Pese a que se amaban de un
modo inexorable, toda la vida y más allá fueron una pareja atormentada y
tormentosa, que junto con Steve McQueen y Sharon Tate, con la que sí lograron
el propósito, estuvieron en la lista de asesinables, por famosos, de Charles
Manson…
Hablamos de Richard Walter Jenkins; quien fue el príncipe
de los actores hollywoodenses, el mejor pagado, nominado muchas veces pero
nunca ganador al Óscar, bebió como un cosaco, se saltó el funeral de su padre
por puro rencor, tuvo un accidente donde su hermano quedó inválido para toda la
vida, le echó los tejos a todas las actrices que compartieron escenario con él
(y puede que a algunos actores, también), escribió que Churchill estaba
loco, se proclamó
comunista, se casó cinco veces, dos con Elizabeth Taylor, el
mismo que alguna vez confesó a los medios de prensa, no estoy seguro de ser homosexual o
heterosexual o bisexual o qué diablos, del sexo me gusta todo,
y tampoco me importa lo que usted ponga en sus papelitos, porque todo lo que
haría sería hacerme justicia y, pese a todo eso murió en Suiza como todo un
señor. …
De Ella, Liz
Taylor, no hay mucho más que lo que ya dijo Teacher Perry; y es
que Richard Walter Jenkins; es el nombre de bautismo y con el que probablemente
fue enterrado Richard Burton, en Suiza el 7 de agosto de 1.984.
Mi
má, o mejor dicho mi abuelita, Lita López siempre me dijo que ella no era su
fan, -eso que se lo crea la empleada que tuvo que limpiar las setenta veces
siete cajas con revistas, artículos, posters y hasta discos de él-, y que a
ella la desdoblaba su voz, y que por eso toda la vida le fue infiel a mi abuelo
con él…
Nació
en Pontrhydyfen, Gales, Reino Unido, un pueblo minero de carbón de menos 100mil
habitantes, famosa por sus puentes y acueductos, el séptimo de trece hijos de Richard Walter Jenkins y de Edith Maude, una prueba más del
poder de la lectura, en la fe presbiteriana, el 10 de noviembre de 1925; y
siempre estuvo predestinado a la auto-tragedia, pues nunca estuvo seguro
de ser actor, y para mí, padecía de uno de esos síndromes tan comunes hoy día,
pues solo es podría explicar en parte su increíble sed de autodestrucción, y
ese negar constante de la felicidad o cualquier tipo de amor, y es lógico
suponerlo así, porque a los 16, como casi todo en la vida rural, Richard Walter
Jenkins, padre, lo sacó a empellones de la escuela para que buscara trabajo
como vendedor, en ese punto, existe un mito familiar, quizá animado o, aún
auspiciado por algunos miembros de su familia; que dice que a los dieciséis,
nuestro Richard ganó una beca para OXFORD, pero
solo sé quedó seis meses, porque es un poco… alocado ese muchacho...
La
incomoda verdad es, según su autobiografía, -y eso era lo único que abue, no
tenia y casi me muero en la angustia por conseguirlo- que él co-escribió con
Philip Burton, es que a los dieciséis, se fue a vivir con el ministro
presbiteriano quien siempre, desde el primer
día, en que siendo un niño lo vio actuar en una velada escolar, tuvo tanta
fe en él, que asumió el resto de su educación, incluyendo la universitaria.
En
los años cuarenta, incentivado por Philip, al mismo tiempo que comenzó a
cultivar su hermosa y profunda voz, perdió el acento gaélico y se consolidó
como actor en las tablas, con una pequeña obra sobre Pontrhydyfen
que él mismo escribió porque en el fondo siempre quiso escribir, e hizo varias incursiones en el cine de Reino Unido, y no fue sino poco antes de entrar a
la Universidad
de Exeter, 1943, adoptó el apellido de Burton, donde estuvo seis meses,
cierto, pero solo fue porque como muchos otros se enlistó en la Royal Air Force; para participar en
la Segunda Guerra Mundial.
A su regreso, 1947, mientras realizaba su primera película, The
Last Days of Dolwyn, conoció
a la actriz Sybil Williams, con la que se casó 1949, mismo año en que vio
la luz THE LADY’S NOT FOR BURNING,
junto a Sir John Gielgud. Con ella tuvo dos hijas; una de ellas diagnosticada
autista, de muerte no muy reciente…
La pareja comenzó
su romance en Roma, en 1962, durante el rodaje de Cleopatra, que ups, salió a la luz pública por una
indiscreción de una secretaria que entre corrillos sobre guiones y gritos,
habló de recomponer una y otra vez, guiones decapitando por estatuillas y fotos
que volaban de un lugar a otro: encuentro tan vital para la
cinematografía hollywoodense que, como los dos ya estaban casados cuando se
conocieron hasta el Vaticano criticó el relación; y ni hablar de la
despotricada habladuría de Burton, en la que finalmente se disculpó con ella
regalándole la primera de la innumerable colección de joyas que siempre fueron
símbolo de su amor por ella; porque de
que se amaban, se amaban…
Tras el divorcio se
casaron en 1964, en Montreal y se divorciaron diez años después. Ahí pasó de
beber cerveza a bebidas más fuerte. Meses después se reconciliaron y va de
nuevo: se casaron en Botswana en octubre de 1975, y nuevamente se divorciaron
ocho meses después, por diferencias
irreconciliables, en julio del siguiente año…
Pero mientras siempre
fue el niño mimado de los escenarios y premios de Broadway, y ella le prodigó
un Globo
de Oro, al mejor actor dramático, por EQUUS, 1977, BAFTA,
mejor actor, por WHO’S AFRAID OF VIRGINIA
WOOLF?, PREMIO TONY, Mejor actor
principal en un musical, por Camelot, 1961, y la Distinción de El
Comendador del Imperio Británico, Theatre World Award, Hollywood le negó
siete veces nominaciones al Óscar, y solo le dio la presión mediática de los paparazzi,
que con él nacieron prácticamente, durmiendo en su techo, o siguiéndolo hasta
al baño, sobre todo después de que en 1952 hizo la transición exitosa a estrella
de Hollywood, con My Cousin Rachel, co-protagonizada por Olivia de Havilland, trabajo al que fue nominado al primero de sus
postulaciones al Oscar, al mejor actor de reparto.
A partir de ese
momento, el éxito fue continúo: al año siguiente rodó La túnica sagrada con Jean
Simmons, por la cual fue nuevamente nominado, y después insistió en
papeles históricos: Alejandro Magno en Alejandro el Grande, dirigido por
Robert Rossen; y para 1954, interpretó su papel de radio más famoso: narrador
de la producción original de Under Milk Wood, de Dylan Thomas,
mismo papel que, veinte años después representaría
en su adaptación al cine.
De ahí, se estancó
un poco debido en parte a su provocativa vida, pero dijo la prensa por la atrevida
tragicomedia, La escalera, coprotagonizada con Rex Harrison, otro de los
grandes, aunque de costumbres dudosas, dicen, a mi nada me consta, tuvo gran
parte que ver: demasiado explicita para una sociedad de los 60, puritana y
remilgosa ante el conocimiento y exposición de la GAY, en nada diferente a
estos días, en que una pareja de peluqueros homosexuales, desarrollaron una
serie de enfrentamientos básicos para el entendimiento de los derechos
fundamentales, que a la mira de la sociedad de entonces no dudó en catalogar de
escándalo moral; y al mismo estilo de la censura más procaz, no pudo ser
estrenada ni en España, hasta 1976, y su difusión ha permaneció de difusión
limitada, en parte por el actuar de la viuda de Burton, hasta el 2011 año
en que fue recuperada.
Siguieron una serie
de producciones de menor interés, como Barba Azul (1972) con Raquel Welch, y una secuela
de El exorcista, 1977.
Declinando, básicamente por su enfermedad alcohólica, en el 83 encarnó por
penúltima vez, junto con Ralph Richardson, Vanessa Redgrave, Sir Laurence
Olivier, y John Gielgud, encarnó a un personaje de película; Richard
Wagner, filmación que se pensó para cines, pero debido a su larga
duración (ocho horas) se montó, y difundió como serie televisiva.
De ahí en adelante,
participó en mini-series como Ellis
Island, cuyo partenaire fue Faye Dunaway, en la que ambos; fueron
candidatos a un Globo de Oro, pero solo ella lo ganó.
Finalmente, en
1984, poco antes de su muerte ocurrida en Suiza, en agosto de 1984, encarnó a O'Brien
en la película británica, homónima de Georfe Orwell, y porque no podía vivir
sin ella, le envió a Liz una carta que llegó uno, o días antes de que se
anunciara su muerte por un edema cerebral, y en ella volvía a pedirle que
volvieran a estar juntos…
Y como se amaban de
un modo particular, cuando supo de su muerte ocurrida dos días
antes, cuando llegó su ultima carta en la que le pedia que volvieran a casarse
y estar juntos a la hora de la muerte, ella viajó a Pontrhydyfen, en busca de la
familia de Richard porque todos sabían que ellos habían pactado descansar uno
al lado del otro: ellos le pidieron que no acudiera al
funeral en Suiza para evitar el revuelo periodístico que hubiera provocado su
presencia, junto a Sally, la actual esposa, y que nada podían hacer porque ella
ya había determinado enterrarlo allá, y ni siquiera los había tomado en cuenta:
a la muerte de ella, la familia de él hizo el ofrecimiento de que descansara en
la cripta familiar, pero la viuda tan solo admitió ampliar el nicho y
finalmente dijo no…
En el dos mil
trece, 27 años después de su muerte, se le dedicó una Estrella en el Paseo
de la Fama de Hollywood.
Filmografía
·
La túnica sagrada, Segunda nominación al Óscar, Mejor actor 1.953
·
Wagner TV
1.983
Para La Coleccionista de Espejos:
Gaby Sol
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