martes, 4 de octubre de 2016

Con palabra de mujer...

Esta es una de las mujeres que más admiración me causan, y no pasa un día sin que eso no aumente; pues cada paso que dio rompió siempre un esquema…
Hablamos de HYPATIA de Alejandría, conocida como la primera mujer en la historia humana que hace importantes contribuciones al campo de las matemáticas, así como a la astronomía.
Se cree que nació en Alejandría y que fue hija de Theon, reconocido filósofo, matemático y astrónomo quien probablemente impartía clases en la Biblioteca de Serapeo, centro de la vida intelectual y cultural griega vivió entre los finales del siglo IV y los inicios del V. El año exacto de su nacimiento es un tema controversial, pero la mayoría de las fuentes le dan mayor valor al 370. Apegada a su padre, fue educada en el amor por las ciencias y las letras, especialmente matemáticas, astronomía, filosofía, literatura y artes. Junto a sus enseñanzas, desarrolló en ella una actitud activa frente al conocimiento, lo que le permitía participar activamente en las rutinas investigativas diarias.  Se dice que era hermosa, de gran elocuencia y una profunda sabiduría; sin embargo, nunca se casó y prefirió en su lugar dedicarse al trabajo académico. Seguía las corrientes neoplatónicas  y defendía la razón pura. Se la describía como una maestra de mucho carisma, que hacía un gran énfasis en las ciencias.
   En la Historia de las mujeres, ocupa un papel privilegiado tanto por ser la primera mujer matemática de la que se tiene conocimiento razonablemente seguro y detallado, como en la tecnología por el mejoramiento de los astrolabios, diseño del primer densímetro de gran importancia para los químicos actualmente. Por su culpa, la escuela neoplatónica alejandrina, progresivamente cristianizada, floreció hasta pleno siglo VII.
Según Sócrates Escolástico, el historiador más cercano a los hechos, fue asesinada a los 45 o 60 años (dependiendo de cuál sea su fecha correcta de nacimiento), linchada por una turba de cristianos, dentro del marco del declinante paganismo y las luchas políticas entre las distintas facciones de la Iglesia, el patriarcado alejandrino y el poder imperial, representado en Egipto por el prefecto Orestes, ex-alumno de la filósofa; quién de hecho se dice que dio la orden por su carácter singular de mujer, sin hombre —aunque se dice que estuvo casada con otro filósofo llamado Isidoro, y se mantuvo virgen— que la defendiera de su fidelidad al paganismo en el momento de auge del catolicismo teodosiano como nueva religión del Estado romano, y entregada al pensamiento y la enseñanza, en un mundo de hombres, en plena tardo antigüedad.
  Por su parte, los movimientos feministas, recientemente la han reivindicado siempre como paradigma de mujer liberada, incluso sexualmente.


Para La Coleccionista de Espejos: D. Mc. D

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