domingo, 23 de febrero de 2014

Sobre la NUEVA POESÍA COSTARRICENSE


MOROS (EN LA COSTA)

 

Frecuento a una mujer

que siempre me habla de moros

y de la costa

siempre dice

no hay moros en la costa

y yo le digo

no conozco a ningún moro

mucho menos la costa

los únicos moros que conozco

invadieron España

hace añales

qué va    siglos

es lo que cuentan los libros de historia

entonces me frunce el seño

a ella no le interesa la historia

vomita la historia

sólo le interesan los moros

así es como replica

y yo no le creo

porque nunca he visto uno

no sé si estuvieron

o estarán

no sé si han comido con ella

alguna fruta bendita del desierto

¡qué me importa!

no quiero hablar de esos payasos

malditos

arreaban a las mujeres

como animales

predecían el desamor en la oscuridad

y a todo esto le llamaban poesía

entonces

como tampoco me cree

tira la puerta

me deja afuera

(lo de costumbre)

y como buena gitana

se enamora de otro.

 

 

HOMENAJE A LA RISA

 

No rías, madre. Mejor llora.

Paga el precio de parirme

en horas extra.

Empieza a llorar

entre las sábanas empobrecidas

por mi distancia.

Te lo repetí muchas veces.

Ningún fruto vuelve al tronco

ni gana más valor en el mercado.

Fuiste terca al extremo

de la genialidad.

Mentiste.

No tienes las entrañas rezagadas

ni ejerces presión tras la danza de los platos.

Es tiempo de que escuches y llores.

Me sacaste de un sombrero

para tener de qué reír con las vecinas:

fieras culinarias

que lo apuestan todo, hasta sus hijos.

Hoy me libro,

huyo de tu palabra sin corchetes.

Te dejo algunas pistas

para que llores con franqueza.

Me llevo mis fotos

erosionadas como desiertos.

Yo también supe

firmar las paredes con las uñas,

repartir el pánico sobre la mesa,

reírme de todo cuanto hice

por ser enjambre en tu regazo.

Lo siento, ma.

Es hora de escapar de la doctrina,

darle  la espalda al espejo

quisquilloso de tus desmanes,

rodar, borrarme de mí mismo

a carcajadas.



LET THE MUSIC PLAY

 

Cuánto hubiera pagado

por ver a Barry White cantar en el City Hall.

 

Ese hombre no llevaba el estandarte

de la música del alma.

 

Era el Soul en carne viva.

 

Una voz mayúscula

disparando a quemarropa

en el torpe escenario de los setenta.

 

Cómo me hubieran complacido

las melodías de Love Unlimited,

sus compases de nota perfecta,

esos violines de clase alta

esculpiendo el final de una época.

 

Mr. White,

no se incomode.

Hay muertes

que no le sientan bien a nadie.

 

No pretendo ir a su tumba

a recordarlo como un intruso

que bañó mi alma de canciones modernistas.

 

Cada vez que lo escucho

me siento capaz

de entender mi destino

en el do mayor de la nostalgia.

 

Voy a perpetuarlo,

a subir el volumen

de su record transitorio.

 

Lo enalteceré

como aquel dios negro

que nunca escribió su nombre

en el templo blanco de la música. 

 

RECADO

 

Si llega la muerte

no estoy

no me han visto

no dejé surco ni nada

a lo mejor ando por esos países onerosos

repletos de crucifijos y sarmiento

me perdí en las pirámides

algunos hombres retornan a Marte

quién sabe si vuelva

vendí mis libros

lo que restaba por reírme

clausuré la casa

y a todas mis mujeres

no fumo

no hablo

no me encierro en los cafés

a dictarle soliloquios al mundo

no predico

ni profano

me fui con el tiempo

sin juicio

y sin poemas.
 

ALPINISMO

 
Era un niño que escaló

el empinado celo de una dama

 

terco

al acecho

como la eterna ansiedad de los bosques

 

niño encubierto de adonis

o apenas

un arlequín

pretendiendo alcanzar 

la cúspide enardecida de sus ojos

 
conquistó 

tantos reveses

resbaló por el acantilado

de los ilusos inquisidores de margaritas


y se armó de elocuencia

 
superó los vértigos

que rasgaron la piel de sus años


y en lo alto 

en lo más alto

lanzó la cuerda

hasta la rosa enérgica de su corazón
 

clavó el último arnés

sobre las ruinas de su insolencia


y se hizo hombre


 para siempre.



Roig Fernández, San José, 1965.

Asiduo lector de nivel nacional: Roberto Brenes Mesén, y Julián Marchena; a nivel internacional: Bécquer, Neruda, Whitman, Poe, Mistral, entre otros; por tanto, clásica; no obstante, en los últimos años ha mostrado interés por los movimientos vanguardistas latinoamericanos.

No fue sino hasta el año 1998 que decidió integrarse al Café Cultural Francisco Zúñiga Díaz, dirigido por Dlia Mc Donald. Actualmente forma parte del taller Tráfico de Influencias, coordinado por el poeta Alfredo Trejos Recovecos y Escalones, inédito aún, es su primer poemario.

 

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