miércoles, 29 de agosto de 2012

El Silabario del Poeta

Imagen tomada de internet
Con permiso del autor...

Recurrencias temáticas de Derek Walcott
Pablo Narval
Santa Lucía es un pequeño país, gobernado por un mar extenso e indescifrable que nos evoca las palmeras, las playas, la ciudad bajo un sol que hermosea su contorno, una isla que otorga su parsimonia a la vista del habitante, a la vista del viajero: Santa Lucía es un canto que celebra la naturaleza pura de la vida. Los taínos, primeros indígenas que poblaron esta tierra, le fueron dando forma de acacia a su nombre, venían de la gran Sudamérica fecunda,  y llegaron a poner su huella, su humana certeza para ir creciendo indescifrablemente ante las aguas del Mar Caribe.    Pero su libertad no duró mucho, los taínos fueron dominados y asimilados por otra etnia de la región: los indígenas caribes. Y con esto comienza a formarse su tradición indivisible, su cultura empieza a tomar el signo de la historia, el 13 de diciembre de 1502 llega Cristóbal Colón a fundar su nombre, día en el cual se celebra a Santa Lucía de Siracusa y en el cual su descubridor la bautiza haciéndole homenaje a la santa. Siglos más tarde, Francia y el Reino Unido se disputaron su soberanía sobre la isla hasta subsistir finalmente en manos de los británicos.
Pero su pueblo ante el dominio del Imperio buscó la forma de elevar su libertad, y así consiguieron dar voz a su soberanía de personas que luchan para  vencer  las ideologías arcaicas de la esclavitud y el egocentrismo del poder. A principios del siglo XX logran elegir a sus primeros representantes a un consejo legislativo local y en mil novecientos cincuenta y uno logran el derecho al voto, años más tarde el veintidós de febrero de mil novecientos setenta y nueve obtienen el anhelo más preciado de todo pueblo: La independencia.
He comenzado dando un pequeño viaje en las profundidades de esta tierra, un viaje simple pero que recalca lo vital de este país, que con sus pocos habitantes, ha logrado construir una sociedad libre y llena de esperanza. A través de esta sinopsis espontánea, descubramos la esencia de un pueblo pleno de costumbres e historias, colmado de una cultura imprescindible para el Caribe y para nuestra América apasionada. Es un pueblo que surgió por medio de sus habitantes y aún ellos le siguen dando frutos a su nombre, y uno de estos habitantes es el Dr. Derek Walcott, premio Nobel de Literatura 1992. Me complace hoy hacer una pequeña reseña de su obra poética, orientada hacia sus más recurrentes temas, y como poeta definiendo a otro poeta permítanme expresar lo siguiente: 
Derek Walcott es una artífice del conocimiento, de ahí que en su obra nos quiera ir educando de una manera conceptual, poética e imaginativa en la epistemología, por mi introducción a Santa Lucía era imprescindible, ya que para Walcott todo poema es un viaje desde su tierra, para ir en busca del saber a través de la intuición y de un profundo sentido filosófico de la vida; y a través de ese conocimiento él va inspeccionando los puntos esenciales que el hombre ha olvidado y trasciende al origen mismo del alma sin dejar de lado sus raíces, la sencillez y la magnitud armónica del sentido común.
Saber manejar la intelectualidad en los diferentes puntos de la vida es algo a veces difícil para no caer en lo transitorio y lo superfluo, entablar una amistad con la noción de tantas cosas sabidas es una genialidad que sólo pocos saben manipular, para el bien del sentido mismo que el autor intenta exponer y sin caer en un amaneramiento conceptual para el sentido del lector; en sobrepasar a veces lo aburrido y quedarse en un estado cataclísmico de no descifrar la palabra. Derek Walcott transforma lo difícil en sencillo y hace del paisaje más complicado una obra de arte única y expresiva capaz de acaparar cualquier alma que lo lea, porque su uso del conocimiento lo emplea para que nosotros sintamos esa necesidad del saber y tratar así, como él, transmitir la vivencia no sólo como un acontecimiento sino como otra vida que nos nace. Y cito unos versos del poema Señales refiriéndose a  Santa Lucía en tiempos del colonialismo:

“Su silueta la definió Europa durante el siglo diecinueve
con humeantes estaciones de trenes, lámparas de gas, enciclopedias,
las cinturas en expansión de los imperios…
…sus sombreros de sed, sus carruajes, la amplitud moral,
digamos de Balzac,
luego retornan a este siglo de consumidas y cenicientas casas
al penacho de humo de las lejanas chimeneas.”
 
Walcott jamás olvidará de donde proviene su sangre, de donde nace su raíz soberana, por eso en su obra la naturaleza es parte primordial para plasmarla en la palabra, nos da destellos de ranas acuchillando el aire, rabihorcados sosteniendo su cruz inesperada, jamás olvidará esa forma de montaña, de palmera, de mar …  A donde quiera que vaya su herencia lo convoca a partir de su escritura, dándole a cada cosa un sentido más que físico, un sentido espiritual, torna la materia en sustancia vivencial, menciona el mar no sólo para cantarle sino para defender a su patria, para hablarle a su madre, para nombrar el recuerdo de la infancia; a todo le da un criterio ontológico, estudia en sus composiciones lo que hay, lo que se ha vivido en un todo para luego transformarlo en palabra.
 
“Pero mi memoria es tan corta
como leve el sonido del mar,
lo que vagamente recuerdo
es una línea de arena blanca.”

(Cul de Sac Valley Poema III. Testamento de  Arkansas)  

“Se empezó a cultivar el plátano
y el paraíso de un muchacho
cayó segado en gavillas de aleluyas.”
(Poema Roseau Valley de Testamento de Arkansas)
“La historia era un cañón no una iguana…”
(Capítulo XVII, Canto I de Omeros)
 
Como nombré anteriormente lo ontológico, lo metafísico es esencial en la obra de Derek Walcott, es casi una necesidad que tiene el poeta de elucidar muchos de los temas que toca como lo social, lo económico, lo familiar; para llegar a la trascendencia, va creando un hilo de acontecimientos plenamente vivenciales como todo gran escritor para darle fluidez a su obra, intrínseca mayoritariamente en la cultura caribeña y en su herencia africana, inglesa y holandesa como cita el mismo poeta:” … o no soy nadie o soy una nación”. De ahí que nos demuestra muy detalladamente cada parte de la historia caribeña y de la historia de su vida donde convergen diferentes culturas y vivencias para no perder la identidad primordial en su obra.

Yo, que estoy envenenado con la sangre de ambos,
¿Hacia dónde debo volverme, dividido hasta las venas?
Yo que he maldecido
al oficial borracho de la ley inglesa, ¿cómo elegir
entre esta África y la lengua inglesa que amo?
¿Traicionarlas a ambas, o rechazar lo que ofrecen?
¿Cómo presenciar esa carnicería y quedarme tranquilo?
¿Cómo volverle la espalda a África y vivir?

(Un llanto lejano desde Africa)
    
   Nos habla del pasado como simple reflexión para profundizar aún más en la vida, sin embargo, a Wallcott le interesa más el presente de lo que hacemos en el ahora, porque el ser es una creación continua que tiene que ir evolucionando, sólo así encontrará el cambio necesario en  la actitud de prosperar. La capacidad de cantar las heridas del pasado sirve para trascender esas mismas heridas y coadyuvar a construir un mejor mundo para asombrar a la vida y a nosotros mismos. Como lo afirma en "Las Antillas: fragmentos de una memoria épica":

"para cada poeta el mundo es siempre un amanecer, y la Historia una noche insomne y olvidada; la Historia y el miedo primigenio son siempre nuestro temprano comienzo, porque el destino de la poesía es enamorarse del mundo a pesar de la Historia"

Ejerce la denuncia social con fuerza, como dando mazazos a la conciencia, a quienes violentan y desangran los pueblos como si los pueblos fueran esa savia infinita de endulzar su poder egoísta. Este poeta hace de la poesía un muro para proteger a los desdichados, a los que con su voz no pueden acallar la injusticia y Derek Walcott les presta esa voz liberadora a través del poema para que digan  la verdad, sin ningún tapujo, sin ninguna duda en la poesía los defiende:

...más vale que todos ustedes teman el día en que me cure
de ser humano. Su suerte va a estar en mis manos,
ministros, hombres de negocios, Shabine los va a agarrar, amigo

dispersaré sus vidas como un puñado de arena,
¡Yo que no tengo más arma que la poesía y
las lanzas de las palmas y el escudo deslumbrante del mar!

 …los elfos de orejas de ratón, de pies de helecho, sin rostro,
Esas fábulas de los subdesarrollados y los pobres
jaspeadas por la luz de la luna se volverán blancas y más ricas.
Nuestros mitos son ignorancia los de ellos literatura.
(De Magia Blanca) 

He mantenido mi
promesa, dejarles lo único que poseo,
a ustedes que son mi amor primero: mi poesía.
(De Omeros) 

No podemos obviar el tema religioso que también persiste como identidad arraigada desde su  ser niño, es lo que lo vuelve aún más humano porque de cierta manera la religión para Walcott se convierte en una especie de  tema libre que puede utilizar en cualquier momento de su poesía y en parte rememora esa espiritualidad no panfletaria sino una espiritualidad abierta a la búsqueda del ser, una espiritualidad más filosófica, que puede ayudar a mejorar el ludismo de su obra, no sólo en lo formal, sino en la  esencia que traspasa al hombre para mostrar la belleza o para dilucidar  la libertad del ser.

«sí« ante la resurrección: «sí, sí es nuestra respuesta»,
El Nunc Dimittis de su coro verdadero.
¿Dónde está mi libro de himnos de niño, los poemas ribeteados
con hoja de oro, el cielo que adoro sin fe en el cielo,
mientras el Verbo, apenado, se volvió hacia la poesía?
¡Ah, pan de vida que sólo el amor sabe leudar!
El crimen más oscuro
es hacer de la conciencia una profesión.
(de : En otra parte)
Walcott encuentra su tema principal en el metalenguaje, en la meta-poesía y en ella retrata el sincronismo individual y colectivo de su vida, de la historia, de su conocimiento, como lo haría un pintor, sólo que este pintor es un poeta por naturaleza que transforma lo cruel en un canto hermoso,  es un poeta que  va detallando cada letra para convertirla en una luz: 

Sabías que la guerra, como el verso libre, es un signo
de mala educación.
(de: Oración de alabanza a W.H. Auden) 
Tal vez el tema más persistente en la obra de  Walcott  es el  conflicto entre el mundo interno contemplativo del artista individual –el naufragio, el exilio– y el mundo externo de la comunidad, los elementos miméticos, la danza y la narrativa dominan por un lado, y por el  otro es fuerte también la tradición literaria clásica.

Walcott también tuvo su diáspora,  su obra la contempló muchas veces fuera de su Patria, sintió el remordimiento de haberla dejado, vivió la discriminación de muchos pueblos, y a través de su poesía reconstruye un nuevo mundo que él divisaba desde sus adentros y que aún anhela. Convierte el lenguaje peyorativo del Imperio como él llama al colonialismo y a los conquistadores en un lenguaje hermoso, pues para el Imperio la piel negra era una mal formación, Derek Walcott la convierte en símbolo de belleza, esperanza y heroísmo. 

Al final la recurrencia mayor en Derek Walcott es el amor, el amor a su pueblo, a la historia de su país retratándolo desde su nuevo mundo, a la historia de Europa poniéndole los matices más poéticos para conservar su canto, la historia de América desde su simbolismo particular y anecdótico, la historia de África ofreciéndole su elegía más bella hacia la tarde, la historia de su vida como vivencia esencial para demostrar su palabra, es un poeta que ama el mundo, un hombre sencillo que ama el silencio del arroz y los frijoles, que ama lo que siente y no lo calla. Para Walcott su tema principal es este:

No obtuve matrícula
en matemáticas, aprobé,
después enseñé el latín básico del amor:
Amo, amas, amat.

(De Silabario Escolar)

 Este es el Silabario del Poeta.
________________________
Pablo Narval: Estudiante de filología

No hay comentarios:

Con palabra de Mujer...

  Dora Maar...  Y porque no le gustaba su cara, y no sabía sonreír, Picasso hizo lo que quiso con ella... YKM Nacida Henriette Theodora Mark...