de que fuera mi maestra sino porque YO sabía que algo pasaba a mi alrededor, pero qué era. Solo entendía que Mi maestra me odiaba, y de eso no tenía dudas: por ella desarrollé una serie de fobias y angustias que tardaron muchos años, y con algunos no lo he logrado, en cerrar; lo demás prefiero que lo lean en la entrevista que di al TICOTIMES hace algún tiempo y que saldrá probablemente en estos días...

 

12. Usted, ocupa el rango número tres, es decir junto detrás de Nancy Morejón, quien viene detrás de Maya Angelou, y al frente por su desempeño no por edad, que quede claro, de Eulalia Bernard, es una de las primeras mujeres escritoras de la etnia afrocostarricense, ¿Cómo es esa vida? ¿A qué se debe eso, si solo sos como vos decís un nombre y un apellido?

La literatura se aprende muchas veces leyendo, y el buen lector es casi siempre un buen escritor, pero no siempre el conjuro es correcto: las tres, porque la memoria es ese hilo invisible que nos hace ser quienes somos. Pienso que las mujeres escritoras, las de las etnias en particular, hemos vivido sin saberlo dentro de nuestras biografías, y en realidad lo que escribimos es un recuento de la memoria, genética o no, siempre está presente para nosotras, porque es como la vida que es también poesía, cuento o narración, pero llevábamos ventaja, todas: ¿Quién puede criticarnos si, ni saben de dónde salimos y a dónde vamos?, si resaltamos es porque en este país, que amo tal cual es, están acostumbrados a creer que sobre todo en materia literaria NADA CAMBIA, y después de la ACE, mi peor error, comprendí (no lo acepto) que vivo en una sociedad PANDA, y no puedo esperar más que ese tipo de comportamiento…

12.1                     ¿Sociedad PANDA?

  Taxonómicamente hablando, tanto el PANDA como el KOALA, pertenecen a un mismo grupo ecológico, pero no deberían haber sobrevivido al proceso de la evolución porque no poseen condiciones para ello; pero resulta que su dulzura, y gentileza al comer bambú y hojas de eucalipto no es más que una estrategia de sobrevivencia que les ha permitido ocultar que son depredadores altamente tecnificados; que tienen un TOC hacia los olores y el sonido, entra sin invitación a lo que ellos hayan definido como su territorio, y no es sabido que el zarpazo de cualquiera de los dos lentamente mata, y no hay nada que podamos hacer al respecto, pues liberan una toxina latente, hasta el momento adecuado y sin soluciones: por eso sus cuidadores van tan protegidos. En realidad, a veces no entiendo muy bien las cosas: para mí es un recuerdo permanente  esa voz que me decía: PACHEQUITA venga lea, No sé, si era de lectura obligatoria o no, pero ella usaba Más debajo de la piel, de Abel Pacheco, como lectura de clase, y era la misma voz que me decía, estúpida, ¿qué? no entiende la brutita, aprenda a escribir BRUTA, y a sumar para que sepa cuánto valen los pericos que va a vender en el mercado, o va a cobrar por lo otro…, entre en un mundo que luchó por ser parte de mi vida que siguió su curso, por lo que si en este momento tengo la posición que tengo es simplemente por mi disciplina…



13. ¿Por eso su apreciación sobre COCORI?

En mi entender, Cocorí fue benévolo y es nada, ante los apodos y descontextualizaciones que te hacían los compañeros con la supervisión de ESA en comparación con todos esos apodos y nombres que salieron del libro y se multiplicaban en mí; sin embargo a ESA  yo le agradezco la ortografía y caligrafía y que me haya dado mi primera cabeza de dragón que…



14. ¿Cabeza de dragón?

Todos tenemos una, y es la misma que en la mitología china transforma pensamientos en acción por el uso de la mirada y la memoria: a partir de ella no soporto cometer errores de ningún tipo, pero sobre todo tengo la mala costumbre de no permitir que otras personas crean saber más de mí que yo, crean saber lo que pienso; y sobre todo traten de controlarme, o decirme como hacer las cosas. Por eso desde que empecé a escribir tuve siempre claro que no iba a permitir imposiciones de nadie, le gustase a quién le gustase, y me ha dado resultado

15.  Y de tu poesía qué, ¿buena o mala?

No soy quién para definirlo. Eso es labor de los críticos porque el poeta,/escritor, artista en general es un picapedrero. Pienso. Y si te fijás en los lienzos de sus trazos sobre las paredes de piedra que aún nos quedan TODOS SON DISTINTOS, ninguna es igual a otra, e igual debería pasar en literatura: respetar al escritor por su obra no, por quien dice ser sería lo ideal pero no siempre se logra; en mi caso siempre he visto una incapacidad de criticar mi obra por lo que se van al cuerpo, con estereotipos, en general. Cualquiera que sea mi reacción, siempre dirán que lo hago por envidia no, porque yo asumí que no son mejores ni peores que yo.  Entonces, no sabría decirte si hay recetas o no, para escribir un libro. Yo creo que las pirámides, y lo que llamamos grandes legados de la humanidad subsisten hasta ahora porque todo está en la mirada del observador,  ¿Bueno?¿Malo?, no sé. Hace poco aprendí la diferencia entre analógico y digital, y creo que la misma analogía se aplica aquí, porque lo que realmente es importante es la pasión por lo que hacemos: eso es lo que vende y/enamora al lector, pero finalmente ¿Quién sería yo sin los críticos que he tenido siempre, o sin conocer lo que es la evolución? Así que asumí mi CAID, y…

15.1 ¿Caid?

Así se le dice a la CORONA de espinas que se le impuso a Jesus, y que todo poeta o escritor posee; y salí de en medio de ella/os; y seguí con mi desarrollo personal aprendiendo a amar la crítica…



16.  Sin embargo, usted ha dejado de aparecer en antologías, ¿A qué se debe?

Posturas y creencias personales. Personas que creen que escribir es fácil, pero lucran con el trabajo de otros, personas que creen que saben más de mí, o de lo que escribo, aunado a los procesos de robo que he sufrido me han hecho tomar la decisión de dejar las reglas claras: si no me piden permiso para usar mi obra que no la usen.

17.  ¿Háblenos de La Cofradía Cimarrona, es un libro alucinante?

 No hay mucho que decir, es una trilogía iniciada hace años, en principio como una investigación solicitada por Juan Ávila Abrams y el ex diputado Reinaldo Maxwell, que versaba sobre la llegada del NEGRO a Costa Rica, a nombre de una fundación que ahora no recuerdo nombre...



18.  ¿Ávila, no es un apellido españolizado para alguien de la etnia afro-descendiente?



 Si hablamos de los apellidos en sí, y aquí voy a hacer otra salvedad; en cuando al uso de la palabra descendientes que no uso porque no la considero adecuada ni justa al reconocimiento de nuestra etnia y cultura, que a partir de los 50’s con las oleadas de estudiantes que venían del campo a la ciudad en busca de carreras profesionales, adquirimos una ciudadanía que dejó de ser feudal, es decir que nos otorgó el derecho a ser costarricenses con todas las implicaciones que eso representa, pues el descendiente ni tiene derecho ni posesiones, por eso no verás que los negros norteamericanos, del cual somos muchas veces papel carbón, antes muertos que decirse AFRODESCENDANT, o BLACK DESCENDANT, porque saben que lo contrario sería negar que sus ancestros fueron esclavos, que esos esclavos lucharon por esa tierra en la que tuvieron lideres con una visión de poder y orden que los llevó a dónde están ahora, es decir que conquistaron el mismo derecho a la legitimización e integración a la sociedad. Aunado a eso pensemos que es cada vez más frecuente encontrar ese rasgo intuitivo del apellido unido a los de la ETNIA, porque hay que tomar en cuenta los procesos de esclavizaje de los que no tenemos conciencia porque somos desconocidos a nuestra propia cultura.  A partir de ese estudio, yo me niego a que se me diga afro-descendiente porque comprendí cuáles eran mis raíces y que porqué tuvimos una historia que nos hace vernos como migrantes, que no saben que aquí, Costa Rica, al igual que en los Estados Unidos, también hubo una guerra de secesión que nos permitió tener derecho a decirnos afro costarricenses, aceptamos que nos traten de modos injustos... Al no proseguir con el proyecto, un día empecé con los primeros bocetos del libro sabiendo bien que no iba a ser una tarea fácil: yo nunca había hecho una novela y si con la poesía que hacia existían conflictos, ¿imaginen lo que podría conllevar una novela?, sin embargo, no sabía que era eso hasta que Santiago Porras, me dijo lo mismo que don Chico me había dicho poco antes: es una novela, y usted no se ha dado cuenta de lo que está haciendo…



19.  ¿Cuál es la conformación del libro?



Es una triologia, o eso intento, que trato de desarrollar desde el mundo ancestral de las culturas africanas en las que los SIETE SERES ANTIGUOS, conforman el mundo del ser humano y en particular de El Cantante Cimarrón, el primero de los tres, Eleoshum, aquel que tiene poder sobre La Cirinea (la Muerte) tal como la vemos en lo normal



20. De ahí ese libro tan lleno de nostalgia, pero más que nada de una conciencia étnica original y propio según nos refiere la Master Carla Araya, dejan claro que no es cualquiera quien la escribe, ¿Cuáles, o quienes fueron sus influencias creativas más relevantes?

En primer lugar mi país. A partir, de él, de sus habitantes he logrado muchos conocimientos, despertares les llamo, que me han permitido ver más allá del lago de la creatividad, decía Zúñiga. En segundo a la formación que tuve en casa y escuela, principalmente, porque siempre he de reconocer que pese al daño que me hizo mi primera maestra en español,  que me hizo pensar muchas veces en lo que debe ser la muerte; un dormir y despertar; recordando siempre los sueños un día se convierten en realidad que, en conjunción con el estilo literario de las grandes escritoras de la literatura negra norteamericana, a saber Margarite Annie Johnson, mejor conocida como Maya Angelou, Chloe Anthony Wofford, la Tony Morrison que todos conocemos, o Alice Walker sin dejar por fuera a Zora Neale Hurston, crearon La Cofradía Cimarrona


eó un mundo lleno de voces multifónicos, en que árboles y dedos recorren y caminan como lo haría cualquier mortal, por un mundo maravilloso bajo la mirada de un ojo de moscas, entre muchas otras cosas, y que entienden perfectamente que las voces que les hablan son parte de una conciencia étnica que ni siquiera bordea, vive, en el GRAN REALISMO MAGICO, tal lo relata Duncan, dentro de la costura que hacen las servidoras de la Muerte, que al coser y descoser el Abanitzá: el manteado que según los Samunfos, construye vida y muerte de todo ser humano

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