lunes, 2 de mayo de 2022

Con palabra de mujer...

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Del mismo parecer que la sociedad costarricense desconoce que las mayores cultoras de etnia afro-nativa de cualquier país, es la mujer y que su legado no se limita a saberes culinarios, también desconoce que su principal legado es el muy cercano vínculo con la palabra divina y su filosofía, tradición, costumbre de creer en lo divino y sus sacramentos, que deriva de las mujeres etíopes y/o africanas que poblaron granjas de esclavizaje, a lo largo y ancho de América Latina.

 Sin embargo, la religión no debe verse como un trámite de vida que se ejecuta sin reflexión, conocimiento, una mera costumbre de sobrevivencia que nos permite visualizar, mas no entender que existe un poder más allá de lo entendido por el ser humano.

La tradición del apostolado de la religión, igual que en la católica, designa en el hombre el poder de la comunicación, y en la mujer, sobre todo la AFRO, el de servicio. Dentro de esa tradición, y desde hace un tiempo considerable la Dra. Maud Curling Rodríguez, afro-costarricense, hija del padre de la nacionalidad jurídica afro-costarricense, ha desarrollado pese a que podría pensarse lo contrario, ello por el efecto del mestizaje, de la miseginación y el sincretismo religioso presentes en nuestra cultura, sobre tomando en cuenta el poder dentro de esta combinación que segundo apellido, el materno, ejerce dentro de la cosmología de la autora, aspecto y tema del que hablaremos en algún momento, más adelante.

Con ustedes:

 

              JESÚS, EL BUEN PASTOR


Colaboración de la autora, Dra. Maud Curling R.


Introducción:

En el  principio  era el Verbo, y el Verbo era con Dios y el Verbo era Dios.” (Jn. 1:1)

Estas son las palabras con las que el apóstol Juan inicia su evangelio. Cristo, existente desde el principio de la Creación,  es  Dios.

 Cristo, Dios encarnado, es el fundamento de nuestra fe por lo que el apóstol continúa afirmando:

 “El Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros.” (Jn.1:14) 

 Cristo, el Mesías, el Redentor prometido inmediatamente después del pecado de Adán en el paraíso, es la piedra angular sobre la cual descansa el plan de Dios para la salvación de la humanidad  caída.

¿Cómo se presentó  Jesús en los Evangelios?  ¿Cuáles fueron las proclamaciones de su deidad?  Él afirmó ser:

 El camino:

 

Yo soy el camino, la verdad y la vida.  Nadie viene al Padre sino por mí.”(Jn. 14:6).

  Énfasis: Solo a través de Cristo podemos llegar a Dios el Padre.

 

La resurrección:

 

Yo soy la resurrección y la vida; el que en mí cree, aunque esté muerto vivirá.”(Jn. 11:25)

 

Énfasis: La fe en Cristo nos hace pasar de muerte a vida.

 

La puerta (del  redil):

 

“Yo soy la puerta, el que por mí entrare, será salvo; y entrará y saldrá, y hallará  pastos.”(Jn. 10:9)

 

Énfasis: Cristo no solamente es nuestra salvación sino provee para nosotros el alimento adecuado.

La vid:

 

“Yo soy la vid, vosotros  los pámpanos; el que permanece en mí y yo en él, éste llevará mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.”(Jn.15:5)

 

Énfasis: Separados de Cristo  no podemos dar buenos y abundantes frutos.

 

 El pan:

 

 “Yo soy el pan de vida. (Jn.6: 48)

“. .. el pan que desciende del cielo, para que el que de él come, no muera”( Jn. 6:49)

 

 Énfasis: Cristo es el alimento espiritual que nos mantiene con vida.

 

 La luz:

 

 “Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.” (Jn. 8:12)

 

Énfasis: Estando en Cristo  nuestra vida es siempre luminosa y las tinieblas no nos alcanzan.  Quien tiene la luz de Cristo adentro no andará nunca en oscuridad.

 

 El agua para vida eterna:

 

 “…el que bebiere del agua que yo le daré  (ésta) será en él una fuente de agua que salte para vida eterna.”  (Jn.4:14)


Énfasis: El agua es indispensable para la vida y Cristo, el agua de vida, sacia nuestra sed espiritual.

 

 


TEMA:   JESÚS, EL BUEN PASTOR, VINO PARA QUE TENGAMOS VIDA Y PARA QUE LA TENGAMOS EN ABUNDANCIA ( Jn.10:10)

La figura del pastor y de las ovejas ofrece  excelentes enseñanzas de las que vamos a ocuparnos hoy.

 El oficio de pastor se practica desde tiempos antiquísimos.  En el Antiguo Testamento Abel fue pastor de ovejas (Gn. 4:2), lo mismo que Jacob (Gn. 30:31), Moisés (Ex. 3:1) y David  (1 Sm. 16: 11),  para dar algunos ejemplos.

 

 El trabajo del pastor era de todo el día,  hasta la noche, cuando traía sus ovejas de nuevo a lugar seguro - el redil-  fuera  del peligro de las fieras salvajes.

  En el Nuevo Testamento fueron precisamente los pastores  que velaban  y guardaban las vigilias de la noche sobre su rebaño quienes recibieron el mensaje angelical del nacimiento del Salvador. (Lucas 2:8-15).

 

¿Cuáles son las características - acciones y actitudes- de Jesús, el buen pastor?

 

 Jesús conoce a sus ovejas y las llama por su nombre. Hay un conocimiento, individual, personal.  Cada oveja tiene su nombre único. (Jn. 10:14)

 Jesús va delante de sus ovejas buscando el mejor camino para que ellas lo sigan. (Jn.4:1-10)

 Jesús saca las ovejas del redil y las vuelve a traer por la noche, contándolas de una en una.

 Jesús lleva a las ovejas a verdes pastos y manantiales de agua fresca. (Salmo 23:2)

 Jesús deja el redil para buscar a una sola oveja que se haya  perdido.   Una única oveja es de gran valor para  él. (Mateo 16:12-14).

 Jesús infunde confianza en sus ovejas porque las defiende de cualquier  peligro.

 Jesús ha venido para que las ovejas tengan vida, y la tengan en abundancia.  (Jn.10:10)

 Jesús es el buen pastor, el pastor perfecto, que da su vida por las ovejas. (Jn.10:11)

 Jesús, el buen pastor no permite que nadie arrebate sus ovejas de su mano. (Jn. 10:28)

 Jesús, como buen pastor, es el líder. Su autoridad no se discute porque está fundada en la entrega y el amor.

 

I.                 ¿Cuáles son las características de las ovejas que han aceptado a Jesús como su buen pastor?

 Las ovejas le siguen porque conocen su voz. Hay conocimiento mutuo del pastor y las ovejas. (Jn. 10:4)

 Hay amor recíproco entre el pastor y las ovejas.

 Las ovejas tienen confianza de que hallarán verdes y delicados pastos, así como aguas de reposo.  Su subsistencia está garantizada.

Las ovejas tienen vida y la tienen en abundancia. (Jn. 10:10)

Las ovejas tienen la certeza de su salvación y vida eterna. Saben que nadie las arrebatará de la mano de su pastor. (Jn. 10:28).

Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco y me siguen,

Y les doy vida eterna; y no perecerán jamás, porque nadie las arrebatará de mi mano,
Mi Padre  que me las dio es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre.” (Juan 10:27-28)

 Las ovejas pueden vivir libres de temor por el aliento que les infunde su pastor.

 

 “Aunque ande en valle de sombra de muerte,

No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo.
Tu vara y tu cayado me infundirán aliento. (Salmo 23:4)

II.           
 
¿Cuál es su condición hoy?  ¿Es usted una oveja del rebaño de Jesús, el buen pastor? ¿Tiene usted la vida abundante que él prometió?  Analícese de acuerdo con las características  de la persona que  tiene a Jesús como su pastor.

 La persona que tiene a Jesús como su buen pastor tiene  temor de Dios

 “El principio de la sabiduría es  el temor de Jehová  Prov. 1:7 

 Temor significa admiración  adoración, reverencia, deseo de agradarle.

 La persona que tiene a Jesús como su buen pastor  está llena de  fortaleza  frente a las pruebas y dificultades que se le presenten.

 En períodos de adversidad puede hacer suyas las palabras del profeta Habacuc cuando afirma:

 Aunque la higuera no florezca,

Ni en las vides haya frutos,

Aunque falte el producto del olivo,

Y los labrados no den mantenimiento.

 

Y las ovejas sean quitadas de la majada;

Y no haya vacas en los corrales;

Con todo yo me alegraré en Jehová,

Y me gozaré en  el Dios  de mi  salvación.

 

 Jehová el Señor es mi fortaleza.

El cual hace mis pies como ciervas,

Y en mis alturas me hace andar.

 La persona que tiene a Jesús como su buen pastor está llena de gratitud y lo expresa  en todo tiempo.

Puede proclamar como el salmista:

 

 “En Dios nos gloriaremos todo el tiempo,

Y para siempre alabaremos su nombre. (Salmo  43:8).

 Bendice, alma mía,  Jehová.

Y bendiga todo mi ser su santo nombre.
Bendice alma mía a Jehová
Y no olvides ninguno de sus beneficios.(Salmo 103:1,2)

Bendeciré a Jehová en todo tiempo,  Su alabanza estará de continuo en mi boca. (Salmo 34:1-2)

 La persona que tiene a Jesús como su buen pastor está libre  de miedo, de temor 

 

“Dios es nuestro amparo y fortaleza.

Nuestro pronto auxilio en las tribulaciones.

 

Por tanto no temeremos aunque la tierra sea removida,

Y se traspasen los montes al corazón del mar;

 

Aunque bramen  y se turben sus aguas,

Y tiemblen los montes a causa de su  braveza”. (Salmo 46:1-3).

  La persona que tiene a Jesús como su buen pastor goza de la paz que, sobrepasa todo entendimiento.  Jesús dijo:

  “Mi paz os dejo, mi  paz os doy.  No como el mundo la da, yo os la doy.”

  En Isaías leemos.

  Tú guardarás en completa paz a aquél cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado.

Confiad en Jehová perpetuamente porque en él está la fortaleza de los siglos.  (Isaías 26:3-4)

La persona que tiene a Jesús como su buen pastor está llena de gratitud y lo expresa  en todo tiempo.

Puede proclamar como el salmista:

 

 “En Dios nos gloriaremos todo el tiempo,

Y para siempre alabaremos su nombre. (Salmo  43:8).

 Bendice, alma mía,  Jehová.

Y bendiga todo mi ser su santo nombre.
Bendice alma mía a Jehová
Y no olvides ninguno de sus beneficios.(Salmo 103:1,2)

Bendeciré a Jehová en todo tiempo,  Su alabanza estará de continuo en mi boca. (Salmo 34:1-2)

 La persona que tiene a Jesús como su buen pastor está libre  de miedo, de temor 

 

“Dios es nuestro amparo y fortaleza.

Nuestro pronto auxilio en las tribulaciones.

 

Por tanto no temeremos aunque la tierra sea removida,

Y se traspasen los montes al corazón del mar;

 

Aunque bramen  y se turben sus aguas,

Y tiemblen los montes a causa de su  braveza”. (Salmo 46:1-3).

  La persona que tiene a Jesús como su buen pastor goza de la paz que sobrepasa todo entendimiento.  Jesús dijo:

  “Mi paz os dejo, mi  paz os doy.  No como el mundo la da, yo os la doy.”

  En Isaías leemos.

  Tú guardarás en completa paz a aquél cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado.

Confiad en Jehová perpetuamente porque en él está la fortaleza de los siglos.  (Isaías 26:3-4)


 La persona que tiene a Jesús como su buen pastor guarda sobre toda cosa guardada su corazón, porque de él mana la vida. (Prov. 4:23)

 

 La persona que tiene a Jesús como su buen pastor está segura de su salvación (Jn:10: 27-.29)

 La persona que tiene a Jesús como su buen pastor anhela saber, hablar y hacer la voluntad de Dios.

Con todo mi corazón te he buscado;

No me dejes desviarme de tus mandamientos.

En mi corazó0n he guardado tus dichos para no pecar contra ti.

Bendito tú, oh  Jehová;

Enséñame tus estatutos.

Con mis labios he contado todos los juicios de tu boca,

Me he gozado en el camino de tus testimonios.

Mas que de toda riqueza

 

En tus mandamientos meditaré.

Consideraré tus caminos.

 

Me regocijaré en tus estatutos;

No me olvidaré de tus palabras. (Salmo 119:10-16)

 La persona que tiene a Jesús como su buen pastor vive en la victoria de la fe.

 

 

“Todo aquél que cree que Jesús es el Cristo, es nacido de Dios. (1Juan 5:1)

 

…Todo el que es nacido de Dios vence al mundo, y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe. ¿Quién es el que vence al mundo, sino  el que cree que Jesús es el Hijo de Dios? (1Juan 5:5)

 


CONCLUCIÓN

Si usted no es  ya una oveja del rebaño de ese  maravilloso buen pastor ¿qué puede hacer?

Dar un  SI enfático al llamado de  Jesús, el buen pastor, e iniciar hoy mismo  importantísimo proceso de crecimiento espiritual.

 

Para crecer espiritualmente es indispensable vivir de acuerdo a prioridades en el uso  nuestro tiempo, de nuestros talentos y habilidades y de nuestras posesiones materiales

 

El crecimiento espiritual no se da automáticamente, sino que es un proceso  que requiere tiempo, disciplina, determinación, orden y perseverancia. El crecimiento espiritual es una experiencia de toda la vida.    La obediencia es el punto de partida en el camino de la madurez espiritual. Para crecer espiritualmente es indispensable.

La lectura, estudio y meditación de la Palabra.

 

Lámpara es a mis pies tu palabra y lumbrera a mi camino. Salmo 119:105)

 

 El estudio de la Palabra nos lleva  a reflejar, irradiar, proyectar y transmitir la verdad del Evangelio.

 

El estudio de la Palabra  nos lleva a la adoración y al culto

 

“Te exaltaré, mi Dios mi rey y bendeciré tu nombre

Eternamente y para siempre.

 

Cada día te bendeciré, y alabaré tu nombre,

Eternamente y para siempre”.

 

(Salmo 145:1-2)

El estudio de la Palabra nos lleva a un gran deseo de Dios

 

Dios, Dios mío eres tú;

De madrugada te buscaré;

 

Mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela, En tierra  seca y árida donde no hay aguas, Para ver tu poder y tu gloria,

 

Así como te he mirado en el santuario.

Porque mejor es tu misericordia que la vida; Mis labios te alabarán.

Así te bendeciré en mi vida:

 En tu nombre alzaré mis manos. (Salmo 63: 1-4)

 El estudio de la Palabra nos lleva a la  fe

 “Es pues la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve”.  (Hebreos 11.1

 El estudio de la Palabra nos lleva a la santidad

“… como aquél que os llamó es santos, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir.

 Porque escrito esta: sed santos, porque yo soy santo. (1 Pedro 1:15-16)

 Y, finalmente,  el estudio de la Palabra nos lleva al  amor:

 Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios, Todo aquel que ama es nacido de Dios, y conoce a Dios.

 El que no ama no ha conocido a Dios porque Dios es amor (1 Jn 3:7-8).

 

Si yo hablase lenguas humanas y angélicas y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena o címbalo que retiñe.

 **Y si tuviese profecía y entendiese todos los misterios y toda ciencia y si tuviese toda la fe de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy.

 Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve. (1Cor. 13:1-3)

 Es mi ferviente deseo que las reflexiones de esta mañana sirvan de estímulo para  que usted decida  darle un nuevo rumbo o un nuevo impulso a su vida.


Muchas gracias

 

Iglesia El Buen Pastor

Desayuno de oración, San José 17 de mayo 2014 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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