Soy hijo de un carpintero…
No se trata de Jesús, se trata de mí.
Sí, mi padre era un carpintero…
Compartí con él muchos
momentos, muchas veces como su ayudante.
Por muchos años me compartió
su amor por la madera.
Me enseñó a lijar, a
cortar, cepillar y otras cosas que en aquel momento parecían solo cosas de un
ayudante de carpintero. Pero fue mucho más.
De él aprendí grandes
lecciones para la vida a través de los trabajos en madera.
Aprendí a tener
paciencia para lijar y lijar hasta que la apariencia fuera correcta.
Que, crear una forma
abstracta de una pieza común de madera solo se logra después de medir diez veces, y a cortar una sola vez.
Aprendí a organizar
economizando los cortes lámina para evitar el desperdicio
Que, cerrar tratos
negociando con clientes guardando el orden de todo un anaquel de trabajo en dos
valijitas es lo mismo que cuando me decía que la honestidad no es solo respetar
lo ajeno, sino a mí mismo…
Aprendí, que el amor
por lo que hacía era igual a haber estudiado algo que le gustaba, y que por eso
trabajaba en aquello que le gustaba hacer…
Que, que la disciplina
y el coraje ante lo dficil es solo cuestion de saber enfrentar el compromiso de
la satisfacción del trabajo bien hecho por el amor y la tesón con que se hace
con teson y sin esperar nada a cambio…
Aprendí,… tantas cosas
que crearon al hombre llamado que soy: Enoc,
el hijo del carpintero, y solo queda decir una vez más:
Gracias papá…
PLCE: Enoc Villalobos Carvajal
Tallereado por Dlia Mc Donald Woolery
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