Si existiera un invento mayor que la inteligencia
del ser humano, este seria precisamente la literatura. ¿Qué es, cómo se contempla
como uno y se realiza es un proceso que no se pierde en ninguna otra parte que
en el ser humano mismo?
La literatura, nuestro punto esencial de
trabajo suele encontrarse dividida en dos facciones que la convierten en
principio de identidad pluridimensional que, principia con lo que muchos han
dado en llamar LITERATURA ORAL, es
decir la que:
·
Si bien la importancia de la literatura
oral deriva de origines antiguisimos en que loa necesidad del ser humano de dar
explicación a los fenómenos naturales que lo circundan: desde lo más íntimo de los
hechos de la naturaleza que son diferentes y exteriores a él y que sin embargo
lo englobaban; por su necesidad de reconocerse como parte de algo dentro de los
ritos, los cantos y la música, las costumbres y tradiciones de los pueblos.
Por tanto, decir, que
·
Cuando el ser humano empezó a reunirse
en comunidades a partir de las relaciones de producción (agricultura,
ganadería), surge la necesidad de hablar, de comunicarse.
Si pensamos que las primeras narraciones orales pudieron haberse dado
por esa necesidad innata del ser humano de tener una referencia en el tiempo, o
por reflexiones sobre alma y cuerpo,
sobre los animales y seres que le rodean; los fenómenos que no podía explicar
–como la muerte de un ser querido, como la caída de un rayo, o una inundación–
y empieza a intentar explicárselos, porque ello le brinda tranquilidad, y al
hacerlo los cuenta, recrea, relata, se los habla– en comunidad; que al
desencadenar necesariamente ciertas consecuencias pueden funcionar como
material de enseñanza. Recordemos a
Esopo.
Decir que proviene de la cultura oral, que ha acompañado y condicionado
a los seres humanos desde los inicios de los tiempos, con el desarrollo del
lenguaje, la creación y desarrollo del mito; pues si bien las primeras
representaciones narrativas, se reconocen los recurso mnemotécnicos, es sabido
que ello no quiere decir que las primeras narraciones, biográficas, en verso
principalmente, hayan sido la reproducción de una memoria exacta, palabra por
palabra, de los cuentos y relatos, utilizando de manera más flexible de narrar
los relatos y cuentos; sobre todo condicionado por la presencia de escuchas y
audiencias concretas que exigían maneras de contar o narrar acompañadas de
todos los elementos kinésico-proxémicos, entonativo-prosódicos que complementan
el habla y con ello el conocimiento; no es en absoluto, una idea descabellada:
su importancia esta unida al hecho de que es independiente a la escritura
(prescinde de la escritura), que al carecer de la noción de autor, se sabe que
la mayoría son narraciones anónimas que se basan en el conocimiento milenario
de los pueblos y comunidades humanas. El autor, en este caso, es casi siempre el
pueblo, la comunidad o el conjunto de aedos, rapsodas, vates, poetas, juglares,
cantores, bardos, bufones, trovadores; narradores orales anónimos lo que se suele
decir que más que autor, lo que caracteriza a la literatura oral es el autor
colectivo o la carencia de autor.
Claro que al no haber, material impreso, la fabrica general de
entretenimiento los narradores orales de
los pueblos eran, un recurso muy apreciado y el pueblo sin distingos de edad
gustaba de oír las historias y composiciones orales, las cuales eran
embellecidas, modificadas, complementadas de acuerdo a las características de
los narradores, las exigencias de las audiencias y las distintas generaciones
que le fueron agregando o quitando elementos, enriqueciéndolas conforme pasaba
el tiempo, con formas de composición, más bien herramientas como la repetición,
la creación de estribillos, la inclusión de palabras coloquiales, contracciones
en la pronunciación de las palabras, la dependencia en la deixis y en los
elementos deícticos del discurso comunes tanto para el narrador como para el
escucha, presencia de frases y expresiones apelativas que intentan generar una
reacción en el receptor que va desde la solicitud de atención hasta la
invitación al oyente de que haga algo, el uso de fórmulas de tratamiento.
LITERATURA ESCRITA
Cuyo impulso y desarrollo se debe a la
imprenta de Gutenberg, o eso creemos todos cuando en realidad debemos de pensar
en la tradición de los jeroglíficos, símbolos ideográficos,
etc., transmitían información pero
estaban desprovistos de contenido lingüístico directo, por ser simples signos
de escritura hasta que los fenicios crearon un alfabeto que da origen al
alfabeto arameo y al griego, y posteriormente al alfabeto latino, de los que
proviene nuestra lengua española. Aunque la escritura se desarrolló como un
medio para establecer relaciones de comercio, para fijar contratos y leyes, a partir
de los griegos se desarrolla la literatura como tal desde la epopeya y otros
tipos de composiciones escritas en verso rimado, estas seguían manteniendo
relaciones con la oralidad pues eran recitadas en lugares públicos, estimadas
en foros, se las relacionaba con la elocuencia y la retórica pues para nadie es
un secreto que los griegos también les interesó muchísimo el desarrollo del
pensamiento, los representantes indiscutibles del pensamiento y del debate de
ideas filosóficas son Platón y Aristóteles; eso sin dejar de lado que fue
gracias a los mismos que aparece el arte dramático: la tragedia y la comedia
eran representadas en los teatros públicos y existían autores dedicados
exclusivamente a la escritura dramática: Esquilo, Sófocles, Eurípides,
Aristófanes, entre otros.
La escrita es un arte que tiende no dejar atrás la memoria, que se presenta a
sí misma como una forma híbrida en la que la historia, la mitografía, la
poesía, el drama, la oratoria, e incluso la didáctica se combinaban en las
obras, tras de la cual viene el inconfundible derecho de autor o autoría; y con
ello cambia la noción de escucha o receptor directo, y se instaura propiamente
la noción de lector y más allá la del critico. Es decir, que si no existe
lector no existe la critica y esta debe verse como un derecho inalienable.
La literatura escrita por lo general se vale de expresiones lingüísticas más elaboradas codificadas con claridad en la lengua escrita para asegurar su comprensibilidad en el lector; e instaura también una relación más distante entre escritor y lector, es decir, la posibilidad de la letra escrita prescinde de la presencia real de un narrador que directamente recite los cuentos a los escuchas, sino que estos mismos, en tanto conocedores del código escrito, podían por ellos mismos “leer” lo escrito en el soporte de arcilla, madera, papiro o pergamino.
Para La Coleccionista de Espejos:
La Coleccionista de Espejos, et all
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