Queriendo oportunidad de desquitarse de todas las
que le habían hecho Annacy, el Hermano Tigre tuvo primero un terrible dolor de
panza que lo llevó a tener un estironazo de pata… Bueh, eso dijeron los
aullidos que como a las dos de la madrugada daba su mujer, convenientemente
aleccionada; dijo el hermano mosquito, como a las 7, porque ese es más que nada
un dormilón y si de chismes hablamos y en materia de enredar la cosa nadie
mejor …
Anancy se
cansó de abrir la puerta porque como siempre, la buena gente se solidarizó con
el muerto con el que, después de todo había que hacer las pases; por aquello de
que en la costumbre imponía hacer una vela después de haber ido a pellizcar al
muerto para saber que estaba bien muerto y no corrían peligro…— ¡Es cierto, Anancy! Esta bien muerto…—¡Anjjá! …¡Pero como eres terco,
hombre!... —¡Ustedes no tienen
memoria! Pero yo, puedo contar con todos los dedos de mis patas las veces que
ha querido engañarme, embaucare y digerirme… ¡No creo, no creo y no creo!,
terminó asentando con sus cuatro patitas a un lado de la puerta…—¿Y cómo vas a
saber la verdad, si no vas a verlo tu mismo?.... le respondió la hermana Ardilla…
Anancy quedó con la palabra en la boca…—¡Oh esta bien! Pero no respondo
si es una treta… dijo al
mismo tiempo que comenzaba a buscar sus zapatos y luego a ponérselos lo que tomó
bastante tiempo porque Anancy es un desordenado y después con tantas pies… llegaron
justo cuando ya iban a hacer más café, el cuarta o quinta ronda.
Cuando todos entraron a la cueva de los
señores Tigre, anancy se quedó afuera mirando sospechosamente la caja…—¿Anancy?... ¾¿Y sí es una treta?,
pensaba el otro mientras entraba a regañadientes, —¿Cómo puedes dudar de la muerte?... dijeron, no creemos que Tío Tigre sea capaz de una
cosa así…—¡Está bien!, voy a entrar, pero
no crean que estoy muy convencido; y entró. Solo que al contrario de todos los demás dio, vueltas y
vueltas y vueltas alrededor del cadáver, le dio un par de pellizcos, y hasta le
hizo cosquillas en la planta de los pies, y finalmente se acercó a la viuda del
difunto, siempre con avispa en el buche y dijo: —Señora Tigre, —¿ Está segura de que en verdad esta muerto?... ¾Ay, ¡Qué cosas dice, Hermano Annancy! Murió anoche…¾Ahh, entonces ya expulso el gas de muerto?
¾¿Qué?, dijeron a
coro los demás. Imperceptible, la oreja de Tio Tigre se movió…¾Verán, dijo Annancy con aire de muy entendido en el asunto, según nuestros ancestros para que el alma llegue a los cielos solo
puede hacerlo por el gas de muerto que expulsan todos los muertos, porque sino
quiere decir que el alma sigue atorado en el cuerpo, o anda por ahí sin nada
mejor que hacer...
Claro que al oír esto, Hermano Tigre, no
dudo en soltar una atronadora pestilencia que hizo temblar todo lo que estaba
alrededor: antes de que dijeran —Woow; las ocho patas
de Anancy ya habían corrido lo suficiente como para llegar a lo alto de una
palmera cercabna. Y escondido entre los dátiles
les dijo: ¾¡Lo ven! ¡Ya sabía que ese con tal de atraparme era capaz hacer
cualquier cosa! Por eso dije lo del gas
de muerto: desde el día en que salí del vientre de mi madre, nunca oí de un
muerto que echara pedos… ¡Ja, ja, ja,! Reía cantando, timbombombo,
limbo, limbo, mi muma gaane a gron sa timbo, limbo, timbo, mi muma… limbo,
limbo, gaane a gron...
Para La Coleccionista de Espesjos: Franklyn Perry P |
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