Todo circo
tiene una magia propia y ninguno es igual a otro… un porque no existe un ser
humano igual a otro y menos un poeta por generación espontánea…
En general, la poesía, sino tiene magia es aburrida.
Conocemos los casos concretos, que por titularidad académica, o por vaivenes de
la vida se dicen poetas, que nunca llegaran a entender que la magia estriba en
lo que vemos sino en lo que no vemos, es decir en la construcción de imágenes
mediante la derivación de metáforas circunstanciales y circunstancias
metafóricas. En todo caso a lo que se le llama licencia poética.
Nos centraremos aquí exclusivamente en la llamada
de magia del circo místico, o la
Circomística que, como en poesía se suele clasificar como ilusionismo
según diferentes conceptos en función de la distancia de los espectadores,
número de ellos y localización de la presentación, efectos hechos a
corta distancia, que mediante la introducción de mundos concretos, objetos
cotidianos y de pequeño tamaño de un conocimiento interior particular, permite
acceder con facilidad juegos de magia
visibles, es lo que suele llamarse licencia poética…
La
Orquesta
Porque el circo posee del ánfora/
su abismo,/ invoca al duende a dirigir la orquesta: El duende tomó la Kora/ y
tensó la primera cuerda. Y yo divagaba en la llave/ que la danza crea, cuando
acude/ese antro donde el duende nos tiene presos./ Suyo es el cetro del
orfebre/y vano el eco de la fiera que cae/ aguijoneada por su esquila./ Una /o
mil veces/congrega al centinela en la pezuña/ del lobo/o en la célica acrobacia
que golpea/el sigilo del corcel./Por eso/de su preludio se resisten/a ser
aliados los volatineros./Mas él padece/de un óptico gemido/y a todos inventa,
revuelve/confunde:/Claves de sol o pentagramas./Melodías que se engendran/ para
que las devore el circo…
Los circos son escasos, (más en estos tiempos en
que rivalizábamos con internet), de hecho sin que los busquemos no les
hallaremos (En eso no es igual a la poesía que podemos encontrar en casi
cualquier lugar) y sin embargo, han existido para entretener grupos que pueden
ir desde unas quince a cien personas, a solo una que, utilizando diversos
elementos sensoriales: tacto, oído, olor, visión fundiéndose con los elementos
de creación convencionales, sogas, pañuelos, aros, y diversos accesorios de
tamaño medio, que suelen utilizar los artistas circenses, todos destinados a
llamar la atención y a presentarnos distintos conceptos, relaciones de mundo e ideas
desde el punto de vista del maestro de ceremonias, en este caso la autora, la
mayoría de la veces, un verdadero logro de integración, sobre todo si tomamos
en cuenta que todo libro, no se puede en ocasiones decir lo contrario,
demuestra quien es el autor, que es lo que tiene que decir, y cómo lo dice, otra
defensa no es necesaria.
Diríase un cuervo suspendido/por cuatro puntos
cardinales/o algún inamovible abanico sujetado/por el cincel del mármol./Míralo,/descorre
pronto su pupila ardiente/es ella quien construye las lámparas del helio./ Nada
en torno suyo respira/y sus vértebras contienen/el giro del atlante que te
anuncia/la caída de los templos./Anda/dile que en el arco de su iris/aún las
sillas no están vacías./Pero basta el golpe de un lamento/sobre su sombra
acumulada/y sentir/este reloj que corroe/el eje de su abismo/mientras un eco no
escuchado danza:/Eres un bastón en el ático/del tiempo/inútil vigilante de no
sé/qué tumba.
La poesía es, por sí misma, una disciplina dentro
del ilusionismo.
Tiene muchos siglos de historia, y su máximo exponente es el poeta mismo…
Tiene muchos siglos de historia, y su máximo exponente es el poeta mismo…
Obviamente el/la poeta tiene una
sensibilidad interior que no se rebaja a andar por ahí queriendo obligar a
otros a aceptar lo que se escribe por influjo de otros, pues para ser poeta no
se necesita ser ingeniero para construirlo, ni amante para sentirlo, mucho menos
abogado para defenderlo, simplemente se necesita ser. En este caso queda claro.
El Mago/
Ese asombro en la vasija de la orilla/que juega a
ser golpe en el latido de la nieve./No era el metálico artificio del mago/rompiendo
la túnica de los balcones/ni era la carpa de pupila/entre palomas de cal./Podría
pensar en la mirada del niño/devorándose a sí misma/o en su lienzo que esta
noche/es pájaro que rompe/las membranas de la luz./¿Cómo?/si tan cerca de todos
maullaba el gato/en la caja del verdugo/¡el mago!, que en cada escaparate/no
alcanza a desdoblar la huida.
Ml. Dr.
Calebth Aguilar Figuls
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