Delia Mc Donald
¿El tiempo tiene color?
¿Cuál es el color del
tiempo?
¿Tal vez el mismo del mar?
Existió un tiempo donde los sábados eran exclusivos de poesía, -Ahora son los domingos de cada quince- de
conversatorios, de laberintos literarios
que se convertían en el escape perpetuo de la tinta; donde el mar se dibujaba sobre
la pizarra blanca, como grafiti griego y femenino, diosa creadora.
La marejada fresca con olor a playa inundaban las hojas y las brisas mitológicas sutiles y vigorosas hacían volar las páginas.
¡Recuerdo aquellos años dónde el tiempo y el mar se tropezaron y no volvieron a ser los mismos!!!!
Sí, todas esas voces que te cantó el mar...)
Tu libro me
hizo zarpar sobre un navío, lleno de ricas imágenes y exquisita sensaciones,
capaces de navegar hasta el sol y luego
amanecer salpicada de arena y sal, con una pizca de divinidad para ser diosa y mujer.
La vos (y voz) femenina fue totalmente tangible entre los
versos, cada estrofa de coros y
ecos era perceptible como
pentagramas diseñados con los hilos de la espera, la angustia, el desamor, el amor y el despertar.
Todas las voces que canta el mar, te toca en lo más profundo, esas profundidades
inexploradas como las del mar.
Solo me queda por decir (Robándote tus letras):
“Regreso
al principio de mi hora,
pero
nunca he de volver a ser
la
mujer que conocisteis…”
Para Dly, con mucho cariño…
Laura Contreras (LAUCO)
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