sábado, 3 de marzo de 2012

Con palabra de mujer...


 No parece ella, ¿verdad?
No parece la que siempre vemos
Al final solo los ojos son iguales. Será que los nuevos billetes de 20 mil, dicen algo más que inquietud de quién y por qué otorgar semejante honor a una mujer que la más de las veces viene a mi memoria por los cuentos de mi tía Panchita...
  


Inicia muy joven su labor literaria y en sus primeros escritos se ve influenciada por los autores franceses; y sin duda, son un ejemplo de lo que la intuición, aquello que llevábamos dentro siempre nos hará encontrar caminos donde no los había y ser una luz portentosa al inicio del camino...

Nace una escritora novedosa y ejemplar en el medio literario costarricense desde sus preocupaciones de educadora encarnaron en su obra desde el momento en que escribe su primera pieza de teatro infantil, La niña sol, Había una vez, al redactar temas para libros infantiles de texto, en su obra recopiladora y creadora de cuentos para niños o prosa de su propia invención, o escribiendo y dirigiendo revistas estudiantiles y/o educativas.
 

   Carmen Lyra, así en homenaje a dos calles en la que vivió García Monge en algún momento de su vida, se llamó en realidad María Isabel Carvajal, hija con el grandísimo pecado por aquel tiempo de ser hija de Elena Carvajal Castro, una mujer sola, nacida el 15 de enero de 1887 y de padre desconocido aunque presuntamente se supone que fue el abogado Andrés Venegas, Secretario del Congreso, quien además de escritora, novelista, es mejor conocida como precursora de la literatura infantil costarricense; fue una importante figura del PCCR (Partido Comunista Costarricense), no por los cargos que tuvo en él —el máximo fue, en 1943, el mismo año en que pasó a llamarse Vanguardia Popular, el de secretaria de actas del comité central—; y más por sus gestiones en pro de la mujer y niñez costarricense:

1. Junto con Luisa González formó el Sindicato Unico de Mujeres trabajadoras

2. Propuso la creación de la Organización de Maestras Costarricenses, y la creación del

3. Patronato Nacional de la Infancia, y en la lucha por la igualdad del salario entre hombres y mujeres.

Sus estudios primarios los hizo en la escuela de su barrio, la Julia Lang, una de las dos que funcionaba en el entonces recientemente inaugurado Edificio Metálico (la otra, para hombres, era la Buenaventura Corrales). Después ingresó en el Colegio Superior de Señoritas, donde en 1904 se graduó de Maestra Normal, profesión que no ejerció más de dos años después de hacer un noviciado religioso en el Hospital San Juan de Dios, pues su sueño hasta entonces era ser monja; opción que le fue rechazada por ser hija sin apellidos paternos. Es ahí cuando retoma su misión como maestra y comienza a enseñar en varias escuelas de San José, y en la Escuela El Monte, provincia de Heredia.

En 1906, sus primeros escritos aparecen en varios periódicos y revistas como Páginas Ilustradas, Pandemonium, Athenea Repertorio Americano y, Ariel. Seis años después, en 1912 funda con Lilia González la revista San Selerín —una de las pocas infantiles de aquella época—, que posteriormente dirigiría.

La ilegitimidad paterna, probablemente la convierten en una mujer con un temple distinto a otras: en 1919 participó en la lucha contra el régimen de los Tinoco, el 13 de junio, liderando la protesta popular iniciada por las maestras de San José, sus palabras y talante dirigieron a la multitud, que quemó La Información, diario oficial del gobierno tinoquista, que entonces estaba a unos pasos de la casa Jiménez de la Guardia, frente a la Antigua Biblioteca Nacional.

Contradictoria y firme en sus decisiones, antes de llegar al marxismo-leninismo, aplaca su educación católica durante el anarquismo de 1910, junto con Joaquín García Monge y posteriormente Luisa González, el Partido Alianza de Obreros, campesinos e intelectuales que se disolvería para pasar a ser PCCR; fundar el Grupo Germinal, participando al mismo tiempo de la lucha contra los Tinoco y el aprismo anti-imperialista de los años veinte; reafirmado por su viaje a Europa que le permitió familiarizarse con el Manifiesto de Marx y Engels.

Hecha esta reafirmación personal, en el mismo año, 1920, en que Julio Acosta García le otorgase una beca para estudiar pedagogía en Europa, publica los Cuentos de mi tía Panchita, donde se especializaría en enseñanza pre-escolar, en La Sorbona, Francia, medio año. El otro lo pasaría en Italia familiarizándose con las teorías educativas de María Montessori, pero sin aparentar ser más de lo que era.

Un año duraría su periplo fuera del país. A su regreso, asume la cátedra de Literatura Infantil en la Escuela Normal de Costa Rica, Cinco años más tarde, diagonal al Instituto Nacional de Seguros, donde se encontraba el almacén de materiales didácticos, pegado a la Escuela Metálica actual, funda con Luisa González y Margarita Castro la Escuela Maternal Montessoriana para la enseñanza pre-escolar de infantes de escasos recursos de la ciudad de San José.

En 1931, ingresa al Partido Comunista, logro que sin duda contribuyó a su contribuyó a la consolidación inicial de este luego de su fundación en 1931. Comienza a colaborar con el órgano de este partido, el semanario Trabajo. También escribió para el Diario de Costa Rica, La Hora y La Tribuna; siendo siempre enérgica y tenaz, lo que provoca que siendo nuestro país como a veces es, dos años más tarde es destituida de su cargo en la Escuela Maternal; el primer establecimiento de educación pre-escolar en Costa Rica, que había creado junto Luisa Gonzales y con otras colegas, bajo el auspicio del ministro de Educación de entonces, Teodoro Picado Michalski, el gobierno de Ricardo Jiménez, la destituye de su puesto por razones políticas: la enardecida critica al gobierno por la expulsión del también comunista asturiano Adolfo Braña, y del venezolano Juan José Palacios; lo que también medio para que tras la breve Guerra Civil de Costa Rica, derrotada la alianza calderonista- comunista el triunfo de José Figueres Ferrer, es obligada a abandonar el país para ser exiliada en México, donde pese a sus ruegos por morir en el país fallecería el 14 de mayo de 1949. Solo entonces sus restos regresaron a Costa Rica, adonde llegaron el 20 de mayo de 1949; dos días más tarde se les dio sepultura en el Cementerio General de San José.

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Art y palabra

  • La niña sol, teatro infantil
  • Había una vez, teatro infantil
  • Las fantasías de Juan Silvestre, relato, 1916
  • En una silla de ruedas, novela, 1917-1946
  • ¿Qué habrá sido de ella?, relato, 1922 (publicado en 1959 con el título de Ramona, la mujer de la brasa)
  • El barrio Cothnejo-Fishy, seis relatos, 1923
  • Siluetas de la maternal, cuadros, 1929
  • Bananos y Hombres, relato 1933
  • El grano de oro y el peón, ensayo, 1933
  • Obras completas, 1972
  • La cucarachita mandinga, 1976
  • Relatos escogidos, 1977
  • Los otros cuentos de Carmen Lyra, 1985
  • Debe agregarse que para el compositor Julio Fonseca escribió el libreto para una ópera infantil en un acto., Caperucita encarnada

Fue nombrada Benemérita de la Patria, el 28 de julio de 1976, mediante decreto ejecutivo Nº 1679


Para La Coleccionista de Espejos:

                                                                   La Darling…

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