viernes, 4 de septiembre de 2020

Quién es y que ha hecho...




   “Nos ha dicho el maestro que es útil solfear

Por eso nos enseña: la, sol, fa, mi, si, re, do...”

 En la Limón de mi infancia, la música y los músicos abundaban: cantar o tocar algún instrumento musical era lo común en casas, escuela iglesias, logias y clubes de beneficencia.

 Por las calles, pese a la reticencia de las autoridades, los del Ejército de Salvación sacaban a la congregación de los templos en desfiles por las calles, y a veces, se adueñaban de las esquinas de la ciudad.

 Existían músicos destacados como Monroe Poiser, Jean Gordon, Delfina Booth, Ruferse Escoe. Empero a que este es un minúsculo homenaje a ellos, es de Jane Gordon, virtuosa del piano con quien mantiene un enlace matrimonial que dio inicio cuando ella contaba con solamente cuatro años. Hoy esta unión se ha convertido en una simbiosis total.

 Yo, del aspecto formal de la música no poseo ningún conocimiento, pero cuando escucho y veo a Jean al piano, las emociones se encargan de superar esa brecha: todo su ser se transforma en las suaves brisas del Valle Central que como los vientos alisios y las fortísimas olas del Caribe invaden el recinto mientras ejecuta las tonadas.


Hace alrededor de 30 que no he visto a Jean; como muchos partió hacia EE.UU para hacer una vida; sin embargo, hace dos años volvió a Costa Rica. Tuvimos la dicha de que nos visitara en el San Pedro Christian Fellowahip, y nos diera una muestra de su talento musical y de nuevo, me transportó a otras épocas de muy gratas de memorias y vivencias. 

N
o pude resistir la tentación de entrevistarla para La Coleccionista de Espejos: nace en Limón, y junto a sus hermanos Carl (que de Dios goce) y Dean, artista muy conocido en Costa Rica fue educada entre aquella ciudad y San José, por sus padres Constance Patterson y Arnold Gordon.  De su matrimonio con Raymond Douglas, nacen sus hijos Daniel y Constance, de los que ahora tiene do
s nietos que viven con sus padres en los Estados Unidos.

Como se dijo antes, la formación musical de Gordon, empezó alrededor de los cuatros, con su madre quien la ponía a practicar en el piano doce horas al día hasta que cumplió los dieciséis. Cierto fue que se reveló en ciertos momentos se rebeló pero como se dice en inglés “It eventually paid off”.

 En todo ese tiempo de estudio con el piano, pasó por la tutela de varios profesores. De algunos no se acuerda más que del nombre de pila, entre ellos: Amada, Emilio, Josefina, Marina Jiménez de Bolandi, Zoraida de Cabezas; pero recuerda bien que fue el profesor Aguilar Machado quien le hizo las pruebas de ingreso a  Artes Musicales de la Universidad de Costa Rica, lugar dónde tras graduarse con un bachillerato en piano, trabajaría durante once años.

 De vuelta a su natal Limón, su primer trabajo fue en la Escuela General Tomás Guardia, tanto la diurna como nocturna con don Elián Guerrero. De ahí los trabajados se multiplicarían tanto en Costa Rica como en USA. Entre otras: Juan Santamaría en Curridabat, Colegio Superior de Señoritas, Napoleón Quesada, Anastasio Alfaro, Country Day, Liceo de Heredia, Vicente Sáenz de Cartago, Lincoln. También fue asesora de música del Ministerio de Educación Pública. En EE.UU. trabajó en varias escuelas e iglesias, acompañó al piano a varios cantantes tanto líricos como de la himnología evangélica, formó parte y fue pianista de un sin número de coros. También colaboró con la Orquesta Sinfónica de Heredia, el Coro Mozart,  Benjamín Gutiérrez y tocó en el Teatro Nacional.

Como vemos su amor por el piano la llevó en viajes culturales por Centro, Norte y Sur América, además de Europa.  Cuando le solicité un consejo para aquellos que se inician en música y me dijo: Confíen en Dios y ensayen, ensayen, ensayen…

 Al pedirle su opinión sobre la Costa Rica actual, contestó: Es un país hermoso pero no sé qué les pasa a los jóvenes…en mi juventud había gente mala también, pero había quien nos guiara también. Ahora no sé…

 Hoy, Jean Gordon está retirada, y ha vuelto a su patria.

 Vive con su hija Connie y viaja a menudo a Nueva York, a reunirse con su hijo Daniel y sus nietos.

De lo que no se ha retirado, es del piano y conforme pasan los años aumenta su dominio de ese instrumento...

 

Para La Coleccionista de Espejos:

                                                   Franklyn Perry P

 

RV: DMcD

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