Ahora que se
ha vuelto a desatar tremendo escándalo entorno al tráfico de órganos humanos en
nuestro país, recuerdo a la escritora Pilar Cerdas. Un jueves, hace alrededor
de cinco años, llegó al Taller Don Chico del Café Cultural Francisco Zúñiga,
para entonces ya no estábamos en la Casona del I.N.S.
La UNED nos
había brindado su apoyo, en fin “Agua que no has de beber déjala correr,
déjala, déjala”
Ya el maestro
Zúñiga no estaba pero la acogimos como él lo hubiera hecho: con cariño interés
y respeto. Pilar traía el esbozo de una novela que nos parecía fabulosa. El
tema era precisamente el de una banda que comerciaba con órganos humanos para
transplantes. Tema bastante espeluznante porque unos años atrás habíamos
escuchado historias de horror de niños costarricense que aparecía en el
extranjero con algún órgano extirpado.
Claro que no
sabíamos nada del asunto y además había que tener estómago para entrarle; ella
sí lo tenía. Además le conseguimos una cita con el doctor Longino Soto pionero
de los transplantes de corazón en Costa Rica, gracias a él y a su equipo del
Hospital México, muchos costarricenses siguen con vida, hoy.
Entre todos tratamos
de orientar y animarla pero por esas cosas de la vida cayó en otras manos y la
novela se malogró o más bien del manuscrito no pasó. Es lamentable porque el
tema en nuestra narrativa era novedoso, además Pilar venía fresca, sin poses,
expectativas, manía ni resentimientos tan típicos entre algunos de nuestros
artistas ya establecidos.
El manuscrito
estaba colmado de potencial, con temas y subtemas, historia de amor, arista
detectivesca, intriga, suspenso, horror, dicción tico….
Como idealista
que suelo ser, espero que alguien de los que pueden hacerlo o la misma Pilar
retome el proyecto y la lleve a un feliz término.
Para
la Coleccionista de Espejos: F. Perry
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