Para muchos fue el cumplimiento de una muerte anunciada. Para mí fue sorpresiva porque aunque sabía que estaba algo enferma y avanzada en edad, me gustaba saber que todavía estaba allí integrada a la naturaleza, sumergida en su oficio de palabras, algo lejos del mundanal ruido, diría Fray Luis, en su Edén de Alajuela donde la despertaban las “aves con su cantar no aprendido”
A inicios de la década de 1970, la Universidad de Costa Rica dio inicio al programa: trabajo comunal obligatorio. El primer grupo (experimental) estaba formado por estudiantes voluntarios que nos trasladamos a Nicoya, bajo la responsabilidad de María Eugenia Dengo, María de los Ángeles Giralt, Arnoldo Mora, entre otros. Nuestra misión era alfabetizar adultos haciendo uso del método de Paulo Freire. Al grupo en que yo estaba le correspondió La Mansión y nos hospedamos en la escuela con el simbólico nombre: Antonio Maseo. Para mi el esfuerzo fue todo un éxito pues además de alfabetizar, integrarnos a la comunidad y conocer un poco más la realidad nacional, nos hicimos de amigos que conservamos hasta hoy, entre otros Rodrigo Villalobos, Leda Cavallini, Juenny Barquero.
Como a Victoria Garrón a Carmen no le agradaba mucho el asunto de las étnias pues decía que eso solía dividir a la gente y que lo ideal era integrarla. No obstante como mente clara que era, nunca obstaculisó nuestro movimiento y en un sin número de veces colaboró generosamente. Inclusive escribió el poema y estuvo apoyando a Mireya Barbosa en la creación del espectáculo sobre la provincia caribeña llamada Limón, Limón. En esta obra se dieron a conocer Thelma Darkins y Michelle Michell También compartimos con ella cuando los alumnos del Colegio Canadiense le otorgaron el premio Lámpara Dorada por toda una vida dedicada a la Literatura. Durante su gestión, aunque no descuidó las artes mayores, la clásica, le dio mucha importancia a las manifestaciones artísticas populares porque hallaba en ellas la esencia del pueblo. No creía en el arte solamente para una elite refinada.
Los jóvenes por las redes sociales han externado fuertes críticas al comportamiento del Ministerio de Cultura y Juventud durante la vela de Carmen Naranjo. Consideran que fue muy pobre si la comparamos con la despedida que le hicieron al músico Fidel Gamboa porque según insinúan era amigo del señor ministro. La misma crítica le hacen de la Residencia de la República. En resumen, hablan quienes al igual que lo que critican no hicieron mayor cosa para despedir a una figura de la talla de doña Carmen.
Allí estábamos todos los que amábamos y habíamos compartido con ella desde lejos o muy cercano. Allí se dio testimonio vivo de la vida de una dama dedicada al arte, la cultura, a su patria y a los demás.
Para La Coleccionista de Espejos:
Franklin Perry
1 comentario:
Franfklin, que hermoso tu testimonio. bello, bello, bello. Lástima que se te olvidó Cristy van der Laat, que fue la que leyó Oficio de Oficios y poemas de Olo, ella colaboró con Manuel Obregón en la presentación con jerarcas del Ministerio de Cultura. Yo, leí de reboté cuando por 3 veces Cristy invitó
a que alguien subiera y hablara sobre Carmen. y lo que hice fue leer "Invocación" de su poemario "Misa a oscuras" e invité al público a hacer un Coro tal, como ella lo había escrito en su poema. Así es que, los que aún por el impacto de la ausencia física de Carmen Naranjo no se atrevieron a subir, se unieron al Coro.
Elliette Rámirez
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