Chavela Vargas; igual que Victoria Urbano,
Yolanda Oreamuno, Eunice Odio, entre un grupo nutrido de ticos que vivieron y
murieron allá, en México, acaba de dejar callejón de sueños rotos en Morelos, Cuernavaca; que
es como decir en algún lugar de la mancha, dado lo pequeño del sitio de
referencia del que conozco tan solo Juchitán y sus alrededores, porque ahí esta
la casa de mi entrañable amiga Citlalli Ferrer;
solo que ella se afincó en Tepoztlán, a las faldas del Cerro del Tepozteco con quien
ella decía platicar todas las mañanas; de acuerdo a la tradición indígena de la
que era devota creyente en sus costumbres desde que era niña...
Sin duda, una de las
voces más importantes de música ranchera antiguamente solo cantada por hombres;
por los tonos graves y azules, es decir melancólicos que podía lograr y desde
que yo era muy niña he sido una de sus grandes fans, porque desde entonces sentía
identificación con su rebeldía natural; y esa constante de luchar contra todo
sin que le importaran, al menos en lo externo, las consecuencias. De ella aprendí
que si uno deseaba algo en la vida, nunca habrá un camino que la perseverancia,
el seguir el instinto, no franquee la puerta que sea, y que el que dirán es un
leño que arde como nosotros queramos y permitamos…
Nació en San Joaquín de Flores, Heredia,
Costa Rica el 17 de abril de 1919 con el nombre de María Isabel Anita Carmen de Jesús Vargas Lizano, hija de Francisco Vargas,
un gamonal de esos años y de Herminia Lizano, una mujer de cierta alcurnia social,
de los primeros matrimonios en divorciarse; lo que en una Costa Rica pequeña, oyente
perpetua de la música ranchera mexicana, de pueblo rural y machista. De los hijos de la familia, la madre conservara solo una hija y el padre se
llevara a los demás, incluida la pequeña Chavela, a trabajar como hombres al
campo de siega familiar y murió hoy, en la misma fecha y hora de otra gran
leyenda del cine cuya vida fue igualmente convulsa: Marilyn Monroe.
Todos le decían
la del zaran rojo sangre, y era como el chile verde, picante pero sabroso…
Educada como macho cabrío, aprendió a reconocer el llamado del ganado bajo
el candor de la luna llena, a vestir como hombre, fumar en rama, beber de más
llevar pistola que sabia usar bien y cantar las rancheras y boleros que llevaba
el lomo de algún otro compañero de faena bajo su característico gabán rojo… por
tanto, no es de extrañar que en el 2000, o un poco más atrás reconociera su
lesbianismo plantada en su lejana infancia
y adolescencia cuando por avatares de la vida descubrió a la hija de la
cocinera e inicia el cortejo a como lo haría cualquier otro macho del mundo en
que la habían sumergido...
En mi entender, desde el psicoanálisis de
Kristeva, cuando toma conciencia de su estado, de la incomprensión que eso remetía,
de que no había sido recibida ni educada nunca como mujer, que tuvo ¿una
madre?; que nunca la cuidó, huye a México a los 17 años, después de rogarle al
padre que la dejara ir; ¿Por qué, si ella era como sus hijos, es decir hombre,
y como ellos tomaba sus propias decisiones?… a su modo hubo una despedida entre
ellos, cuando él, acostumbrado a beber y a fumar tanto o más que ella se duerme
al oírla cantar las rancheras de la época desde la tranquera y al despertar
nota la ausencia de 500 colones y no le importa la de la hija que ha cometido
el peor de los pecados: deshonró a su padre y a su madre al ir en contra de la
naturaleza que ellos le habían impuesto…
Enemigos tuvo todos los que ella misma
sembró, y siempre dijo odiar al pais porque creía que no la entendia pero nunca
renunció a su nacionalidad porque su poncho rojo, como la sangre, siempre tenia
un motivo blanco y azul; se habrán fijado: son los gqjes de vivir en un mundo
raro…
En el 2007, volvió a Costa Rica, en un intento
por volver pero como una flor trasplantada, de esas que no florecen sino bajo
el sol que ellas escogen volvió a su México querido, hablando pestes para justificar
su regreso, del mismo modo que muchos, significados como autores de peso
reniegan del país y ni quién les corrija; solo que en su caso lo hacia porque
ya tenia raigambre: un espacio en donde podía ser sin dañar a nadie más que a
sus recuerdos y al mismo tiempo esconderse de ellos; y es lógico entenderlo así
porque de otro modo, jamás hubiese vuelto; porque en eso, era como La Llorona; tejía
constantemente un reboso porque siempre tuvo frío y en esa dulzura murió.
Quizás
no fue tan rápido como ella siempre dijo, porque el Tepozteco al que siempre le
dio la vida, esta vez quizo que sus indias amadas ya no pudieron salvarla;
porque ella donde va hablara de su amor por la vida… y si quieren saber de su
pasado, es preciso decir: tápame con tu rebozo Llorona, porque me muero de frío… en lugar de que descanse en paz, aunque lo dudo: ese tipo de seres incomprendidos como ella, vuelan libre por siempre...
Dlia Mc Donald W
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