En la profunda, e inusualmente perfumada sombra del gran algarrobo
oscuro bajé los escalones con mi jarra y debí esperar, debí detenerme
y esperar, porque ahí estaba él en el abrevadero ante mí
.-- fragmento, Serpiente
Ahora que lo explícito de la sexualidad humana se ha vuelto a poner de moda en la literatura main stream, al menos en Costa Rica, creemos oportuno referirnos a un gran maestro en la materia y a su obra literaria. Desde luego que se trata de D.H. Lawrence.
Se llamó David Hubert se dio a conocer profesionalmente como D.H. Lawrence y sus allegados le decían Bert.
Nace el 11 de setiembre de1885, cuarto hijo del obrero, minero Arthur John Lawrence, un minero que casi no sabia leer ni escribir y Lydia Beardsall, educadora, en el pueblo minero de Eastwood, Inglaterra y muere en Vence, Francia en 1930. Vivió gran parte de su niñez en su pueblo natal: Eastwood, Nottinghamshire en la calle Victoria 8ª, en la actualidad es un museo. Este origen rural lo perseguiría durante toda su vida.
Dicho entorno obrero y los constantes conflictos entre sus progenitores le proporcionaron bastante material para algunas de sus obras de ficción. A este entorno lo bautizaría como “el campo de mi corazón” y es el escenario casi único de muchas de sus creaciones.
Realizó estudios primarios en Beauvele Board School. Hoy rebautizado con el nombre de Greasley Beauvale D H Lawrence Infant School e hizo la secundaria en Nottingham High School. En 1901 se ve obligado a interrumpir sus estudios y se emplea en una fábrica de instrumentos quirúrgicos. Tiempo después retoma estudios en la universidad de Nottingham de donde sale con un diplomado en docencia en 1908.
Cuando se agravaron los problemas familiares y el padre los abandonó, dejó los estudios, 1901, consiguió un empleo de tres meses como dependiente en una fábrica de aparatos quirúrgicos en Haywood, antes de que un brote de neumonía pusiera fin a este trabajo. Mientras permanecía convaleciente, solía desplazarse a la granja Haggs, el hogar de la familia Chambers, donde entabló amistad con Jessie Chambers. Un aspecto importante de esta relación con Jessie y otros adolescentes fue la pasión que todos ellos sentían por la literatura.
De 1902 a 1906, Lawrence se desempeñó como maestro en la British School de Eastwood, tiempo dedicado en casi su totalidad a los estudios y recibió un diploma de docencia por la Universidad de Nottingham, 1908. Durante estos primeros años, comenzó a trabajar en poemas, algunos relatos breves y el bosquejo de una novela, Laetitia (finalmente titulada The White Peacock -El pavo real blanco); con notable buen éxito manifiesto, si tomamos en cuenta que a finales de 1907 ganó un concurso de relatos breves en el Nottingham Guardian, siendo la primera vez que se le reconoció su capacidad literaria.
Cuatro años después, 1911, Edward Garnett, editor que actuó como su mentor, le incentivó a seguir y se convirtió en un amigo valioso. A lo largo de estos meses, el joven autor revisó Paul Morel, el primer bosquejo de lo que luego sería Hijos y amantes. Asimismo, una profesora colega suya, Helen Corke, le ofreció libre acceso a sus diarios íntimos sobre una triste aventura amorosa, que sirvió de fundamento para El intruso, su segunda novela.
Tras recuperarse de un segundo ataque de neumonía a finales de 1911, Lawrence decidió dejar la enseñanza para dedicarse de lleno a su actividad como escritor. También terminó una relación con Louie Burrows, un viejo amigo de sus días en Nottingham y Eastwood. Poco después, en marzo de 1912 conoce a Frieda Weekley, cuyo apellido de soltera era Von Richthofen, y con quien compartiría el resto de su vida, seis años mayor que él, estaba casada y tenía tres hijos pequeños, la esposa de un antiguo profesor de lenguas modernas de Lawrence en la Universidad de Nottingham,, Ernest Weekley. Sin importar nada, al comenzar la aventura huyeron a la casa de los padres de Frieda en Metz, en ese entonces una fortificación alemana cercana a la frontera que estaba en disputa con Francia; motivo que lo llevó a su primer encuentro con el militarismo: fue arrestado y acusado de ser un espía británico, antes de ser liberado gracias a la intervención de su futuro suegro.
Tras esta experiencia, se desplazó a una pequeña aldea al sur de Múnich, acompañado de Weekley en la que fue su "luna de miel", más tarde inmortalizada en la serie de poemas titulada ¡Mira! Hemos cruzado hasta aquí, 1917.
Desde Alemania, la pareja partió hacia los Alpes, Italia; trayecto fue registrado en el primero de sus libros de viaje, una colección de trabajos interrelacionados llamada Crepúsculo en Italia, y la novela inacabada, Sr. Noon. Durante su estancia en la península itálica, completó la versión final de Hijos y amantes que al ser publicada en 1913 fue reconocida, fue reconocida como un vívido retrato de la realidad de las clases sociales en el ámbito provincial.
Tanto él como Frieda, volvieron a Inglaterra en 1913 para una breve visita. Lawrence conoció y afianzó su amistad con John Middlenton Murray, y la neozelandesa Katherinne Mansfield. A su regreso a Italiana, se asentaron en Fiascherino, Golfo de Spezia, donde comienza el primer borrador de una obra de ficción, que luego se convertiría en una de sus dos novelas más reconocidas: El arco iris y Mujeres enamoradas. Cuando finalmente Frieda Weekley obtuvo su divorcio, regresaron a Inglaterra con el comienzo de la Primera Guerra Mundial, y contrajeron matrimonio el 13 de julio de 1914.
Ah, los perros añejos que fingen proteger
la moral de las masas,
cuán apestoso dejan el patio trasero
orinando a todo el que pasa.
-- fragmento, El joven y sus guardianes morales...
El mismo año, 1915 en que es la nacionalidad alemana de Weekley, así como el rechazo abierto de Lawrence por el militarismo, levantaron sospechas hacia ellos en una Inglaterra sumida en la guerra, por lo que casi tuvieron que vivir en la indigencia, El arco iris, fue censurado, tras una investigación, por su supuesta obscenidad, la pareja fue incluso acusada de espionaje y apoyo a los submarinos alemanes: tras un acoso constante por parte de las autoridades militares, en 1917 se vieron obligados a dejar Cornualles al recibir un aviso de que se le daba un plazo de tres días para hacerlo en virtud del Acta de Defensa del Reino (Defence of Realm Act). Esta persecución fue descrita más adelante en un capítulo autobiográfico de su novela Canguro, publicada en 1923. Comenzaría así la peregrinación salvaje: vivió alrededor de un año en Mountain Cottage, Middleton-by-Wirksworth, Derbyshire, donde compuso uno de sus relatos breves más poéticos, The Wintry Peacock. Hasta 1919 la pobreza le obligó a cambiar de domicilio en reiteradas ocasiones, y casi sucumbió a una fuerte gripe.
En 1919 abandonó el Reino Unido. Peregrinación que lo llevó a recorrer Australia, Italia, Sri Lanka, entonces como Ceilán, Estados Unidos, México y el sur de Francia. Después a Abruzos, Italia central, y de ahí en adelante a Capri y a la Fontana Vecchia en Taormina, Sicilia, desde donde realizó breves excursiones a Cerdeña, Montecassino, Malta, Italia septentrional, Austria y el sur de Alemania; cuyos escenarios serian siempre una constante, como, por ejemplo, La chica perdida (por la cual fue merecedor del Premio Memorial James Tait Black de ficción), La vara de Aaron y el fragmento titulado Sr. Noon (la primera parte del cual publicó en la antología de Phoenix, y la obra completa en forma póstuma, 1984). Experimentó con novelas cortas, como La muñeca del Capitán, El zorro, y La mariquita. Asimismo, algunos de sus relatos fueron impresos en la colección Inglaterra, mi Inglaterra y otras historias. Durante estos años, escribió también una serie de poemas sobre la naturaleza que luego aparecerían en Aves, bestias y flores.
Durante los últimos días de febrero de 1922, emigraron a Estados Unidos. Sin embargo llegaron primero a Ceilán y después a Australia. Tras una breve residencia en Darlington, en el oeste australiano, que incluyó un encuentro con el escritor local Mollie Skinner, en Thirroul, Nueva Gales del Sur, completó su autobiografía El Canguro, una novela sobre asuntos políticos locales que también reveló mucho sobre sus experiencias en tiempos de guerra en Cornualles.
En Estados Unidos conocieron a Mabel Dodge Luhan, una figura pública, y pensaron en establecer una comunidad utópica en lo que, por ese entonces, era Kiowa Ranch, cerca de Taos, Nuevo México. Adquirieron la propiedad, hoy conocida como D. H. Lawrence Ranch, en 1924, como intercambio por el manuscrito de Hijos y amantes. Estuvieron en Nuevo Méxio durante dos años, con visitas que incluyeron el Lago de Chapala y Oaaxaca, México.
Durante esos años en los Estados Unidos, Lawrence re-escribió y publicó Estudios sobre literatura clásica estadounidense, un grupo de ensayos críticos que comenzó en 1917, y más tarde descrito por Edmund Wilson como "uno de los libros de alta calidad que jamás se han escrito sobre la materia". Estas interpretaciones, con sus perspectivas sobre el simbolismo, el trascendentalismo y la sensibilidad puritana, constituyeron un factor importante para el resurgimiento de la reputación de Herman Melville en la década de 1920. Asimismo, Lawrence completó varias obras de ficción, entre las que cabe incluir El chico en el arbusto, La serpiente emplumada, St Mawr, La mujer cabalgante, La princesa y un surtido de relatos breves. También tuvo tiempo para escribir algunos libros de viaje, tales como la colección de excursiones relacionadas que dio a conocer como Mañanas en México.
Al sufrir grave ataque de malaria y tuberculosis mientras realizaba su tercera visita a México; el diagnóstico de su estado le obligó a volver a Europa, con una capacidad limitada de desplazamiento durante los últimos años de su vida.
Era el costado de mi esposa
¡Lo toqué con mi mano, lo agarré con mi mano,erigiéndose, del nuevo despertar desde la tumba!
Era el costado de mi esposa
con la que me casé años atrás
a cuyo lado me he recostado durante cerca de mil noches
y durante todo ese tiempo, ella era yo, ella era yo;
La toqué, fui yo quien tocó y fue tocado.
-- fragmento, Nuevo paraíso y Tierra (New Heaven and Earth)
La familia se afincó en una villa al norte de Italia, en las proximidades de Florencia, tiempo en el cual escribió La Virgen y el Gitano, y varias versiones de El amante de Lady Chatterley (1928), su última novela de importancia, que se publicó inicialmente en versiones privadas en Florencia y Paris, incrementando su incrementó su tamaño on cada edición, pese a los ataques de los que decían sentirse ofendidos, razón por la cual publicó una serie de poemas satíricos, con el título de “Pensamientos” y “Ortigas”, así como un tratado sobre Pornografía y obscenidad.
Renovados sus vínculos con Aldous Huxley, quien publicaría la primera colección de las epístolas de Lawrence tras su muerte, junto con una nota biográfica; también escribe Bocetos de lugares etruscos), un libro que contrapone el vívido pasado al fascismo de Benito Mussolini con una serie de visitas a sitios arqueológicos en compañía del artista Earl Brewster. También publicaría varios relatos breves: El gallo fugitivo (también publicada como El hombre que murió), un repaso inusual a la historia de la Resurrección de Jesucristo. A lo largo de estos últimos años, Lawrence revivió un viejo interés por la pintura con acuarela.
El acoso oficial se hizo persistente y una exhibición de algunas de estas pinturas en la Warren Gallery de Londres fue confiscada por la policía británica a mediados de 1929, , así como algunos de sus trabajos. Nueve de las pinturas de Lawrence permanecieron en exposición permanente en el hotel La Fonda, en Taos, desde poco antes de su fallecimiento. Fueron colgadas en una pequeña oficina detrás del escritorio frontal del hotel y expuestas al público.
Sin embargo, siguió escribiendo hasta poco antes de su muerte. En sus últimos meses compuso numerosas piezas poéticas, revisiones y ensayos, así como una contundente defensa de su última novela contra aquellos que buscaron su censura. Su último trabajo importante fue una reflexión sobre el libro de la revelación, El Apocalipsis…
Tras haber recibido el alta del sanatorio, falleció en Villa Robermond, en Vence, Francia, debido a complicaciones por la tuberculosis. Frieda Weekley regresó al rancho de Taos y, más tarde, su tercer marido recogió las cenizas de Lawrence y las trasladó a una pequeña capilla en las inmediaciones de las montañas de Nuevo México.
Cuando escribió Mujeres enamoradas en Cornualles, entre 1916-17, Lawrence desarrolló una fuerte relación romántica con un granjero local llamado William Henry Hocking. Aunque no está del todo claro si su relación fue sexual, Frieda Weekley sí lo sostuvo. La fascinación de Lawrence por la temática de la homosexualidad también puede estar relacionada con su propia orientación sexual. Este tema también se manifiesta abiertamente en Mujeres enamoradas. De hecho, en una carta escrita en 1913, el autor expuso: “Me gustaría saber por qué casi todo hombre que se aproxima a la grandeza tiende a la homosexualidad, más allá de que lo admita o no.” También se le cita diciendo: “Yo creo que lo más cerca que estuve del amor perfecto fue con un joven minero cuando tenía cerca de 16 años.”
Su inclinación homosexual se ve reforzada por la creencia que siempre mantuvo de la eterna guerra entre hombres y mujeres. Para Lawrence, la mujer ejercía una influencia nada positiva sobre el hombre que conseguía destruir su personalidad y acaparar su libertad. Este aparente dominio sobre lo viril es lo que, según el autor, ponía en peligro la integridad del hombre y su masculinidad.
Su literatura expone extensa reflexión acerca de los efectos nefastos y deshumanizante de la modernidad y la industrialización. Mostró genuina preocupación por la salud emocional, la vitalidad, la espontaneidad, la sexualidad humana desde sus distintas variaciones, la comunicación entre parejas, la alienación, etc.
A pesar del ataque de las mujeres feministas a Lawrence y la influencia negativa que algunas de sus personajes femeninos ejercen sobre sus maridos e hijos; en el macrocosmos real, hubo mujeres que fueron claves en su vida. Por ejemplo Lydia Beardsall, su madre que amó tanto que casi sufrió un colapso nervioso cuando esta sucumbió al cáncer que la atacó; Jessie Chambers, Helen Corke, Katherine Mansfield, Mabel Dodge Luhan, Catherine Carswell y su fiel amante y esposa Frida Weekley que dejó atrás a un esposo y tres hijos para convertirse en judía errante a su lado.
Posiblemente, una de las lecciones más impresionante que podemos aprender de Lawrence es la importancia que ocupa el escribir en su vida. Cuando reviso los hechos tan difíciles que le sucedieron no puedo dejar de recordad las palabras de San Pablo: “Qué me podrá apartar del amor de Cristo…” luego se pone a enumerar las pruebas que podrían ser ocasión de su separación de Dios y concluye que nada podría lograrlo. Y algo así fue la literatura para Lawrence. Nada pudo lograr que desistiera. Siguió escribiendo a pesar de todo.
Sus novelas más conocidas son: El Amante de Lady Chatterly, Hijos y Amantes, El Arco Iris y Mujeres Enamoradas, mi favorita en donde Lawrence explora los rasgos destructivos de la civilización contemporánea, a través de las relaciones evolutivas entre cuatro personajes principales reflejados en el valor de las artes, la política, la economía, la experiencia sexual, la amistad y el matrimonio.
Para mi fue más impactante la película que el propio libro. La versión que vimos aquí en Costa Rica (Sala Garbo) se tradujo como Mujeres Apasionadas dirigida por Ken Russell, de una adaptación de Larry Kramer en 1969. El reparto estuvo dividido entre Glenda Jackson, Oliver Reed, Allan Bates y Jeannie Lindel en ese orden la excelencia de la interpretación. La producción tuvo varias nominaciones de la Academia del cine pero solamente Glenda obtuvo el galardón como mejor actriz del año.
Además de la actuación de Glenda, lo que más me gustó fue la adaptación y cómo se dirigió la cinta, porque era obvio que no se basaron solamente en el texto, sino que trajeron prácticamente todo el pensamiento y las ideas de D. H. Lawrence a la obra. Una de las secuencias que pone esto de manifiesto, en mi opinión, es la conversación cuasi filosófica que sostienen los personajes en torno a una mesa familiar. También adaptaron El Amante de Lady Chatterly, El Arco Iris, Hijos y Amantes, La Virgen Gitana y La zorra para el cine.
Como de muchas otras personalidades se ha hablado de la ambivalencia sexual de Lawrence pero no se ha comprobado, en fin a quién le importa. Lo que sí es evidente; es su interés en el tema en sus textos especialmente en Mujeres Enamoradas. Además en una carta atribuida a él en 1913 dice” Me gustaría saber por qué casi todo hombre que se aproxima a la grandeza tiende a la homosexualidad, más allá de que lo admita o no.”
Un testimonio de una escritora resume la vida del autor de la siguiente manera:
“Frente a las grandes desventajas iniciales y su siempre delicada vida, la pobreza en que se mantuvo durante las tres cuartas partes de su vida y la hostilidad que sobrevive a su muerte, él no hizo nada que no quisiera hacer y todo lo que más quiso hacer lo hizo. Viajó por todo el mundo, fue dueño de un rancho, vivió en los rincones más hermosos de Europa, y conoció a quienes quiso conocer y les dijo que estaban equivocados y que él estaba en lo correcto. Pintó e hizo cosas, cantó y cabalgó. Escribió alrededor de tres docenas de libros, de los cuales incluso la peor página baila con una vida que podría ser equivocada para cualquier otro hombre, mientras que las mejores son reconocidas, incluso por aquellos que lo odian, como insuperables. Sin vicios, con muchas virtudes humanas, el marido de una mujer, escrupulosamente honesto, estimable ciudadano, aun así consiguió ser libre de los grilletes de la civilización y del no de las camarillas literarias. Se hubiera reído suavemente y maldecido vehemente al pasar por los búhos solemnes uno tras uno por su propio pie-que ahora lo investigan, para hacer su trabajo y llevar adelante su vida a pesar de que le supusieron algún esfuerzo, le hizo, y tiempo después de que sean olvidadas, la gente sensible e inocente- si queda alguna-volverá a las páginas de Lawrence y sabrá a partir de ellas qué tipo de hombre excepcional fue…”
Para el diario Times and Tides tras la muerte de Lawrence, de marzo 1930, Frida hizo que su tercer marido exhumara los restos de Lawrence, los incinerara y los colocaran en una capilla en el rancho donde vivió en los Estados Unidos.
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Obra
- El pavo real blanco (1911): su primera novela en ser publicada.
- El orgullo es una forma de egoísmo (1927): novela surrealista.
- El muñeco del capitán (1921): novela corta.
- El zorro (1921): novela corta.
- The Ladybird (1923) novela corta.
- La serpiente emplumada (1926): novela que escribe en su admiración de la civilización azteca, durante su estadía en Mexico.
- La Virgen y el Gitano, (1930).
- St. Mawr.
Para La Coleccionista de Espejos:
Franklyn Perry P.
Franklyn Perry P.
1 comentario:
Sí Dell no voy a rebatir nada de lo que escribiste en contra de nosotros los hijos y seguidores de Adán, porque mucho de lo que dices es cierto; pero le devuelvo su parte de la responsabilidad de cómo somos los hombres y cómo solemos tratar a las mujeres. Tradicionalmente la madre es la que pasa más tiempo con sus hijos, especialmente durante sus años de formación básica: prenatal hasta unos cuatro años. Siempre me he preguntado que hacen nuestras mamás para erradicar nuestras malas "mañas" y maltratos a las mujeres. Por qué no aprovechan esa época para inculcar valores positivos en ese rubro. Pareciera que las madres o "care takers" más bien se convierten en cómplice de este mal social. Y me sigo preguntando en qué momento nuestras madres nos perdieron para desgracia de nuestras compañeras... Frankyn
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