domingo, 12 de junio de 2022

In Memoriam...


 SEMBLANZA DE ANITA HERZFELD

 

ANITA HERZFELD: Nace en Buenos Aires, en enero de 1932; su padre fue Walter Herzfeld, y su madre, Emmy Fishbein. Emigran a Argentina de Hamburgo y Dortmund, Alemania, 10 años después de la Primera Guerra Mundial. A ese respecto, debo mencionar que Anita tuvo sentimientos encontrados al ser prácticamente la única sobreviviente del holocausto en su familia por ambos lados, hasta el punto de tener que someterse a tratamientos psicológicos.

Pasó su niñez en la Pampa argentina (Santa Rosa). Allí cursó su educación básica y estudió en la Escuela Normal, en donde se gradúa como maestra. Luego partió a Buenos Aires donde estudia química, física y matemáticas y obtiene un bachillerato en ciencias. Parte luego hacia Gales, lugar en donde estudió inglés en el Technical College en Cardiff. Posteriormente, aprobó el Cambridge University Certificate Examination.

Finalmente, retorna a Buenos Aires, donde trabaja como profesora de inglés en varios colegios académicos y como tutora privada.

A inicios de la década de 1960, gana una beca Fulbright para estudiar en los Estados Unidos y viaja a Kansas para especializarse en literatura norteamericana. Ya tenía alguna experiencia en el campo, pero en el proceso, descubrió y se enamoró de la lingüística, por la cual desarrolla una pasión inusitada. Es así como obtuvo una maestría en ingles con énfasis en lingüística.

Debido a esas extrañas cosas de la vida, Anita, visitando un coterráneo enfermo en un centro médico en Kansas, coincide con el profesor George Wagganer, en ese momento, Decano del College of Liberal Arts and Science. El la contrató como traductóloga del Seminar on Higher Education of the Americas, y luego como Associate Director de los mismos.

Estos encuentros eran auspiciados por el Departamento de Estado como parte del programa del presidente John Fitzgerald Kennedy, Alianza para el Progreso, con el fin de contrarrestar los efectos de la Revolución Cubana de 1959.

De vuelta en la Argentina, se encarga del Departamento de Lenguas Modernas de la Universidad de Buenos Aires, en momentos en que corrían los años de extrema turbulencia política en la Argentina. Los estudiantes protestaban continuamente, mientras que los militares los reprimían y colmaban el campus universitario de gases lacrimógenos.

Anita, bajo la tutela de Waggoner, se traslada a Costa Rica, en donde dirige el grupo de estudiantes de la Universidad de Kansas en el extranjero, de 1968 hasta 1976. Fue profesora de lingüística en la Universidad de Costa Rica. Por cierto, ella lo recordaba como una de las experiencias más agradables de su vida profesional. Anita trajo a sus padres a Costa Rica y tanto los estudiantes ticos como los profesores colegas, recibieron a los Herzfeld con respeto y gran afecto. Sería eterna esta semblanza de Anita, si relatara todas las bondades y los reconocimientos de esta increíble profesional.

Anita fue una dama de tres mundos, a saber: hija de la Pampa argentina, hija del Valle Central y de la Costa caribeña de Costa Rica y una hija singular de Laurence, y la Universidad de Kansas de los Estados Unidos.

Mi encuentro con ella se produjo a inicios de la década de los años 1970. En ese entonces, dirigía el grupo de muchachos que hacían una especie de pasantía en la UCR. Mi profesora, Jessie Montejo de Orlich me preguntó si me gustaría ser informante para una señora que estaba escribiendo una tesis sobre el inglés limonense. Le respondí afirmativamente, porque ya había servido como informante para Fernando Wright. No le di más importancia al asunto, hasta que un día fui a visitar a Eulalia Bernard. Estando allí, llegó Anita. Fuimos presentados y en ese instante, inició una de las relaciones amistosas más gratificantes que jamás he tenido. Se trata de una amistad que empezó en los años setenta y que sigue vigente aun hoy 9 de junio del 2022. Nuestras reuniones siempre giraron en torno al afecto y lo intelectual (la lingüística, desde luego). Como referencia, les puedo asegurar que la colección privada de Anita, así como la Biblioteca de la Universidad de Kansas constituyen los mayores reservorios de libros costarricenses en el extranjero.

Durante su extensa labor de investigación, efectuamos varios viajes juntos a Bocas del Toro, República de Panamá, con el fin de analizar las diferencias y las semejanzas existentes entre el inglés limonense y el inglés panameño. A inicios del gobierno de Barack Obama tuve la ocasión de viajar desde Nueva York en tren hasta Laurence, Kansas, invitado por Anita a su clase de lingüística para contar cuentos del Hermano Anancy en inglés limonense. Al regreso de ese viaje, escribí un poema dedicado a Anita, intitulado Random Impression from the train. Anita fue autora de libros y artículos sobre el inglés de Limón e igualmente dictó varias conferencias sobre el tema. Tuve el placer de tenerla como profesora invitada en varias de mis clases y entre sus muchas publicaciones, escribimos juntos “Limonese Creole Proverbs and Sayings”, artículo que apareció en la Revista de Filología, Lingüística y Literatura en su edición del primer semestre de 1996. Por supuesto que, a raíz de su partida, en diciembre del año pasado, quedaron varias conversaciones inconclusas.

Anita hizo varios otros amigos en Costa Rica, entre los cuales podemos citar a Fernando Wright, Ronald Ross, Jeanina Umaña, María Eugenia Bozzoli, Jack Wilson, Jessie Montejo y Emilia Marín.

Concluyo esta breve presentación de mi amiga y tutora, Anita Herzfeld, citando el proverbio que expresa mis sentimientos hacia ella y el cual reza: Amistad fuerte llega más allá de la muerte


Para La Coleccionista de Espejos: Franklyn Perry


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