miércoles, 27 de noviembre de 2024

Lo que trajo la marea...


Si vas conmigo ya no me da miedo…

Cuentos didácticos de resiliencia

Mauricio y Margot Arley Fonseca

Antes de empezar, hablemos de La Literatura afro y su pequeño artilugio de escribir…

La escritura afro, es en sí, un pequeño milagro y, es que más que ningún otro escritor, el afro es el demiurgo, más bien actor de carácter que conoce el origen de su sed por escribir pues, como pues como un rompecabezas al que le faltan partes, la literatura afro, LIAF, no es solo cuestión de escribirla desde la mirada del outsider, sino que, como un actor hay que tratar de entrar en escena para asumir el personaje, pues en todo momento, es más personaje que obra, y muchas veces no depende de la ficción sino de la vida vivirla para entenderla, y eso depende solo de la vivencia personal.

Si vas conmigo ya no me da miedo…

Sin duda, toda obra literaria se crea desde un punto de vista.  En este caso, la obra literaria parte de una mirada específica, casi que diría que consecuente con la experiencia del autor en relación con la naturaleza, la sociedad y, el modo en que tales vivencias repercuten en su psique. En tal sentido los autores retratan, retrospectivamente y en tiempo actual, su percepción del paisaje; interpretan las relaciones sociales, los procesos sociales históricos, la memoria ancestral, las tradiciones y también crean realidades y mundos futuros, todo, desde una propuesta que se constituye tanto desde la colectividad, como desde la creación literaria, ocupándose de suceder la realidad imaginaria, una expresión artística que viene siendo en última instancia, un discurso imaginativo aunque en este caso, al igual que los demás mortales, los autores están inmersos en una sociedad. Inserción que implica ser una parte que la producción literaria que no se escapa de la programación social, en las que las dinámicas de clase social, nacionalidad, etnia, raza, género, cultura, política, religión y filosofía, inevitablemente se proyectarán en la obra literaria. Me gusta que los autores hayan reinventado la realidad de manera imaginaria, en que se incluye además un mundo objetivo y subjetivo en un plano de las ideas, que problematiza la realidad a partir de datos imaginarios, aplicables por analogía, a la realidad real, y a partir de esfuerzos reflexivos que llevan al escucha, espectador o lector a reconocerse, a encontrar identidad, a elevar su nivel de conciencia.

La Literatura afro y su pequeño artilugio de escribir…

La literaria afro también es un arte creativo que, por un lado, recrea discursos y situaciones que reconstruyen hasta cierto punto elementos del discurso dominante, aunque el autor no se lo haya propuesto y, por el otro, se enfrenta al hecho de que ninguna obra es mera trascripción del discurso dominante, mediante una pluralidad de discursos que afirman una doble consecuencia, una doble autonomía relativa: la del autor frente a su entorno y la autonomía relativa del mecanismo de fabulación que es una de las especializaciones de literatura afro: la ficción; cosa que siempre ha sido negada por la población dominante, que al denominarnos afrodescendientes, establece que, al menos en Centroamérica, y Costa Rica no es la excepción, la literatura afro no existe, o surge del vacío, porque creen no tiene un contexto histórico, por lo, en especial la literatura infantil, puede ser escrita por la población dominante quién privilegia, hasta la llegada de Quince Duncan, el relato oral por encima del escrito.

Es aquí donde Si vas conmigo ya no me da miedo, cobra relevancia e importancia, y denota porque para mí COCORI, no es tan nefasto como La Negra, y en especial, El martirio de una niña (blanca)de cinco años en Matina, de Manuel Argüello Mora, escritor, sobrino de Juan Mora, primer reconocimiento de literatura afro, cuyos personajes son tipificados como subhumanos de rasgos simiescos, gente de la selva, salvaje, hostigada por su propio hábitat, moralmente excluidos, supersticiosos, malos, corruptos, bestias primitivas, con danzas de la jungla, borrachos, ladrones, asesinos y violadores de mujeres blancas y adictos a la brujería. Personajes nigrofóbicos que, aunque por una parte suelen ser victimistas, propensas a la autoanulación, al autosacrificio por el bien del “blanco”, para quien sólo desean felicidad, también las hay que tienen hacia el blanco un gran odio, debido sobre todo a su incapacidad de ser en alguna forma empáticos o, considerados costarricenses, una de las razones prioritarias por las que YO nunca me reconoceré afro descendiente en mi propio país, ese término  se queda para cuando exista un grupo de nosotros, de diferentes regiones del globo: existe un paso pequeño entre ser escritor y lector, y es el mismo que existe entre leer y entender, que aquí hay que no solo observar sino poner atención al primero de tres fenómenos que, hacen que esta literatura, pase casi inadvertida: 1. Se escribe sobre los AFRO DESCENDIENTES, cuando lo correcto, es decir, AFRO NATIVO, por ejemplo AFRO COSTARRICENSE, por personas como Arguello Mora, que lo asumen como una moda de desmitificación de valores raciales, es decir, imponiendo al grupo hegemónico sobre todos los demás. 2. ¿Tienen los afro descendientes su propia voz, y derecho a escribir por ellos mismos?, y 3. ¿Existe reconocimiento o, negación sobre el aporte, o integración a la sociedad de los autores afro descendientes?, detalles por los que la LIAF, es en su mayoría un mosaico polifónico que se extiende inadvertidamente, desde las esquinas de México, concretamente Veracruz, que inicia con Gonzalo Aguirre Beltrán, Tlacotalpan, Veracruz, 1908-Xalapa, Veracruz, 1996, médico y antropólogo mexicano autor de El Señorío de Cuautochco: Luchas Agrarias en México durante el Virreinato un estudio sobre la tierra, la dominación del indio, la resistencia, los cambios culturales, la organización sociopolítica local y las condiciones socioeconómicas de la salud en la región de Huatusco, 1940, continua con Dra. Judith Solís Téllez, ensayista, y autora de ARBOLARIO, libro de relatos, que viaja entre la frontera de la LIAF, y el imaginario popular de cultura afro, pero sin llegar necesariamente a reconocerse como parte de ella, y finalmente Final del formulario

Aleida Violeta Vázquez Cisneros, Cuajinicuilapa, es decir las costas, poeta, y activista afromexicana, integrante de la Asociación civil Mano Amiga de la Costa Chica, quién desde la poesía,


Me han dicho que no soy negra

que pa’ eso me falta color

como si mi sangre fuera

cualquier cosa, sin valor

Nací en Cuajinicuilapa

pueblo costeño del sur

de Guerrero, tierra amada

donde abunda negritud

Orgullosa estoy, por tanto

de mi alma cimarrona

del espíritu que porto

y que nunca me abandona.

(Que me falta color, Aleida Violeta Vázquez Cisneros).


nos habla sobre la discriminación a la que se ha enfrentado la negritud, que da pie al cambio en la narrativa de los pueblos afromexicanos, y con ello da la visión de lo que viven otros países centroamericanos.  Sin embargo, cada país tiene su forma de Literatura Afro. Honduras, por ejemplo, es tal vez, uno de los pocos países que no reconoce su negritud, y de ahí hemos de brincar a Honduras británica, hoy llamada Belice, tiene sus propias representatividades a las que nos referiremos después, al igual que Bluefields, Nicaragua, y nos detendremos en Costa Rica, por ser la que, hasta ahora, he detectado, con mayor número de escritores afro, y 2do, por ser el caso que nos ocupa. Además de Panamá y Colombia, y del resto de los países del Sur tenemos muy pocas referencias.

Por tanto, podríamos decir que en ambientes culturales y escolares la LIAF es de, además, de reciente llegada profundamente desconocida pues, empieza a ser más conocida en tertulias familiares que dieron origen a una primera recopilación hecha por el departamento de Antropología del Ministerio de Cultura, 1985, denominado CUENTOS TRADICIONALES AFROLIMONENSES, a los que después seguirían CUENTOS DE ANANCY, Quince Duncan, ANANCY en LIMÓN, Joice Anglin Edwards, Tres Cuentos de Dolores Joseph, de nuevo Duncan UN SEÑOR de CHOCOLATE, y más recientemente Anancy y sus amigos, recopilación de Carol Britton González, y A who evá si a black payaso, de mi autoría…

Felicitaciones a los creadores de este didáctico conocimiento, por un nuevo re-descubrimiento

Para La Coleccionista de Espejos, Dlia McDonald Woolery

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