lunes, 15 de diciembre de 2014

Sin palabras...

 
A Julie Linox., Don Luis, y en especial para mi primo, Mario  James Woolery;  la luz de Dios sobrepasa todo entendimiento... 
No sé qué será la muerte.

Un sueño, un recuerdo, un listón azul puesto de lado sobre la mesa. Un detalle, ¿olvidado, quizás?¿Qué?..

Quizá sea esa tristeza de los días.

El oriflama de las pequeñas diferencias, distancias, los olvidos ¿casuales?, ¿Qué?

Dirá la vasija al artesano: he sido rota por mi propia fragua...

Dirá el artesano a la vasija, el ovillo me habla porque no sabe que se descose por una sola hebra...

Sé, que nuestros ancestros decían que antes de ser viejo y sabio primero había que ser joven y  estúpido, ¿Qué mejor manera de resumir que la vida es la mariposa que vuela aún si sabe que no es  bella? ¿Será que en nuestros ojos el segundo en que ella vuela es algo más allá que un minuto, o que la muerte es la única aduana por la que por voluntad propia y de la mano del CREADOR vamos sin miedo...?

Nunca nos preguntaron si sabíamos que al final de la corta cuerda del artesano, dónde empieza y termina ese jugar quedó con los amigos, entre cuchillos de plata siempre perdíamos algo más; por eso cuando descubríamos que del asombro de las cosas por las que llorábamos nacían nuestros sueños e ilusiones que siempre estarían ahí para nosotros; sabíamos entonces que valía la pena llorar por los que se iban y nunca volvían, porque realidad nunca nos dejan los muertos amados, por el contrario, zurcen nuestros momentos felices con el hilo maravilloso de la memoria; ¿Será que la vida jadea y suspira flores fragantes que nos hacen vivir aunque no queramos hacerlo de la manera en que lo hacemos?..

Es tan  corto,

       tan corto,  lo que antecede las ilusiones y los recuerdos, que para bien o para mal nos llevan a ser ese deshilvanar que se nos va entre errores, suspiros y amores rotos, construyendo de nosotros lo que nunca fuimos: la posesión más valiosa y bella de alguien más...

¿Quién nos dijo que las plumas de la dulce compañía del ángel de la guarda era la hebra que como las luciérnagas, vuela en solitario por la noche de los sueños nuestros?
 Y NADIE nos dijo que la mariposa que deja el nido sabe lo bella que es, y por eso ¡vuela! sin importar nada más; quizá es solo, como diría Emily Dickinson, que iba tan rápido que viéndole cansad@ gentilmente detuvo su andar para que descansara en sus brazos...
Al final, la desnudez de esa mano es la que nos señala que la hebra ha vuelto al ovillo...

Dell, 14 de diciembre, 2014

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