lunes, 20 de febrero de 2017

Una mirada a la tica...


Aunque en la historia del arte mexicano María Izquierdo, una de sus grandes pintoras, fue olvidada durante mucho tiempo y no fue sino hasta los 70 que su nombre, rara vez se escuchaba, y obra fue revalorada; pese a que llegó a ser una de las más importantes pintores de su poca, que no sólo fue bloqueada por otros grandes del momento, razón por la que murió en la pobreza, y casi olvidada; es más, se podría decir que antes que Frida Kahlo, y su obra es muy parecida aunque fueron enemigas, estuvo la Izquierdo, incluso en la vida de Diego Rivera; y es que en esta historia, la historia, porque no sólo los hechos quedan en el olvido, sino también las personas, el ejemplo más claro, es el resurgimiento actual de NIKOLA TESLA, pero no se dice que en aquel tiempo, sus colegas se burlaban de él, porque simplemente pensaban que trabajo nunca tendría el mismo alcance; jugó un papel preponderante: siempre olvida lo que le conviene…

Nació en San Juan de los Lagos, Jalisco, 1902, y su vida fue siempre destino de incomprensión y soledad: casi recién nacida quedó bajo la tutela de los abuelos, de los que nunca se supo si paternos o maternos, hasta que a los tres o cuatro años, la recuperó el padre y la tuvo tres meses antes de morir. A los cinco viajó con sus padres a Aguascalientes y, más tarde vivió con su madre en Torreón y Saltillo, donde las misas de seis de la mañana formaron su vida hasta que la casaron con un militar a los catorce años.
 
Tres hijos y una vida provinciana, quedaron atrás cuando a su marido lo trasladaron a la Ciudad de México en 1923, y ella ingresó a la Academia de Pintura y Escultura de la SEP, conocida como San Carlos, 1928, donde fue alumna de Germán Gedovius, pero la rutina, se entiende que el asunto de la familia, no le agradó así que empezó a trabajar en casa. Eran tiempos en que Diego Rivera, director de la antigua Academia, elogió su pintura, y fue su mejor alumna, causando rechazo entre muchos alumnos porque aquello que ella pintaba no pasaba de ser una estupidez.  Reacción: refrendar su independencia creativa y vital, seguir pintando y en 1928 abandonar a su esposo e, ingresar a La Escuela Nacional de Bellas Artes.

   Un año después y hasta el 33, se alió amorosamente, a Rufino Tamayo, 1929-1933, también su profesor de quien aprendió la técnica de la acuarela, una de sus mayores influencias, aunque debe verse que influenciaron mutuamente; porque como él, mostró absoluto interés en el arte europeo de vanguardia para combinarlo con elementos de la cultura mexicana. Era mutuo su amor al arte, propuestas frescas que cambiarían el rumbo del arte chauvinista mexicano y se complementaban en una forma casi representativa, hasta que Olga Flores, la hija aristocrática de un militar porfiriano, pianista de mérito, con dinero y mucho amor por Tamayo era demasiado fuerte y apasionado como para compartirlo y ordenó que todo el mundo se olvidara de ella, y el mundo incluido Tamayo, lo hizo porque los celos de la Flores contra la Izquierdo eran tales que lo obligaron a no mencionarla ni en público ni con los amigos...

Resignada a decir que no le importaba mucho el abandono, y porque prácticamente desde 1929, ya había creado su propia visión a partir de los distintos viajes que realizó con Tamayo. Descubrió nuevas perspectivas al presenciar el arte extranjero y lo llevó a México. El resultado fueron obras altamente influenciadas por el surrealismo, vanguardia que la llevó a representar sus ideas con una espontaneidad natural, capaz de captar la cultura mexicana a partir de ideas casi poéticas, por lo que se podía decir que ya tenía un estilo único que le ganó su primera exposición en la Galería de Arte Moderno en la Ciudad de México, y el ser la primera mexicana en exhibir su obra en Estados Unidos. Pero no sólo eso, también presentó su obra en Japón, Francia, India y Chile.


En 1932, fue nombrada profesora de dibujo en Departamento de Bellas Artes de la Secretaría de Educación, que ejerció hasta 1937, porque al entrar a la Liga de Escritores y Artistas revolucionarios, donde estuvo encargada de la sección de Artes Plásticas; y pese una NACIONALISTA furiosa, su obra fue incluida en la exposición TWEMTY CENTURIES OF MEXICAN ART, celebrada en el Museo de Arte Moderno de Nueva York, 1940; exposición ampliada y reenviada a Chile y Perú, en misión cultural…

Entre los temas, que bien podrían parecer vanos, se encontraban bailarinas, circos, caballos, vacas, perros, mujeres, niños y las tradiciones mexicanas, pero al representarlas con su estilo, parecían estar en otro plano con un sentido melancólico, absolutamente solas entre nubes... 
   
   Como la mayoría de las mujeres representativas de su época, fue víctima del machismo, y a
su modo luchó por combatirlo. En 1937, siendo miembro de la sección femenil de Artes Plásticas de Bellas Artes de la Secretaría de Educación Pública, organizó una subasta de arte con un cartel muy alusivo: Proletario, destruye a tus enemigos de clase, detrás de lo cual declaró que la mujer debía dejar de ser concebida como un objeto y convertirse en un factor participativo dentro de la lucha de clases, esto debido a su fuerte influencia del comunismo como muchos artistas de esos tiempos.

   En 1939 estableció una crítica a las mujeres feministas y a las intelectualoides, que estaban ajenas de la “mujer auténtica”, pues de acuerdo con ella, no se debía centrar la superioridad de unos sobre otros. Esto podría percibirse como una crítica directa a Frida Kahlo, y a otras artistas similares que según la postura de Izquierdo, en vez de ayudar al engrandecimiento de la mujer, entorpecían su emancipación: El primer obstáculo que tiene que vencer la mujer pintora es la vieja creencia de que la mujer sirve sólo para el hogar […] cuando logra convencer a la sociedad que ella también puede crear, se encuentra con una gran muralla de incomprensión formada por la envidia o complejo de superioridad de sus colegas; después vienen los eternos improvisados críticos de arte, que al juzgar la obra de una pintora casi siempre exclaman: “¡Para ser pintura femenina […] no está mal!”. Como si el color, la línea, los volúmenes, el paisaje o la geografía tuvieran sexo. También logró percibir que la mujer pintora estaba destinada a una doble discriminación. Primero por los pintores que la veían como una competencia estorbosa y por las mujeres conservadoras que la señalaban y juzgaban por estar en el mundo masculino bohemio

   En 1945: contratada para pintar un mural de 200 metros cuadrados en el en el edificio sede del gobierno de la Ciudad de México cuya temática sería “La historia y desarrollo de la Ciudad de México; la obra fue suspendida unas horas antes, principalmente por las opiniones vertidas por su antiguo profesor, Diego Rivera, del que nunca fue amante, y David Alfaro Siqueiros, bajo el argumento de que una mujer no estaba preparada para ejecutar una obra de tal magnitud. Y por decir, Es un delito ser mujer y tener talento…fue víctima de las intrigas y ataques de la prensa, situación que la llevó al desgaste físico, moral y emocional, sobre todo cuando se gozaba de éxito comercial, lo que en aquellos años representaba un triunfo insólito.
  
  Inadvertidamente, poco después de su matrimonio con Raúl Uribe, un pésimo pintor sudamericano, y peor ser humano, comenzó a padecer de pequeños derrames que culminaron en un ataque de hemiplejía: paralizada completa del lado derecho de su cuerpo en 1945, despertó en la pobreza: Uribe le había robado todo su dinero, y propiedades y la abandonó, pero aun así, siguió pintando con un sólo brazo hasta el final de sus días, cuando ya su timbre no sonaba, cuando sus pinturas ya no eran vendidas, cuando no quedaba más que la mujer que deseó ser, murió en 1955.

Para La Coleccionista de Espejos:
                                                                                           YKM


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