sábado, 21 de septiembre de 2013

A PROPOSITO DE LA TRADUCCION

 
A raíz de un conversatorio organizado por EDITORIAL GERMINAL, Porque el país no alcanza: traducción e interpretación. G.A. Chávez, Cesar Maurel, José Antonio González y Mauricio Orellana, Salón del Cuño, que se dio durante la recién pasada 14ava Feria Internacional del Libro, 2013, en Costa Rica, quise contribuir con unas observaciones en torno al tema.

 Es importar recordar que no basta con tener conocimiento de dos lenguas para poder ser un traductor eficiente. Y esto no lo digo por esnobismo ni para cerrarles la puerta a todas aquellas personas que, armadas de un diccionario y su bilingüismo han llenado un vacío existente durante muchos años. Sino es para hacer consciencia del hecho de que hoy por hoy, existe una disciplina, todavía algunos cuestionan su estatus de ciencia que se llama Traductología, Translatology, en inglés, por lo cual el/la especialista en esta disciplina es traductólogo/a. 

 
La traducción, posiblemente, ha existido desde que el ser humano aprende a vivir en grupos separados y se ve en la necesidad de comunicarse. Para los que sí creemos en la versión bíblica de los hechos; desde que Dios establece la diversidad en la Torre de Babel. Habiendo dicho esta, creo necesario señalar algunos puntos básicos.


a)    La palabra traducción, aunque se suele usar en términos genérico, se debe aplicar solamente a la forma escrita.

b)    A la forma oral se le debe decir interpretación y al que lo hace: intérprete

c)    La interpretación puede ser simultánea o consecutiva.

d)    La simultánea se da cuando la interpretación se hace al mismo tiempo que el discurso se está haciendo.

e)    La consecutiva se da cuando el intérprete hace resúmenes constantes del discurso. A veces se hace necesario “codear” al emisor cuando sus intervenciones se extienden demasiado.

f)     También existe el famoso “perro faldero” que es el intérprete que se sitúa detrás o al lado o sigue a todas partes al interesado y le susurra todo lo que se está diciendo.

g)    No se puede dejar de mencionar el doblaje, los subtítulos, el lenguaje neutral, la voz sintética, las linguas francas, el Esperanto, las características de las lenguas  en juego ni los aspectos culturales, cómo vencer la tentación de mejorar el texto, las figuras literarias, las pérdidas y ganancias, la modulación, los títulos y qué decir de los nombres, las jergas, dialectos, criollos, refranes,  el profesionalismo,   la audiencia, metalenguaje, la ética  etc.

h)   No existe, según los expertos, nada que no se pueda traducir; porque insisten en colocar el pensamiento antes del lenguaje.
 

La Traductología en Costa Rica 

 
Tradicionalmente, El Ministerio de Relaciones Exteriores, ubicado en la histórica Casa Amarilla, ha sido el encargado de otorgar el status de Traductor Oficial y a la Universidad de Costa Rica le corresponde crear y aplicar la prueba para los aspirantes (algo semejante ocurre con el lenguaje de señas). Irónicamente este monopolio le corresponde a una universidad que no tiene la carrera de Traductología. Ofrece cuatro cursos de “traducción” a los estudiantes de lenguas. Cabe señalar que los resultados son excelentes porque he presenciado sus interpretaciones. Las universidades con esta carrera son La Universidad Internacional de Las Américas y La Universidad Nacional. Creo que ya de hace necesario crear una asociación de traductólogos costarricenses.

Como nota final:
 
No es lo mismo la traducción literal que traducción literaria: una excelente opción para estudiar traducción en EE .UU., es la Universidad de Monterrey y prefiero a Octavio Paz como traductor que como escritor.   

 

Para La Coleccionista de Espejos:

                               Frankyn Perry e Iris Moore

 

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