Muy a pesar del pensamiento de muchos
especialistas doctorados en literatura, existe una literatura que no es lo
convencional y es que no es una materia que nace simplemente de lado. Se trata
de lo que escriben las etnias y, más en concreto lo que escriben las mujeres de
las mismas que no es lo mismo que literatura del CARIBE, aunque tiene sus
similitudes.
Partiremos
hoy en un viaje que tocará la materia entrelazando el conocimiento
norteamericano, la mayor y amplia recopilación de datos al respecto puesto que
el género como tal nace en el SIGLO XVIII, con escritores como la poeta,
Phillis Wheatley y el orador Frederick Douglass, por tanto, su literatura es escrita,
en algunos casos, por, sobre, y para los afro nativos y alcanza su mayor y
mejor nivel con el RENACIMIENTO HARLEMNIANO, perpetuado hoy con autoras como Toni
Morrison y Maya Angelou, dos de las mejores escritores norteamericanas y, el
reciente boom de la literatura latinoamericana que incluye a autores que al
igual que el lugar de los afroamericanos en la sociedad mundial revelan el
cambio a través de los siglos, y con ello la atención de la literatura
afroamericana ha variado y ahora mezcla, integra y reelabora temas como el
racismo, la esclavitud y la igualdad todo, casi siempre, desde la visión
femenina, con la visibilizacion de autores del Caribe, como forma de mostrar
nuestro punto...
Nuestro
primer punto de anclaje, es establecer que antes de la GUERRA CIVIL
ESTADOUNIDENSE, ya existía una literatura afroamericana que enfocaba
principalmente temas relacionados con la esclavitud, representados por el
subgénero de la narrativa de esclavos que libros escritos a principios del SIGLO XX, de autores como W.E.B.
DuBois y Booker T. Washington, de los que hablaremos en algún momento, cuyo
debate enfrentaba la confrontación y/o apaciguar las actitudes raciales en los
Estados Unidos, la exposición del Movimiento por los Derechos Civiles, en los
que autores como Richard Wrigt y Gwendolyn Brooks, tomaron particular
importancia y relevancia por la visibilización
y nacionalismo negro inserto en su discurso, marco de referencia para Raíces:
la saga de una familia estadounidense, de Alex Haley o El color purpura, de
Alice Walker, libros que en la
actualidad además de los más vendidos y premiados insertos en la categoría de libros
de película, del cual hablaremos más adelante.
Dr. M. L. Calebth Aguilar F.
Nuestra quinta invitada, pues ya antes hemos
hablado de Tony Morrison y Maya Angelou, entre otros, es Alice Malsenior
Walker, 9 de febrero 1944, Eatonton, Georgia, Estados Unidos, es, junto con
Grace Paley, una de las mejores representantes de la llamada literatura
minoritaria, es decir la obra de autores que pertenecen a las minorías étnicas
estadounidenses, primera escritora-afroamericana y feminista no solo en recibir un PREMIO
PULITZAER en 1983, por la novela epistolar El color púrpura, 1982, su trabajo más conocido
en la que se basó la película del mismo nombre, dirigida por Steven Spielberg.
Quizás porque su principal
influencia fue el activista Howard Zinn, uno sus profesores en Spelman Collage,
donde ella estudió, Walker, es una figura muy respetada en la comunidad
política liberal por su apoyo a las visiones impopulares e inconvencionales
como principio personal, los derechos civiles, causas ambientales, feministas,
derechos de los animales, contra el bloqueo a Cuba, y contra la mutilación
genital femenina, se reconoce abiertamente como bisexual y apoya los derechos
de las personas en cuanto a la diversidad sexual, étnica o racial.
El
escritor con sangre, es decir con talento, sabe sacar ventaja de sus
desventajas en lugar de armar espectáculos baratos: nunca ha sido un secreto
que ha vivido a lo largo de su vida con el trauma de la
ceguera, pues cuando tenía 8 años jugaba con sus hermanos a indios y
vaqueros, uno de ellos le disparó con una escopeta de perdigones, evento que la
dejó tuerta de por vida. Para la escritora éste fue un acontecimiento que marcó
su vida porque su familia trató el suceso como un accidente mientras que ella
lo consideraba un acto totalmente deliberado. Esa cicatriz dejó en ella un
profundo sentimiento de fealdad, discriminada por otros niños, aislamiento y
soledad que derivó en incapacidad de mirar
a los ojos a otras personas de no ser por las letras: influencia ésta que influyó
en su desarrollo como escritora porque la herida le proporcionó consciencia y
lucidez para lograr que los personajes de sus novelas atiendan a multitud de
asuntos (sociales, políticos, económicos o culturales, entre otros), sin
apartarse de la conciencia que se repite en la obra de Walker observando cómo
cambian las personas pero sobre todo qué les hace cambiar
En muchas
formas esta novela podría ser autobiográfica: 1. De sangre cherokee, escocesa e
irlandesa, fue la octava y última hija de Willie Lee Walker y Minnie Talulah
Grant, nietos de esclavos y aparceros en la pequeña comunidad agrícola sureña
del lugar. 2. Vivió en una cabaña de una
sola pieza llena de gente. 3. Sus relaciones paternas, especialmente cuando la
joven mostró interés por los trabajos intelectuales fueron especialmente
conflictivas. 4. La figura de Nettie, la hermana de la protagonista principal probablemente
se inspiró en su madre, una mujer también pequeña de servicio doméstico y
también costurera quien tras marcharse de casa del padre (directo y esposo)
porque no soportaba el maltrato de ningun tipo contra las mujeres fue la
primera en apoyar que se marchara de la casa por el maltrato paterno, cuando
tras ahorrar por mucho tiempo le regaló tres objetos: una máquina de coser que
le permitiría ser independiente, una maleta para que viajara y regresara y una
máquina de escribir...
Su vida fue y es sin duda singular, casada con Mel Leventhal, activista y
abogado defensor de los derechos humanos de origen judío, entre 1967 y 1976,
procrea a Rebeca Walker, también activista y escritora reconocida por Black
White and Jewish (Negra, blanca y judía, aún no publicada en
español), sus memorias publicadas en el 2000 en la que describe la influencia negativa
de la relación de sus padres sobre su infancia, sobre todo el de una madre
vegetariana, cuya relación relación incongruente con la vida demostraba que
nunca estuvo interesada en ser su MADRE.
En 2006, Walker aceptó su filiación amorosa con la cantautora Tracy
Chapman.
Obra:
En sus novelas,
denuncia los lugares comunes de la discriminación de que son objeto las mujeres
y los afroamericanos. Destacan La tercera vida de Grange Copeland
(1970), Meridian (1976) y El color púrpura (1982), premio Pulitzer,
llevada al cine por Steven Spielberg (1985). Posteriormente publicó Living By the Word
(1988), En posesión del secreto de la alegría (1991), A Writer's
Activism (1997) y By the Light of My Father's Smile (1998).
Para La Coleccionista de Espejos:
AKM
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