No diría que es un mal texto, es diferente a otros porque ni siquiera
principia como otros, porque obvio, es el resultado de un arte interior muy
parecido a un colache pictórico, multi-temático, multi-sensorial, diría Yan,
que usando la tercera persona del plural recrea continuamente textos infantiles de literatura universal y,
la obra de Carmen Lyra, entre los que destaca El pájaro dulce encanto.
Es curioso este relato porque el conflicto nunca es
presentado.
Veo al relato como un bloque, un solo núcleo narrado a través de acciones que se suceden lineales en el tiempo.
Veo al relato como un bloque, un solo núcleo narrado a través de acciones que se suceden lineales en el tiempo.
Puedo advertir lo tácito como núcleos imaginarios,
sugeridos, no escritos.
Siendo así, cómo hay que contar o
leer el texto, si en primera o en segunda, es toda una aventura pues es como transitar
por un mundo de muchas cosas vistas y jamás contadas, cuyo abordaje narrativo
me resultó complejo, por su vasto espectro de interpretaciones, pues aunque son
varios títulos, es un solo cuento con un fluir variado lo que tenemos aquí moviéndose
entre un narrador omnisciente y uno protagonista; casi me pareció un relato
hecho por una cámara, como si estuvieses frente a una película cuyo rodar nos
hace tener claro el juego de personificación que juega cada integrante del
núcleo creativo de la escritora, quién mantiene contacto
estrello con una alternancia del punto de vista fluctuante que da por resultado
ese punto de vista fotográfico de cuando se cuentan cuentos a personas
pequeñas, en este caso, supongo que la re-creación fue hecha para los nietos..
Los fallos que presenta el libro, podrían atribuirse al poco cuidado, o
ausencia de un editor creativo, y no solo la dedicación exclusiva a publicar
por publicar sin poner atención a detalles como:
1.
La redacción
(la ortografía está bien cuidada, es el uso de los artículos donde existen
fallas)
2.
El continuismo
de las ideas, es poco relacionado con el texto
3.
El control de
las secuencias, es alterno en lugar de lineal
4.
Faltó más
detalle en la estructura y en la medición del tiempo, y sobre todo, las voces internas no miden su deseo de hablar
5.
Orden en el
argumento que, en sí, es bastante bueno.
Detalles esos, que hacen de cuentario, que pudo haber dado más un trabajo de regular calidad…
Sobre la crítica
En lo personal, yo encontré dos
narradores que al mismo tiempo que dan estructura a los núcleos narrativos,
fortaleciendo al mismo tiempo el rol del narrado, que, a mí entender, es el que
estructura el relato, y lo que debió trabajarse un poco más:
1. Anastasia, la narradora inicial es omnisciente, pero a
veces habla en tercera persona, contando una historia un tanto difusa,
en que desde el principio, dos mujeres, que no son madre e hija, huyen de una invasión
del país vecino…
2. Elisa, el segundo narrador, habla siempre en
primera persona, una historia paralela a Anastasia el primer narrador que
empieza la secuencia con un secreto entre manos…
3. El tercer elemento aquí, es Cipriana, una
especie de hada inmortal que vive en el fondo del bosque, que es una voz
observante y muy humana que representa siempre salvación y ayuda, por su sabiduría
que radica en su edad y conocimiento
4. Los otros personajes, Genaro, los reyes y
hasta el Pájaro dulce encanto van
apareciendo a medida que el continuum, es decir, el seguimiento de la lectura
lleva a un punto psicológicamente, muy interpretativo
El libro se desarrolla en trece emi-ejes, o capítulos cortos con dos narradores vinculando los
núcleos narrativos durante todo el texto que puestos a contar lo que suponemos la autora cuenta
desde su propio nivel interpretativo, de forma tal que la fusión de ideas
sucede al final del cuento. Solo hemos de trabajar algunos capítulos no
necesariamente lineales, para dar la oportunidad al lector de seguir la obra.
Entonces,
·
Una primera
parte bien diferenciada de las otras, con un solo narrador que nos presenta un
mundo, en apariencia interior, y nos convida dudas anticipatorias acerca del lenguaje.
En el primer núcleo el autor hace un planteo de tipo filosófico que nos
dispone a relacionarnos con el cuento a partir de su mirada particular. Es aquí
cuando aparece el narrador en primera persona y permite que el lector observe lo
que pasa por su mente, y pone en cuestión el uso del lenguaje al proponer un juego muy interesante: ¿Quién nos habla si la autora
utilizando líneas internas de pensamiento y descripciones sobre sí misma: es
devota y cree en repuestas divinas, nos presenta dudas que darán sustento a las
decisiones de relación con el narrador, a su alternancia durante todo el cuento?
Con un poco de miedo repetirse expone, desde el principio su
cuestionamiento acerca de cómo va a estructurar el cuento, y sabe bien que lo
más difícil va a ser encontrar la manera de contar lo que pase por su cabeza
mientras escribe
·
A partir del
segundo capítulo, se presenta un nuevo escenario y otro nivel de lectura; pues empiezan a convivir dos planos que se entrelazan
por la intervención del primer narrador, Anastasia, por la que conocemos a los
personajes y la historia. Se entrelazan así diferentes niveles de realidad. El
lector empieza a relacionarse con la multiplicidad.
En este núcleo, el primer narrador, introduce a quién será nuestro
segundo narrador y protagonista, Elisa, haciéndonos conocer su actividad le
otorga, en parte, la narración. Este núcleo se desarrolla hasta que Elisa
encuentra al príncipe Genaro… aquí, los narradores nos presentan el espacio y
el tiempo de la historia, que siempre es ambiguo (por este carácter dudoso de saber si el que está contando es el mismo
que cuenta al que esta contando para escribirlo).
El tercer
núcleo, introduce un giro en la historia. Un plano fantástico que termina
fundiendo las figuras de los narradores con la historia. Los dos narradores,
frente a frente, se alternarán en la narración. El primer narrador se hace
visible con su cielo y sus nubes y palomas y preguntas, mientras narra el
segundo narrador trata de emerger.
Este recurso, el de enfrentar las
dos primeras partes del relato mantiene al lector relacionado con dos líneas de
tiempo y de espacio, la de la historia de Elisa, la mujer, la niña perdida en el bosque, Anastasia y la del
primer narrador.
Lo demás está estructurada con reglas más tradicionales de la narrativa:
el tiempo es lineal y los personajes son reconocibles. Protagoniza esta etapa
el desarrollo del núcleo de la historia (con sus sub-núcleos), narrada por Anastasia,
el primer narrador mutando de espectador a narrador a actuante aparece entre
paréntesis invitándonos a la invención, dando quizá las claves suficientes para
acertar con la verdad, antes del final…
Hasta acá, conocimos a los personajes y sus relaciones. La escena se
despliega, sin llegar a un verdadero conflicto y nos muestra un desenlace que advertimos que
no es el fin del cuento por el tono de continuidad.
El nuevo núcleo expone una metamorfosis. Es el mundo de la representación,
lo que simboliza o metaforiza nuestro personaje narrativo, como espectador,
como actuante, de un tiempo que aparenta estar detenido es consecuencia de la construcción
de la mezcla directa de los mundos múltiples que caracterizan al cuento; la
realidad del primer narrador, une con la realidad de la interpretación…
Sobre la autora:
Daisy Díaz Amador nació en San Pedro de Montes de
Oca en 1924. Siendo estudiante del Colegio de Señoritas, uso el seudónimo
Robina del Valle, y colaboró escribiendo prosa en los periódicos El
Guanacaste y Mujer y Hogar. Desde los años de
colegiala, soñaba con poder expresar en un libro el mundo que encierra en lo
más recóndito del alma.
Elisa La Aldeana es su tercer libro y su primer cuento publicado.
Elisa La Aldeana es su tercer libro y su primer cuento publicado.
Tanto la portada, como algunas ilustraciones son nietas de doña Daisy. La misma autora también es pintora.
Para La Coleccionista de Espejos:
Dlia Mc Donald Woolery
No hay comentarios:
Publicar un comentario