martes, 23 de octubre de 2012

Anancy y el gas de muerto...

     Los años pasaban y pesan y las enemistades entre Hermano Tigre y Annancy eran cada día mayores.

Queriendo oportunidad de desquitarse de todas las que le habían hecho Annacy, el Hermano Tigre tuvo primero un terrible dolor de panza que lo llevó a tener un estironazo de pata… Bueh, eso dijeron los aullidos que como a las dos de la madrugada daba su mujer, convenientemente aleccionada; dijo el hermano mosquito, como a las 7, porque ese es más que nada un dormilón y si de chismes hablamos y en materia de enredar la cosa nadie mejor …

  Anancy se cansó de abrir la puerta porque como siempre, la buena gente se solidarizó con el muerto con el que, después de todo había que hacer las pases; por aquello de que en la costumbre imponía hacer una vela después de haber ido a pellizcar al muerto para saber que estaba bien muerto y no corrían peligro…— ¡Es cierto, Anancy! Esta bien muerto…—¡Anjjá! …¡Pero como eres terco, hombre!... —¡Ustedes no tienen memoria! Pero yo, puedo contar con todos los dedos de mis patas las veces que ha querido engañarme, embaucare y digerirme… ¡No creo, no creo y no creo!, terminó asentando con sus cuatro patitas a un lado de la puerta…¿Y cómo vas a saber la verdad, si no vas a verlo tu mismo?.... le respondió la hermana Ardilla… Anancy quedó con la palabra en la boca…¡Oh esta bien! Pero no respondo si es una treta… dijo al mismo tiempo que comenzaba a buscar sus zapatos y luego a ponérselos lo que tomó bastante tiempo porque Anancy es un desordenado y después con tantas pies… llegaron justo cuando ya iban a hacer más café, el cuarta o quinta ronda.  
 
Cuando todos entraron a la cueva de los señores Tigre, anancy se quedó afuera mirando sospechosamente la caja…—¿Anancy?...  ¾¿Y sí es una treta?, pensaba el otro mientras entraba a regañadientes, —¿Cómo puedes dudar de la muerte?... dijeron, no creemos que Tío Tigre sea capaz de una cosa así…¡Está bien!, voy a entrar, pero no crean que estoy muy convencido; y entró. Solo que al contrario de todos los demás dio, vueltas y vueltas y vueltas alrededor del cadáver, le dio un par de pellizcos, y hasta le hizo cosquillas en la planta de los pies, y finalmente se acercó a la viuda del difunto, siempre con avispa en el buche y dijo: —Señora Tigre, —¿ Está segura de que en verdad esta muerto?... ¾Ay, ¡Qué cosas dice, Hermano Annancy! Murió anoche…¾Ahh, entonces ya expulso el gas de muerto?

¾¿Qué?, dijeron a coro los demás. Imperceptible, la oreja de Tio Tigre se movió…¾Verán, dijo Annancy con aire de muy entendido en el asunto, según nuestros ancestros para que el alma llegue a los cielos solo puede hacerlo por el gas de muerto que expulsan todos los muertos, porque sino quiere decir que el alma sigue atorado en el cuerpo, o anda por ahí sin nada mejor que hacer... 
Claro que al oír esto, Hermano Tigre, no dudo en soltar una atronadora pestilencia que hizo temblar todo lo que estaba alrededor: antes de que dijeran Woow; las ocho patas de Anancy ya habían corrido lo suficiente como para llegar a lo alto de una palmera cercabna.  Y escondido entre los dátiles les dijo: ¾¡Lo ven! ¡Ya sabía que ese con tal de atraparme era capaz hacer cualquier cosa!  Por eso dije lo del gas de muerto: desde el día en que salí del vientre de mi madre, nunca oí de un muerto que echara pedos… ¡Ja, ja, ja,! Reía cantando, timbombombo, limbo, limbo, mi muma gaane a gron sa timbo, limbo, timbo, mi muma… limbo, limbo, gaane a gron...


Para La Coleccionista de Espesjos:
Franklyn Perry P




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