martes, 10 de noviembre de 2015

Suerte de Rabia, o el despertar de las diosas...


Refugio Pereida

Ni ángel

ni virgen

ni historia ajena

me hicieron andar por otro lado.

Encontré la saliva infecta.

Nada me obligó a tomar la esquina de las ilusiones.

Al principio comí pan de la semana pasada.

Húmeda, primera mujer sorprendida por su descaro,

me entretuve haciendo pasteles de lodo

que fueron burla del granizo.

Atenta leí el periódico de seres rupestres.

La imaginación era un árbol de brevas

–dulces, pero inevitablemente verdes–

al que subía con el arañazo de los gatos entre las ramas.

Mis ojos fueron sorprendidos por largas caracolas

[naranjas y azules.

Me arrojé al fuego.

Maravillada, bailé sobre las brasas.

Así, como cuando recién despertamos de un sueño de esos que nos restablecen la vida, esas trece palabras iniciales, ¿Suerte de cábala?, se adentraron dentro de mi otro YO en el espejo, aflotando algo que conozco bien: poesía…

Palabra que según los técnicos, proviene del término latino poēsis, que a su vez deriva de un concepto griego, que trata de la manifestación de la belleza o del sentimiento estético a través de la palabra, ya sea en verso o en prosa. De todas formas, su uso más usual se refiere a los poemas y composiciones en verso

  Para mí, la poesía es en sí un ser humano y como tal tiene su personalidad, es decir, que nos puede caer bien o mal pero nunca podrá ser ignorada. Los teóricos que, originalmente unida al música, en concreto a la canción de la que se fue independizando, puede considerarse como una de las artes más antiguas que ha ser bien escrita mediante un discurso literario o artístico que se rige por una singular disposición y relación rítmica, de equivalencia entre sonidos e imágenes, cuando en realidad, el escribir bien es asunto de académicos, para eso estudian y les pagan: el arte poético es un instinto formador que nace de la arveja tierna del conocimiento interior, por tanto, crece y evoluciona con uno hasta que un día simplemente florece, como en este caso; cuyo mapa interior sigue un desarrollo completamente distinto al de otros; y eso es un logro.
Todos sabemos que los seres humanos tienen cinco sentidos,  mecanismos fisiológicos de percepción que nos permite palpar lo que está a nuestro alrededor, así como determinados estados internos del organismo, actualmente se distinguen más, si bien los investigadores no se ponen totalmente de acuerdo en cuanto a su número y clasificación, yo creo que al de:



1.    De la vista, el primero en desarrollarse en todo sentido

2.    El gusto, el único sentido químico del cuerpo

3.    El Oído, que es el que nos permite escuchar los latidos del corazón

4.    El olfato, que también es químico, y

5.    El tacto, que condensa todos los anteriores, y que en sí lo que poéticamente hablando, nos interesa.

Debe agregarse

·         La termocepción, poemas hay que enchilan la piel

·         La nocicepción, poemas existen que nos duelen

·         La propiocepción,  es la percepción del conocimiento del cuerpo o de la situación de las diferentes partes de nuestro cuerpo; y

·         La equilibricepción, o sentido del equilibrio…

Lo mío es la poesía. Por eso será que puedo reconocer el desarrollo del sueño del/a poeta que, de la mano nos dice  

Dispuesta a seguir este viaje,

llevo la caja de naipes que guardaba para las tristezas

 y un pañuelo de sedoso verdor

–herencia de mi abuela que es también abuela de los cielos remotos–.

No estoy columpiándome sobre los badajos,

soy el hueco inundado por las palabras de otros tiempos,

resisto lo mismo que un perfil de palomas llenas de corucos…

Tras su paso voy, llevando sobre la cabeza una sola pregunta pegada a instinto lector, preguntándome, ¿De dónde viene este cantar que despierta a las diosas dormidas en mí. De dónde?  No sé qué serán los corucos pero deben ser como los pájaros que en antaño, volaban sobre el cielo, haciendo círculos, buscando el volver a casa diario para empezar mañana lo que ya había hecho hoy: escribir con ese vaho tibio del conocimiento interior que deja al final de cuentas la rabia, la luz al final del camino…

No he sido la única piedra que enloqueció en

                                                      [el barranco.

A veces choqué, a veces me arañaron, a veces me

                                                          [encendieron.

Síntomas tuve, fiebre tuve, carne tuve.

Desde un punto de vista métrico, la poesía traslada al papel una experiencia humana emocional y sensualmente significativa, en que la intensidad de las sílabas (fuertes o débiles a la vez) definen en su acentuación un espacio-tiempo que no todos los poetas eligen explorar con facilidad, pues los modelos rítmicos, se concatenan en muchas lenguas,  ritmos poéticos,  que derivan en un sometimiento y combinación de saberes fluctuantes que lo hacen llamativo a leerse como lee una, en lo personal, su propia historia deseando que escuchaba comprenda que,

Para hablar de los ataques

comenzaré por explicar los límites de un fragmento.

No tengo quince años,

ya me puedo localizar en la cartografía de los hallazgos

                                                                  [inútiles.

Me veo dentro del mecanismo propio del desequilibrio,

estoy en el lado izquierdo de un lábaro desgarrado

                                                         [por conflictos,

en una nación de ciudadanos heridos por la carcajada

                                                                        [del polvo.
Cotidianidad. Relato hecho con las punzantes entretelones del corpus de lo cuotidiano, ingrediente principal de esta costumbre de mujeres de barro, ya saben, las que por su sabiduría escuchaban las voces de sus diosas interiores, y a ellas atendían con la misma devoción con que cuidaban a los que partían al amanecer a pescar, o cazar el alimento familiar, elaboran los ensalmos que cosechaban del árbol del día, encendían la misma piedra de hogueras en que sus abuelas cocían las noches para recordar su historia que desde la antigüedad, entre los sumerios, los asirio-babilónicos y los judíos, mientras hilaban con la punta larga y decadente de una historia que se cuenta a lo largo de las ilusiones y los espejos de la vida; determinaban el destino de un lienzo en el que la rabia pinta un mundo material que como hormigas, una tras otra, devenían su mundo, recuerdo e historia, conjugando los legados de su cultura con el carácter ritual y comunitario, las labores cotidianas y los juegos, escribían los conjuros que despertaban las Diosas que les prodigaban el camino de vuelta a casa, a las ilusiones, al amor, o a cualquier otra pequeña cosa.

 

Me busco en la bondad como semilla de sésamo,

hago hablar a la lengua de los medrosos tréboles [de la suerte.

Quiero ser buena persona y no sé cómo.

Eso me decía yo en algún sueño.

 
En comunión, cada una de las diosas, y eran nueve, deja caer su ofrenda en el cuenco de la página para ser inmolado por los mortales:

 

EL MISTERIO DEL CONTAGIO

 SÍNTOMAS CONFUSOS DEL INCENDIO

TOCAS LA PRIMERA TIERRA Y TE MUERDEN

LOS ROSTROS DE LA HOJA

TIEMPO DE TARASCADAS:

 LA RAZÓN ES UN ANIMAL PEQUEÑO

MORFOLOGÍA APROXIMADA,

DIAGNÓSTICO, TRATAMIENTO

EN ALGÚN MOMENTO LA MÚSICA TENÍA QUE ACABAR

 

Es la medida que permite vivir, generar la rabia,  palabra compuesta por una suerte de detalles con Nombre femenino

       Enfermedad infecciosa, causada por un virus, que padecen ciertos animales, especialmente los perros, y que se transmite a otros animales y al hombre a través de la saliva.

       Enojo grande que se manifiesta con palabras, gritos y ademanes bruscos y violentos,

 que es como el cielo: azul e infinita voluntad de mujer; necesaria para ir por uno de esos campos amarillos de tierra sonriente de gente que lleva la poesía en la mirada sin temer mal alguno, pese a la enfermedad, ¿Será que la Poesía es refugio, y Refugio es poesía? ¿Un nido poético?  ¿Qué? La suerte

       Causa o fuerza que supuestamente determina que los hechos y circunstancias imprevisibles o no intencionadas se desarrollen de una manera o de otra.

       Conjunto de sucesos o circunstancias que se consideran predeterminados para la vida de alguien.

 
otro sinónimo femenino del azar tan común al poeta es otra cosa, y está echada, decimos por acá; es solo el reflejo de la luz huyendo de una caja mágica: y el libro tiene su propia magia.

 
Seguimos el viaje, mi hermano dijo: en la vida

se debe llegar más lejos que Naucalpan;

yo llegué a Atenas, pero me fue difícil tocar a la puerta

                                                                               [de la lógica.

He sido superficial involuntariamente, no he llegado

                                                                            [tan lejos.

Ni conocí la profundidad de las cosas,

como diría el poeta enamorado de la pequeña Juana.


  Seguimos el viaje: entrelazando el uso de ciertas normas formales en la elaboración de los textos como parte de la poesía, los versos, estrofas contienen un ritmo que hace no querer que dejemos de mirar, leer, las características que conforman un libro simbólico, de hechizos, como corresponde a esta hereda de costumbres ancestrales, cuya métrica es parte de una/o, solo que diluyendo la aplicación de recursos literarios y estilísticos minimiza mucho de lo que a lo interior del libro se dice, y casi no nos damos cuenta de que nos hablan las diosas: a lo largo del texto, los trastornos del paradójico sueño de Suerte de Rabia se clasifican en disomnias, parasomnias, alteraciones relacionadas con causas médicas o psiquiátricas y otros trastronos afectan de un modo más o menos acentuado a la mirada del/a la poeta

De nada sirve taparse las orejas con migajas,

amarrarse los cabellos con un rastro de escorpión,

crear talleres donde se aprenda a cubrir el miedo con

                                                    [joyas de la noche.

De nada sirve volver al cuarto de los secretos,

llevamos el hábito de las avispas en esta larga fila

                                               [de amores indefinidos;

está fuera de lugar el pez y se ahogan entre sí

                                                              [los océanos.

 
 
Dicho con aparente facilidad, construye una actitud activa que induce, ¿seduce?, a quien inicia el viaje, dice ella misma, muchas veces y cada vez con un sentido distinto, con una voz diferente que, como un cantar, único y personal, en solitario, nos hace saber que la inmensidad de la evocación huele a ese desierto que llevábamos por dentro, y que dejamos escondido en algún rincón de la memoria

 
Del oficio de los viajeros está edificado el muro [de la noche.

Al cruzarlo, uno tras otro, conocemos las puertas

para abandonar el reino [del miedo.

 Simplemente por decir, resume a la poeta tal cual es: artífice de su propio destino y que no es otra cosa que ese gen primigenio que llamamos poesía que las diosas saben muy bien como diseminar entre sus creyentes…

Ante esto:

Estuve en el remolino de un altozano contaminado.

Soy una maraña de paja que deseaba conocer

el principio, el desarrollo y el desenlace

de su enfermedad:

amor e historia como tierra penetrada.

Soy un desierto visto por su propia arena.

 

La caligrafía hecha de valores simbólicos que restablecen punto a punto, que el poeta, con independencia de si hombre o mujer, sabe que la poesía huele a mar, a ese mismo mar que como el desierto convierte las palabras en la húmeda arena del recuento que nos lleva por entre las comisuras de las palabras, solo me queda decir, y que quede claro, abandono toda esperanza de huir, me entrego a la enfermedad... 

Salud poeta,

Sigo leyendo...
 
 
Para La Coleccionista de Espejos
                                               Dlia Mc Donald

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