La que fuera conocida como la 11ª musa, se llamó Guadalupe
Amor Schmidtlein, poeta y escritora mexicana de ascendencia alemana, española y
francesa, nació el 30 de mayo de
1918 en la Ciudad de México, hija de Emmanuel Amor Suverbielle y Carolina
Schmidtlein García Teruel, ambos miembros de la aristocracia mexicana que, para
ese tiempo vivían más del imaginario del que tuvieron ayer que de la realidad
del hoy en que vivían de hipoteca en hipoteca porque el dinero, las haciendas, las cuadras
de caballos eran de la cocinera, la nana y el mozo, todo lo demás se había esfumado…
Pese a que nació el con el nombre que todo poeta desearía
tener, amor, fue una de las cosas que nunca tuvo, y que a su modo buscó: fue la
menor de siete hermanos que paralizaba la cuadra entera con sus terribles berrinches y le temía a la oscuridad, que
se describía a sí misma como la mujer más vanidosa y la más bonita. Era una
mujer estrafalaria, controversial por su forma de ser y su modo de vida. Tenía
una personalidad avasalladora, que no se dejaba dominar por nadie que nunca pasó
inadvertida, porque conservaba la costumbre de cubrirse con vestidos escotados,
mantones y capas; no usaba ropa interior ni medias, y cuenta la leyenda popular
que estaba tan enamorada de su persona, que además de que se hacía llamar la reina de la noche, porque tenía por
costumbre recorrer desnuda el Paseo de la Reforma, cuan corto es, tan sólo
cubierta con su abrigo de mink.
Conforme creció, se convirtió en una bella
adolescente que sólo ansiaba dejar el hogar paterno y ser adulta. Vida que
vivió de escándalo en escándalo: a los 18 se fue de casa para convertirse en amante de José Madrazo, un rico
ganadero de 60 años, dueño de la ganadería de toros La Punta con quien mantuvo una larga relación
que abrió una época de provocación al mundo.
Precursora de lo que después se llamaría liberación
femenina, desde muy joven, convivió con artistas e intelectuales de México, e
incluso fue actriz y su belleza la inspiración de varios artistas como Cordelia
Urueta, Martha Chapa, Alfonso Michel, Raúl Anguiano, Roberto Montegro, Antonio
Peláez, Juan Soriano y Diego Rivera quien la pintó desnuda, dos veces, lo que
produjo gran escándalo en la familia Amor, al padre y la madre por supuesto,
porque su obra era muy conocida gracias a que su hermana Carito, colaboradora
de Carlos Chávez y fundadora de la Galería de Arte Mexicano, que más tarde
habría de dirigir su hermana Inés, tenían una galería que se encontraba el en
el sótano de la casa de su paterna que fue acondicionada para que desfilaran
por ella Rivera, Orozco, Tamayo, Siqueiros y O'Gorman, entre otros más. A su
vez, fue amiga de Frida Kahlo, María Félix, Gabriela Mistral, Salvador Novo,
Pablo Picasso, Juan Rulfo, Alonso Reyes, Elena Garro, entre muchos otros
intelectuales, de la México de los 50.
Cuando
tenía 38 años decide tener un hijo, que al sentirse incapaz de criar decide dárselo
en custodia a su hermana mayor, Carito. Sin embargo ocurrió una tragedia que la
marcaria para el resto de la vida: el hijo, muere ahogado en una pileta con
agua, al año y medio. Este evento le provocó una gran crisis; su vida personal
se volvió silenciosa de un día para otro, se alejó y descuidó su aspecto
físico, y no volvió a ser vista hasta los ochentas, tiempo en que reaparece como
una mujer insolente y arrebatada pero diferente: habían pasado más de diez
años, y decidió dar un recital en el Ateneo Español, donde recitó poesía mexicana,
desde Sor Juana hasta Pita, pasando por Salvador Díaz Mirón, Manuel José Othón,
Manuel González Montesinos, Alfonso Reyes, Enrique González Martínez, Renato
Leduc, Xavier Villaurrutia, Ramón López Velarde, Roberto Cabral del Hoyo,
recital tan exitoso que le abrió las puertas a entrevistas para la televisión.
Mujer con
sensibilidad a flor de piel, que le asustaba la oscuridad, aun así comenzó a
gustar de la soledad desde muy pequeña, forjó en su poesía los temas metafísicos,
caracterizándose por sus expresiones directas y desencadenadas, siempre en
primera persona, en ellos se observa una clara influencia de Sor Juana Inés de
la Cruz, Francisco Quevedo, y Luis de Góngora. Experta en la
Décima, sus poemas trataban temas metafísicos; de Dios, la muerte, la soledad,
la angustia, la nada.
Y seria porque sus
obras se caracterizan a partir de expresiones directas y desencadenadas,
siempre en primera persona, utilizaba un juego de palabras en sus versos y
prosas, capaces de hacer reír a cualquiera, todo gira alrededor de la vida, o
porque fue apadrinada poéticamente por Alfonso Reyes, quien se refirió a ella como un caso mitológico, durante un
tiempo, su forma de escribir causó polémica; y se decía que a Guadalupe alguien
le escribía sus poemas, ya que era imposible que una mujer como ella, guapa,
vanidosa, excéntrica, superficial y fiestera, pudiera tener cabeza para
escribir poemas que reflexionaran sobre el ser. No pensaban, dijeron que el autor de esas singulares obras era un
hombre, y que no era que el mismo Alfonso Reyes. Un día, por fin, decidió enfrentar tal
afirmación desde el prólogo de la edición de "Poesías completas", que
en 1951 publicó Editorial Aguilar de España, en la que a manera de presentación
escribió:
Como dicen que soy una
ignorante
todo el mundo comenta sin respeto
que sin duda ha de haber algún sujeto
que pone mi pensar en consonante.
todo el mundo comenta sin respeto
que sin duda ha de haber algún sujeto
que pone mi pensar en consonante.
Debe de ser un tipo
desbordante
ya que todo produce, hasta el soneto
por eso con mis libros lanzo un reto
"burla burlando, van los tres delante"
ya que todo produce, hasta el soneto
por eso con mis libros lanzo un reto
"burla burlando, van los tres delante"
Yo sólo pido que él siga
cantando
para mi fama y personal provecho
en tanto que yo vivo disfrutando
para mi fama y personal provecho
en tanto que yo vivo disfrutando
de su talento sin ningún
derecho
¡Y ojalá no se canse, sino cuando
toda una biblioteca me haya hecho!
¡Y ojalá no se canse, sino cuando
toda una biblioteca me haya hecho!
Gabriela Mistral, una gran amiga, le sirvió
de inspiración para escribir uno de sus más conocidos libros Yo
soy mi casa (1946), y a pesar de las críticas e incredulidades, escribió
más de 30 poemarios:
- Yo soy mi casa (1946), texto en prosa
- Puerta obstinada (1947).
- Círculo de angustia (1948)
- Polvo (1949) que fue elogiado por críticos y
poetas de la época.
- Poesías completas(1951 )
- Décimas a Dios (1953)
- Sirviéndole a Dios, de hoguera (1958)
- Todos los siglos del mundo (1959)
- Galería de títeres (1959). Texto en prosa
- Soy dueña del universo (1984)
Finalmente, el 30 de mayo del 2000, dejo de
existir una mujer que sin dejarse de nada y de nadie, se abrió paso en la
tierra de los poetas. Ese mismo día México se quedó con los recuerdos de Pita
Amor, plasmadas en la Zona Rosa, y ella, mujer al fin, se quedó en un largo
silencio que la mantuvo en cama por más de dos años, pero acompañada de los
fantasmas que siempre quiso olvidar: la soledad, el abandono y la muerte…
Para La Coleccionista de Espejos:
Dlia MC Donald W.
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