miércoles, 10 de octubre de 2012

Una mirada a la tica...

Los espejos no son, los únicos que conocen el tiempo y los huesos
de quienes saben que existen, se asomen o no… DMcD

Existe una mirada, lo que nuestras ancestras, las esclavas de su propio mundo llamaban Motuola, que definió a toda una generación de costarricenses y los hizo ser grandes entre los grandes: Julita Cortes, Francisco Amighetti, Francisco Zúñiga Chavarría, Luis Daell, y César Valverde Vega.

    Hace poco, nuestro colaborador Franklyn Perry, habló de Julita Cortés, en el futuro hablaremos de otros pero en este momento, lo haremos de César Valverde Vega, (San José, 8 de marzo, 1928 — ibídem, 3 de diciembre, 1998) cuyas visiones todos hemos visto en el antiguo Banco Anglo, la Asamblea Legislativa, la Contraloría General de la Republica, el Colegio de Abogados, el Registro Nacional, la UACA, entre muchas otras colecciones privadas, que la juventud actual apenas detalla.
Y es que tanto el escritor como el artista plástico, maduran en soledad y no por la profusión de los amigos o la familia; y si no es capaz de hacer(se) critica o aceptarla, no tiene una verdadera historiografía que mostrar y mucho menos que defender. De ese punto parte casi siempre el CRITICO, en especial el literario, deber saber y respetar todos y cualquier sentido…

César Valverde fue un pintor, muralista, pues existen sus diferencias más importante de todos los tiempos culturales de un país al que amó más allá de la vida: la pintura; sin embargo, también amó inmensamente al país que le vio nacer: basta leer sus acertadas apreciaciones sobre el ¿destino?, del mundo cultural del momento…



      Hijo de César Valverde Monestel, a quién conoció después de dos años cuando fueron su madre, Hilma Vega Jiménez y él a Estados Unidos a dónde ido a trabajar por un tiempo, estudió la primaria en Escuela Buenaventura Corrales y la secundaria en el Colegio Seminario.  Presionado por su padre estudió derecho, en España, carrera que prácticamente nunca ejerció porque llevaba dentro la semilla del arte, cursó también Arte en Francia e Italia.
Casado con Dorothy Stark Stabler, trabajó varios años en la oficina de Planificación y poco después del nacimiento de su tercer hijo, es decir en 1970, se dedica de lleno a la pintura, comenzando por ser profesor de ARTES PLÁSTICAS, de la Universidad de Costa Rica, fue Director de esa escuela, Viceministro de Cultura en el gobierno de Rodrigo Carazo, y recibió el Premio Nacional de Pintura en dos ocasiones.

Publicó varios libros: Los murales de César Valverde (L'Atelier, 1990); una novela corta: La feliz indolencia (Editorial Costa Rica, 1982) y tres libros de ensayos, recopilaciones de artículos publicados originalmente en las secciones de Arte y Opinión del diario  La Nación; Más en broma que en serio (Editorial Costa Rica, 1977); Ensayos para pensar o sonreír (Ministerio de Cultura, Juventud y Deportes, 1982); y Sonreír otra vez (Juricentro, 1990)..

Falleció de una peritonitis en el hospital Calderón Guardia el 3 de diciembre de 1998, mismo año de sus entrañables amigos: Francisco Amighetti, Francisco Zúñiga Ch., y Luis Daell.


Para La Coleccionista de Espejos:
Yanncy Kellerman Miranda
Imagenes tomadas de nter

 

3 comentarios:

la coleccionista dijo...

Ana Yancy muchas gracias por la reseña sobre Cesar Valverde y la lista de ilustres de la plástica tica. Concisa, al punto e informativa. Franklyn

la coleccionista dijo...

Estimado Don FrankLyn:
Por el contrario, somos nosotras Ann+e como usted le llama y yo, le estamos en especial agradecidas por el apoyo que le dio a Dell en los momentos en que quienes no la conocen la atcaron sin razón; o sin que supieramos porque, así que gracias usted y no perdamos el contacto entre coleccionistas...YK

la coleccionista dijo...

Y Teacher Franklyn:
Gracias por mi nevo apelativo y como Yann darle las gracias por soportar y apoyar a la malcriada de Dell

Ann+e

Lo que trajo la marea...

Las malcriadas...  Alfredo González Campos Es demasiado complejo el libro, por eso empiezo con los ES. Es un libro que me impresionó, cosa...