martes, 2 de mayo de 2023

Lo que trajo la marea...

Noche sin luna

Maritza Obando Matarrita.

Lo afro, no es necesariamente, asunto de piel…

Hasta hace pocas décadas, y eso es mayormente gracias al trabajo de autores como Quince Duncan, Eulalia Bernard, y Dolores Joseph, entre una nada despreciable lista de autores afro costarricenses (la forma correcta de llamarnos pues, la formula afro descendiente debería usarse solo en estadios internacionales para unificar a un grupo de representantes de diferentes países con contenido AFRO pues, de lo contrario nos convierte en una población migrante, y bien sabemos que los migrantes no tienen derechos ni responsabilidades que los vinculen a ningún país), tiene un espacio integrado dentro de la estructura literaria de muchos países y, Costa Rica no es la excepción.

                                    Sobre el libro

A primera vista es un libro sencillo. Sobria presentación de portada que, de muchas maneras, empezando por esa poderosa mujer pescando, y también tiene su simbolismo dentro y sobre el libro, me recuerda la obra de June Beer, 1935 1986, poeta y artista plástica autodidacta garífuna nicaragüense, por su soloridad y creolismo, por CREOLE y no CRIOLLO para mí dos cosas completamente diferentes, que es una referencia obligada en este tipo de texto, por lo que no espera una que tuviese que decir tanto...

Este tipo de este tipo de libro, son raros, y le estaré eternamente agradecida a Santiago Porras J., quién fue el referente inicial, por ponerme en contacto con una realidad latente pero poco conocida de nuestra cultura general. Tiene poca difusión y conocimiento porque, pese a que él país tiene estudiosos bastantes buenos en el conocimiento del tema, antes que el RACISMO el COLONIALISMO, mediante el discurso moralista, impartido desde el escenario común del esclavista que, ya fuese este hombre o mujer, tanto para mejorar su estatus económico como social, o por mera necesidad de mostrar poderío, asignaba el rol de trabajo, a lo que consideraban lo más débil y amoldable, las MUJERES, que sometidas a la instrucción de (Hombres, o Mujeres blancos) dominantes, oprimidas, discriminadas, sometidas, y dependientes, no tenían más libertad de expresión que el silencio de la vida familiar, la cocina, o el cultivo, o la creencia de que por ser portadoras tanto de escaso poder de razonamiento como capacidad de desarrollo emocional; escribir, un ejercicio intelectual constante, se reducía, a la belleza física que daba solución a sus problemas.

              Sobre el libro

Para el lector que recién llega a la propuesta de la existencia de la LITERATURA AFRO centroamericana, la norteamericana tiene su estado y conocimiento, debe aprender a diferenciar entre dos mundos, en el que existen dos tipos de palabra, por tanto, dos tipos de literatura, ambas escritas desde el Péplum, un género literario que bien puede ser fílmico que comúnmente puede conceptualizarse como histórico de aventuras, en la que podríamos decir que el CREOLE, equivale a la lengua vernácula de los esclavos traídos de diferentes lugares de África que al lograr comunicarse entre sí y con los naturales del área, crean un punto común de comunicación que al entrar en contacto con el español, la transforman en lenguaje vehicular, de cuya conflictiva coexistencia nace una lengua compuesta de elementos lingüísticos absolutamente heterogéneos entre sí, pero funcionales a todos los interesados (indígena, afro, e hispanas presentes en este libro), que como protagonistas de la historia y de culturas distintas -sobre todo la africana que al pasar de ser herencia oral, a una estructura morfosintáctica, creó una marca identitaria de generación en generación, desafío léxico- en la que sus escritores, en papel y oral, puedan expresarse no solamente en el ámbito afectivo, doméstico y emocional, sino también cuestionar la alteridad literaria, en dónde la memoria genética produjo a partir del conocimiento de la DIASPORA, un proceso cultural que generalmente se relaciona con la música, la teatralidad del subconsciente onírico de los relatos, dentro de los cuáles la crítica literaria, otro tipo de literatura, no existe.

Precisamente a partir de la esclavitud, la palabra sucia de la conquista y colonización de América, y su rico negocio del comercio esclavo, la LIAF, salvando algunas diferencias culturales, pasa a redefinirse mutando a una forma de sobrevivencia, en la que las mujeres desmarcaron historias patriarcales, sexistas, machistas, y auto excluyentes heredadas del mundo africano que dejaban atrás, y se convirtieron inadvertidamente, en LIAM, que es la escrita por mujeres que, como los pétalos de una flor, desprenden: 1. EMPATÍA, 2. SORORIDAD, 3. CONOCIMIENTO del medio (elementos que, en mi entender, son la función básica de la literatura en general), pues es capaz de crear una corriente literaria hegemónica e identitaria que como pájaros CUCÚ, que como bien sabemos suelen dejar sus huevos en otros nidos para ser criados por otras aves; favoreciendo el llamado black friendly denominación que se aplica a quienes escriben, o hacen critica desde la interpretación de que toda literatura es una sola; posición privilegiada que les permite incluso querer incluso qué, y cómo escribir o, con frecuencia, la descalificación de conocimiento y ejercicio por tener dos contrarios: mujer y negra que por las condiciones anteriores no tiene más derecho que aceptar que: 1. Usted promete como escritora, pero para lograrlo tiene que hacer absolutamente lo que yo le diga, porque yo soy el que sé LAR…2. ¿Qué tiene que hacer esa mujer aquí, si la literatura es para gente como nosotros, y no para NEGROS? H.L.P... 3. La literatura afro no existe, Dr. A.C.A, 3. ¿Qué va saber de ser jurado de PN, si ella es NEGRA y solo habla inglés? J.M.F. 4.…sin mí, ESA escritora en nada y nadie…Dra. MZG, 4. Te voy a recomendar que se aleje de Dlia McDonald, porque ella cree que es la única que sabe de LIAF, pero yo sé más porque soy hombre y blanco, académico… Dr. D.S.P., muestra clara de que no hemos superado, de ninguna manera, la costumbre colonial, de controlar la vida y el pensamiento, en especial de las mujeres...  Sin embargo, una cosa es lo que escriben las escritoras pertenecientes al grupo hegemónico, y otra muy distinta lo que escriben las de los grupos étnicos, de la que existe un total desconocimiento.

                               Sobre el libro

Escrita en Creole, la gran aliada de la DIASPORA africana sobre muchas regiones del mundo que, de paso, muestra que no solo se limitó al CARIBE de las zonas donde se reconoce población afro, sino también que puede ser escrita en español, y ello gracias a la conformación de la región guanacasteca, cuyo cruce entre europeos blancos, mediante la extinción indígena mediante procesos de esclavización, y enfermedades y posterior introducción del negro, creó las condiciones ideales para la creación de lo que Quince Duncan denomina como AFROREALISMO presente en el libro: oscurantismo literario que a veces no es posible reconocer dentro del lenguaje común que, al no estar subordinada al lenguaje del conquistador recupera de los pequeños detalles de la cotidianidad las tradiciones, la música, el idioma, los mitos, y rituales nativos, transmutación y reestructuración de los términos del colonialismo que durante siglos estuvieron inmersas dentro de aparentes silencios creados principalmente por estructuras hegemónicas, en el que el escribir o cantar, se convierten en un continuum que gira entre realidad y ficción, con parámetros de trabajo que difícilmente caen dentro del estudio académico formalmente dicho, sino porque muchas veces resulta indescifrable, lo cual es una de las características más fundamentales de la LIAFM: 

Yo no sabía que mi abuela era negra,

nunca la vi negra,

siempre la vi mi abuela…

En medio del descubrimiento de pequeños detalles lingüísticos, in ninguna otra guía que el conocimiento interior, la rica y diversa expresión de lo que se conoce como un susurro interior, instala un espejo en el cual se reflejan subjetivismo y creatividad, que desde un barco viejo, desvencijado y lenta, la mujer, en este caso desarruga los pliegues de un traje viejo, hecho enteramente de convencionalismos poco justos a sus características, únicas y auto determinadas,  que le permite sobrevivir con total claridad y entendimiento, a ambos lados de la escala de color y etnicidad, y dentro de una cultura que no está hecho para aceptar este tipo de texto del mismo modo que podría hacerlo con lo demás.

Fin de un buen texto, del que espero gustosa próximas lecturas…

Para La Coleccionista de Espejos: DMcD



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