Engendré
algunos demonios ayer, mientras te buscaba en imágenes de colores, a veces,
prefiero salir huyendo, antes que la una me atrape cuando voy de camino al
autobús.
Podría
acariciar tus alas hasta que duermas y sin caer, ser arquitecto de tu espalda y
dejarte volar...
Relatos
dominicales en el D.F
I
Domingo por
la mañana me bañaste con la luz que apagada: supuse que me querías ver llorar
II
Puse
suficiente jabon sobre mi cara. ¿Recuerdas que mis ojos se irritaron con el
jabon? Pensé que había dibujado tatuajes falsos sobre mis ojos.
III
Quería
tomarme un café igual que el de Sabines con sabor muy amargo y cascaritas de
limón con ojos (Te invito a tomar un café como el de Sabines)
IV
Subimos a un
auto verde, de los que no hay en mi país. La habitación 22 del Rioja (Calle 5
de mayo por el Zócalo), y vos me observabas desde lejos
Las mañanas
de Guanajuato
I
Un par de
veces amanecí sola, y hacia miedo un poco de frio también
II
Cualquier
excusa se valía cuando de fotografiarte y quitarte la ropa se trataba.
Vos y tu
casa sin cortinas ni timbre: fue el corazón de tu tortuga-vida.
III
Comía y
pensaba poco. Me devoraba, en cambio, tus colores. El sexo aparecía
rojo-verde-azul,
(sigo sin
saber de qué color maquillas el amor)...
Para La Coleccionista de Espejos:
Ivannia Murillo
Tres espejos de plata, con mango de cedro negro
No hay comentarios:
Publicar un comentario