viernes, 16 de septiembre de 2016

Septiembre, mes de la patria...


En un Azul de montañas, 
platina con una pizca de ocre,
diluyendo las crines agitadas de dos costas Caribe y Pacífico,
Nicaragua y Panamá, sus hermanas: 
en este país, un juego de memorias que viene y va, como el mar vivo YO…

1.    Es un país tan pequeño; que la alambrada de los años descuelga mi memoria:  y es que de primero a sexto grado,
Siempre fue lo mismo: de junio a setiembre, junto a los maestros y  conserjes cantando  

Morena de vida
te vengo a cantar mis penas
a recordarte el día
en que vistes el alma mía…

YO aprendía a reteñir los festones de blanco, azul  y rojo jamás ningún sonrojo fue mancha a tu esplendor, flotando a la vuelta de una pluma que ondea firme
 y tenaz en los colores del tiempo, por eso,

Yo no envidio los goces de Europa,
la grandeza que en ella se encierra;
es mil veces más bella mi tierra
con su palma, su brisa y su sol...


Siempre que llega septiembre, recuerdo el mes de la patria
porque cambiaban los colores del día,
todos los comercios guindaban banderas y crespones multicolores
con escudos centrales y dorados,
que eran iguales a los que en casa mamá sacaba de los escondites el primer día del mes, el mismo en que estrenaba uniforme con olor a nuevo, entonces caminaba a la escuela, viendo los marcos de las ventanas, y las puertas cantando
con la voz, elegante y sinuosa de la tersura del sol:

Luego viene la tarde divina
y el contorno se mira sangrar;
hay marimbas que truenan lejanas
y la pampa se vuelve inmortal.

Mínima, repaso con lenta letra,
el tropel de las ventanas de ahora,
la curveada congregación de escolares,
y recuerdo el frontón de desfiles y faroles
perdiéndose en los arreglos finales del acto cívico,
y la silueta delgada de la mañana,
el patio en que,
                la última o primera de la fila,
  la mirada al frente, y la mano en el pecho,
entonaba todos los días hasta el quince el susurro hilarante de

Costa Rica es mi patria querida,
vergel bello de aromas y flores
cuyo suelo de verdes colores
densos ramos de flores vertió..
.

Eran años cortos creciendo conmigo,
y la patria que comenzaba a entender me entraba completa
como una cruz de oro que colgaba de mis labios:

Los hijos del pueblo
levanten la frente
al sol refulgente de la libertad...

Y es que en setiembre, de primero a sexto,
siempre fue lo mismo: 
blanco, azul y rojo de calles luciendo el claro-oscuro
de puertas enlutadas
con crespones de colores patrios,
esperando los desfiles aglutinantes de las escuelas llevando el ritmo de…

Yo te llevo en el pecho
como una perlita gata
que adoraron los indios
al nacer la luz del alba.


Ahora los años me vienen de más cerca,
pero traen calles tibias con los bailes folclóricos,
ya no el serial color de la fila bailante de los tambores,
ni el eco suave de la única cosa de la escuela que era mía,
mi sombra: Yo era la niña negra que no sabía si tenía patria o no,
o que era patria porque era única y solitaria en ese mar de azules y blancos
que,  como todos los demás cantaba

Salud, noble bandera
de blanco, azul y rojo;
jamás ningún sonrojo
fue mancha a tu esplendor…
En setiembre, miraba el cielo,
y en él ondeaba la letra clara y tristona
de mi profesor de música escribiendo…

Noble patria, tu hermosa bandera
expresión de tu vida nos da;
bajo el límpido azul de tu cielo
blanca y pura descansa la paz.
La septiembre que recuerdo
tenía la cursiva y buena letra de las golondrinas,
que visitaban las aulas por las tardes,
estas, no las tienen porque en aquel tiempo mi patria,
era igual a una de esas golondrinas de vuelo libre
con cuyo trinar aprendía, que a este
pequeño país,  

La defiendo, la quiero, la adoro,
y por ella mi vida daría,
siempre libre ostentando alegría
de sus hijos será la ilusión...

En este país pequeño vivo yo,
y cada día 
pese a todo, 
más la amo como es…


Para La Coleccionista de Espejos:



                                                                    Dlia Mc Donald Woolery

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