Pese a todo, Costa Rica tiene sus grandes. Personajes con nombres comunes que nos
recuerdan un tiempo ido que, de tiempo en tiempo, siempre vuelve a nosotros por
la misma ley de la vida: solo el tiempo dirá… Pero el reloj de arena que llueve
sobre Cronos no tiene siempre la misma velocidad ni el mismo tipo de
componentes y menos la misma textura: no en vano no toda arena sirve para hacer
vidrio y el vidrio es un cristal que se mira según nuestro propio deseo
personal.
Uno de los grandes expositores de la cultura nacional tanto en pintura como en escultura que, pese a todo,
nunca renunció a su ciudadanía costarricense, y sin embargo, es —como el otro— muchas
veces desconocido es: (José de Jesús) Francisco Zúñiga (Chavarría); escultor
y pintor costarricense nacido el 27 de diciembre de 1912 y muerto en Tlalpan,
Ciudad de México, el 9 de agosto de 1998; donde al igual que Cardona Peña; es
considerado por su segunda patria sino como el mejor, el mayor escultor de la política
mejicana de estilo moderno…
Su historia es la misma de muchos otros; solo que su construcción, porque
un artista cualquiera que este sea; tiene un ingrediente esencial que es su
propio conocimiento interior y eso, no lo mide ninguna otra cosa que el deseo
particular de ser lo que se ha soñado, eso dicen quienes con el tiempo han
logrado posicionarse en el mundo literario o, artístico de este o cualquier país. Sin embargo, tomemos además en cuenta que por su padre
Manuel María Zúñiga por quién,
La historia religiosa-
escultórica costarricense tuvo a uno de sus mejores percusores en un hombre
humilde, laborioso, autodidacta quien en los libros de arte escultórico antiguo
encontró sus bases para fundamentar cada una de sus obras… E.Z
también fue un escultor bastante más
que notable, cuya obra tapiza la mayoría de las iglesias costarricenses, podríamos
decir que este es quizás el único caso en que los genes tienen un peso más que
establecido: madre quién solo se identifica como artista artesanal pasitos
navideños, según refiere Edgar Zúñiga otro ilustre escultor nacional…
A los 23 años, gana el primer Premio del Salón de Escultura, La Maternidad, prácticamente la única de esa época y
estilo en el país. (La indígena que camina frente a Tienda Simón, y la que
cuida la entrada del Ministerio de Cultura también son suyas) lo cual, pese a que se podría considerar como
su único premio, le ayudó a tomar la decisión de partir a México, con el fin de
estudiar talla directa en La Esmeralda; dónde permaneció hasta su muerte
al ser nombrado profesor de esa facultad.
A partir de entonces, su periplo por México seria ascendente:
1.
Premio de Escultura. Instituto Nacional de Bellas Artes, 1958
2.
Exposición de obras en Los Ángeles, San Salvador, San Francisco, Washington
DC, Estocolmo y Toronto.
3.
Exposición Permanente: Museum of Art, San Diego, Metropolitan Museum of
Art, Museo de Arte Moderno ambas de Nueva York, Museo de Arte Moderno en
México, Phoenix Art Museum, Arizona, Museo de Artede Ponce, Puerto Rico, y Museo
Hirshhon, Washington D.C
Su estilo único es caracterizado por la representación
de recios y orgullosos personajes indígenas, sobre todo femeninos, como:
- Monumento a Ramón López Velarde (1952),
- Relieves en el edificio de la Secretaría de Comunicaciones y
Transportes en talla directa (1954),
- Elena sentada (1966),
- Evelia sentada (1970),
- Juchiteca sentado y un canasto (1973),
- Yalalteca (1975),
- Tres generaciones (1985),
- Orate (1987); en ellas utilizó como materiales el
bronce, la madera, la piedra, el mármol o el ónix.
También trabajó la litografía desde 1973.
En 1987 fue
nombrado académico de número de la Academia de Artes de México. Tres años después,
1990, perdió la vista por enfermedad, pero continuó trabajando en terracota, es
decir, escultura manual en su estudio personal; razón que lo lleva a ganar en
1992, por toda una vida dedicada al arte el Premio Nacional de Ciencias y
Artes, Bellas Artes. Un año después, como
anuncio al fin de su carrera cultural, presentó una exhibición de su obra final
en el Palacio de Bellas Artes.
Murió en agosto
nueve de 1998…
Para La Coleccionista de Espejos: YKM
1 comentario:
Bravo Yancy. Así se hace patria. Cuando estas Kellermann arrancan ni los titanes las detienen. Muy buena reseña sobre Paco Zuñiga. Gracias!!! Franklyn Perry
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