Con palabra de mujer...
Una Mujer llamada Nonzamo 
Winifred  Zanyiwe  Madikizela
 
Procedente de una familia relativamente privilegiada desconocía, al
principio, las condiciones deplorables en que vivía la gran mayoría de los
surafricanos, hasta que consiguió  empleo
como trabajadora social en el Hospital 
Baragwanath, y cuando tomó plena consciencia. Empezó su trabajo a favor
de los menos afortunados de inmediato. Y 
de allí hasta hoy se convirtió en una piedra sumamente incomoda en los
calzados de todos los gobiernos de su país. 
Si, si, si no te has equivocado se trata de Winnie,
la segunda esposa de Nelson Madela. 
Hace meses que estoy por hacer esta
reseña pero no he podido. 
Y es que tengo sentimientos
encontrados. 
Por un lado tengo una gran admiración
y afecto por Winnie Madamisela y todas esas mujeres fuertes y luchadoras, sin
las cuales no hubiéramos podido   pasar ninguno de los estrechos desfiladeros
por donde hemos transitado y  por otra
parte los medios nos han bombardeado con toda la propaganda anti Winnie y pro
Nelson que se puede imaginar. 
Aquí voy...
Una de los ocho hijos que tuvo Nomathanzanga
Mzaime, maestra de puericultura en la escuela local, se llamó Winnie, y nacio el
26 de setiembre de 1936 en Bizana, Transkei. Su padre trabajaba en el
Departamento  Forestal y Agricultura del gobierno.
Cuando cumplió los ocho años su madre murió.
Hizo la primaria en su natal Bizana y
termino su educación básica en Shawbury. 
En el tiempo en que ser negra y mujer 
era cargar con estigmas de dos “minorías” bajo el régimen del  Apartheid;  Winnie gracias a su audacia logró el título de
Bachiller en Artes y una maestría en Relaciones Internacionales de una de las
universidades  de mayor prestigio de Sudáfrica:
The University of Witwatersrand, en Johannesburg. 
Luego se graduaría de Trabajadora
Social  del  Jon Jofmeyer  School of Johannesburg,  Gautevg.
 
Procedente de una familia relativamente privilegiada desconocía, al
principio, las condiciones deplorables en que vivía la gran mayoría de los
surafricanos, hasta que consiguió  empleo
como trabajadora social en el Hospital 
Baragwanath, y cuando tomó plena consciencia. Empezó su trabajo a favor
de los menos afortunados de inmediato. Y 
de allí hasta hoy se convirtió en una piedra sumamente incomoda en los
calzados de todos los gobiernos de su país.
Fue presentada a los miembros de
del  Congreso Nacional  Africano (NAC) sus siglas en ingles. Y a su
lado prácticamente, dio inicio a su carrera política y de una rebeldía pocas
veces vista. La persiguieron en forma despiadada. Le prohibieron  decenas de asuntos y no bien le había llegado
la notificación, o dictado la sentencia, cuando estaba haciendo  precisamente lo que le habían prohibido. Hizo
varias campañas de abierto desafío para que las mujeres desobedecieran las
leyes absurdas e injustas del Apartheid.
En 1956 conoce al joven abogado
Nelson Mandela y se convierte  en  su segunda esposa  en 1958. Tuvieron  dos hijas,  Mandela ya tenía cuatro. Su convivencia
fue  realmente efímera porque al poco
tiempo, el líder anti apartheid sudafricano fue encarcelado y dicen que se
vieron solamente unas  cuatro veces en
casi  tres décadas. Un poco después de su
salida de la cárcel se intensificó los rumores de las “maldades” de Winnie,  la supuesta infidelidad, luego vendría la
separación y finalmente  el divorcio.
Winnie fue acusada de haber
secuestrado a cuatro jóvenes negros para interrogarlos. 
El cadáver de uno de
los jóvenes apareció después. El muchacho tenía 14 años. Winnie formó un equipo
de balompié que, dicen  algunos, lo menos
que hacían era jugar futbol. En realidad eran sus guardaespaldas personales.
Algunos los comparaban con los temibles Tontón Macoute de  Duvalier, tanto del padre como hijo, en la
Haití de los años 60s. Los miembros  del
equipo  de balompié, eran implacables con
los infiltrados, soplones, colaboracionistas. Yo eso lo puedo entender.  Su juicio fue todo un espectáculo montado para
la televisión. Yo seguí  parte del show.
Luego me aburrí porque lo que vi fue una dama africana muy elegante, muy digna,
muy segura de sí misma a quien le preguntaban una serie de sandeces. Winnie, en
sus respuestas fue una  verdadera  Annancy. 
Y como dijo un sudafricano:  Aún si Winnie tomó parte en todas las
atrocidades que le atribuyen, no se puede comparar en lo mínimo con los
crímenes del Régimen del Apartheid, amparado a las leyes del país  y con el beneplácito de muchos de los países  influyentes 
de la llamada Comunidad Internacional...
Yo encuentro que como a muchos otros
líderes del mundo, como a Marcus Garvey, Angela Davis, Walter Rodney, Patrice
Lumumba, Maurice Bishop  y ahora  Winnie siempre han sido sistemáticamente  satanizados, 
desprestigiados, acusados por algún crimen, enjuiciados, encontrados culpables
encarcelados y a veces asesinadlos 
especialmente si no  duran una
eternidad solucionando los problemas, a la manera Occidental, para darles a los
absurdos opresores la oportunidad de compartir premios internacionales.  Y poner en práctica la paz, cuando  ningún país 
occidental  está  dispuesto  a predicar con el ejemplo.
Paso 17 meses en la cárcel donde la
sometieron a las humillaciones  más
escalofriantes, paso otros 6 meses recluida. Fue desterrada de 1977 a 1985.
Tras du   destierro se traslada a Soweto,
entonces uno de los guetos más grandes de Sudáfrica, allí participa en varias
reuniones una de las cuales tuvo más de 40000 asistentes, tomo  parte en un sin número de reuniones,
protestas y huelgas., a pesar de que se le había prohibido. En otra ocasión fue
confinada a su casa, desterrada de Johannesburg. Se le prohibió  reunirse con más de una persona a la vez o
que su nombre o fotografía 
apareciera  en  algún medio de comunicación
En 1993 vuelve a participar en
política, fue electa presidenta de la Liga de mujeres y se le nombro Ministra
de Arte, Cultura, Ciencia y Tecnología del primer gobierno multirracial de su
país, presidido por su marido en 1994. 
Su hija y no ella, fungió como Primera
Dama. 
Fue destituida del cargo  un año
después
  Para la Coleccionista de Espejos:
 Franklyn 
Perry




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