Su origen
No es fácil precisar el origen del género narrativo llamado cuento. A pesar de que es quizás la primera manifestación oral elaborada de la comunicación de los hombres. El contar hechos, sucesos, episodios, acontecimientos entre los humanos debió de ser una forma imprescindible de la comunicación oral. Los pueblos primitivos, una vez que se afincaron en territorios fijos, estables y crearon sus propios límites, a pesar de las guerras y las luchas por el poder, debieron comunicar a sus hijos y descendientes las formas como lograron realizar dichas gestas. Por ello no es de extrañar que fueran las culturas primitivas de la humanidad, las que crearon las primeras manifestaciones de comunicación oral sobre esos acontecimientos y poco a poco fueron creando una cultura importante de sus costumbres, necesidades, inquietudes y aspiraciones, tanto en sus creencias religiosas como en la vida cotidiana y sus relaciones con sus semejantes. Es así como nacen las formas elaboradas de los cuentos, los apólogos, sus grandes apologías épicas y por qué no de los poemas líricos. La historia cedió el lugar a las manifestaciones espontáneas de asombro, duda, incertidumbre y fijaron los inicios de la expresión oral del hombre ante tanto fenómeno inexplicable y tal variedad de mundo que se fue abriendo ante sus asombrados ojos y la incomprensión de la mayoría de los fenómenos que comenzaban a presentarse ante ellos. Fue de esa manera que el hombre comenzó su primer contacto con la naturaleza y su complejidad. A su manera inició el proceso del conocimiento de su entorno y los fenómenos inconmensurables que se abrían ante sí. La realidad de su entorno y su compleja explicación racional cedió ante la magnitud del problema y no tuvo más explicación que la irracional o la búsqueda de soluciones sobrenaturales a tanto y variado fenómeno que se presentaba ante sus atónitos rostros. Pero privó, por lo menos en la tradición oral tres maneras de explicar y resolver sus problemas cotidianos: la modalidad realista, sobre todo de los apólogos, la maravillosa de los cuentos donde privan las resoluciones a través de elementos mágicos sobrenaturales y la simplemente fantástica, donde no tuvieron ninguna explicación si no fuera la duda y la confusión de su espíritu.
La evolución histórica del cuento es difícil de precisar, como la de todos los otros géneros literarios. Lo que sí es fácil de demostrar es que esta forma narrativa inició sus primeros pasos en forma oral, al igual que los otros géneros. Esto no dice otra cosa que la literatura en general, sin respetar géneros tuvo su origen, se manifestó inicialmente en forma oral y fue el pueblo, los mismos fundadores de sus formales sistemas de vida social, los que se encargaron de contar a sus descendientes, en forma oral, la manera de llegar a las formas más desarrolladas de vida social. Así, no solo educaron, informaron a sus hijos de sus hazañas, sufrimientos, aventuras, asombros, sino que iniciaron el proceso de su educación, basados en sus propias experiencias.
Pero no fue ésta una educación popular sino la de unos pocos. El pueblo, como es costumbre hasta ahora, no accede a la educación por diferentes y variadas razones. Son los grupos gobernantes, los que ostentan el poder, los nobles, en este caso, los que recibían la educación formal por parte de los sabios y filósofos. Es así como los cuentos orales se fueron convirtiendo en vehículos de la comunicación de cultura y quienes recibieron ese tipo de información oral, lo fueron trasmitiendo a sus descendientes. El cuento viajó por pueblos y regiones como se difundió el comercio y las aventuras de conquista que acompañaron la expansión de los reinos poderosos de la tierra. Es de esta forma como nosotros llegamos a conocer los géneros literarios actualmente formalizados: la épica, la lírica y el drama. La conquista, y con ellas los viajes a tierras desconocidas, trajo también la conquista y la imposición de la cultura del conquistado, salvo casos muy reconocidos como el imperio Romano que subyugó a Grecia, pero la cultura de este pueblo, por ser superior, conquistó y dominó a los romanos. No son muchos los casos que se dirigen en ese sentido, pues muchas culturas antiguas, gracias al poder de sus manifestaciones han sido incorporadas en los pueblos conquistados, a veces a la fuerza y otras, por la persuasión y la costumbre. Lo que sí debemos reconocer, sin ninguna duda, es que la cultura occidental recibió del Medio Oriente; y con ella en forma en especial, la India, las formas originales del cuento, sin importar sus variaciones. Los Cuentos de Hadas, los apólogos, las fábulas, la utilización de los animales como personajes, y otras manifestaciones, tienen su origen en el Oriente y de ahí bebieron los europeos y con ellos después, los pueblos de nuestro continente.
El texto sánscrito original se ha perdido, pero del Panchatantra se hicieron muchas redacciones y compendios y traducciones a otras lenguas. El rey Alfonso X mandó traducir al castellano una versión árabe que, con el título de Calila e Dimna, se extendió por Europa:
Aquí se acaba el libro de Calila e Dimna, et fue sacado del arábigo en latín e romanzado por mandado del infant don Alfon, hijo del muy noble rey don Fernando, en la era de mil e novecientos e noventa e nueve años"
El Calila e DimnaLa versión castellana, que utilizamos, ya citada, fue recopilada, como lo testimonia la cita anterior por orden de Alfonso X con el título Calila e Dimna y se estructura así:
Una introducción y los dieciocho capítulos, cada uno de los cuales, a veces agrupa situaciones diversas con los mismos personajes, humanos o animales sobre un tema general. En otras ocasiones, como en el último capítulo solo se ofrece un ejemplo. La mayoría son situaciones donde intervienen animales y se plantean conflictos entre ellos y al final unos salen degradados y otros victoriosos.
La introducción ofrece seis ejemplos con personajes humanos. Al final de la introducción, el compilador, dice:
"Et nos, pues leemos en este libro trabajamos de le trasladar del lenguaje de Persia al lenguaje arábigo en que se mostrase el escolar discípulo en la facienda deste libro; et es esto el capítulo."2
Desde el inicio se indica el interés del libro: enseñar.
"Pues el que este libro leyere sepa la manera en que fue compuesto, et cual fue la atención de los filósofos e de los entendidos en sus ejemplos de las cosas que son ahí dichas. Ca aquel que esto non sopiere non sabrá que será su fin en este libro. Et sepas que la primera cosa que conviene al que este libro leyere, es que se quiera guiar por sus antecesores que son los filosofos e los sabios, e que lo lea, e que lo entienda bien, et que no sea su intento de leerlo fasta el cabo sin saber lo que ende leyere. Ca aquel que la su intención será de leerlo fasta en cabo, e non lo entendiere nin obrare por él, non fará pro leer, nin habrá él cosa de que se pueda ayudar.
Et aquel perfectamente, leyendo los libros estudiosamente si non se trabajase en facer derecho, e seguir la verdat, non habrá dél fruto que cogiere si non el trabajo e el lacerio."1
Y después de estas advertencias comienza a presentar los seis ejemplos sobre situaciones en que se ven los personajes humanos y no aciertan en sus decisiones, tal el caso del hombre que se encuentra un tesoro y se lo roban los que el mismo contrata para que se lo llevaran a su casa, el ignorante que quiere pasar por sabio, el que se duerme mientras le roban o el que desea robar a su amigo y es robado, el pobre que se aprovecha de lo que le roban. Todos ejemplos que demuestran acciones incorrectas de los hombres ante situaciones que se les presentan en la vida cotidiana y en otras, resaltan la astucia de algunos para resolver problemas cotidianos que necesitan de inteligencia para salir airosos.
El capítulo primero inicia propiamente el libro y da explicación sobre el viaje de Berzebuey, físico (médico), sabio e filósofo a la India, enviado por el rey Sirechuel, hijo de Cades. Se abre así como un viaje de aventuras en busca de unas hierbas capaces de resucitar a los muertos. Esta es la primera enunciación que abre la historia. Es el pretexto para regresar, no con las hierbas curativas pero sí con un libro lleno de sabiduría que tenía como fin primordial educar a los hijos de los reyes y al mismo rey sobre el arte de gobernar a sus vasallos. Así conoció este físico los consejos de los sabios de la corte, esas escrituras sabias con que regresó a su patria pues su cometido inicial fue un fracaso pues las hierbas medicinales no devolvían la vida a las personas muertas.
"Et el uno de aquellos escriptos es aqueste libro de Calila et Dimna."1
Así comienza el capítulo segundo como la historia del médico Berzebuey en tierras de la India. Ahí conoce parte de los ejemplos, compendio de esa sabiduría que le retribuye, en parte sus afanes primeros del viaje. Se presentan las historias (cuentos) del ladrón engañado por el esposo y la esposa, víctimas de su fechoría. Es un tanto ingenuo. El esposo finge hablar sobre el origen de sus riquezas con su esposa y cómo era que las obtuviera utilizando los rayos de la luna para entrar a las casas de los ricos. El ladrón los oye y cree, ingenuamente su método y fracasa en su empresa y es castigado por el dueño de la casa. Luego se da la moraleja o la enseñanza. El percance del ladrón sirve como ejemplo educativo. Es así como se inician las sentencias que en algunos ejemplos suelen ser una o dos, pero en otros son muchas. En este caso la enseñanza es para el ladrón: no debe creer todo lo que oye y dudar de ello. Fue engañado por ingenuo.
El segundo ejemplo tiene que ver con un amante que cae en manos del esposo engañado por ingenuo. Tanto se detiene en discutir con la mujer engañadora sobre aspectos baladíes de su escapatoria que llega el marido y los descubre y lleva a la justicia.
Luego sigue dando ejemplos sobre personajes que se distraen en acciones ajenas a lo que se supone es lo importante y su distracción los conduce al fracaso; así sucede con el hombre que se pasa el tiempo en oír cantar al jornalero y no talla la piedra preciosa o el perro que es engañado por el reflejo del río y pierde su presa por engaño y por avaricia. Y se dan tantas sentencias sobre las acciones de los hombres que configuran un código importante de máximas, hasta hoy vigente. Cierra el capítulo con un bello ejemplo del hombre que estando en peligro de muerte se distrae en un placer momentáneo y por ello le llega la muerte.
El capítulo tercero es el que da nombre al libro: se trata del un buey, Senceba, la lucha entre Dimna por enemistarlo con el rey león y Calila por enderezar las malas acciones de su amigo Dimna. Dos lobos con esos nombres, uno leal y el otro intrigante. A pesar de que Dimna es sumamente inteligente y se defiende con cantidad de ejemplos. Es el abogado contemporáneo pero al final el león, por consejo de su madre quien le hace ver la traición de Dimna a su amigo el toro Senceba, le castiga. Es la mejor historia del libro y a ella dedica la colección la mayor parte del texto.
Es aquí donde se demuestra la importancia de esta colección de cuentos, no solo desde el punto de vista temático y educativo sino desde la forma narrativa de los ejemplos. Se presenta una primero enunciación con su respectivo sujeto y el enunciado y éste abre una segunda enunciación y así sucesivamente hasta un número de cinco casos2. Es un contar en serie historias diferentes pero de alguna manera relacionadas con la primera. No es lo que hemos llamado un coro de voces sobre un mismo acontecimiento, la polifonía de la novela contemporánea, pero sí las raíces de ella.
La frase introductoria de todos los capítulos siguientes es:
"Dijo el rey a su filósofo: Esto oído lo he, dame agora ejemplo de los dos que se han, e departe el mesturero, falso, mentiroso, que debe ser aborrecido como la vigambre, et los fase querer mal, e los trae a aquello que querrían ser muertos antes, et han de perder sus cuerpos e almas."1
Y se hilvanan los ejemplos unos tras de otros. La enunciación primaria abre en el enunciado sucesivas enunciaciones de forma lineal. Algunas veces tienen relación, tratan una misma temática pero en otras ocasiones se aprovecha para ejemplarizar acciones que sirvan como parte del proceso educativo de los reyes y aspirantes a la corona. Pero esa intención no elimina la posibilidad de que cualquier lector saque sus propias enseñanzas.
La finalidad sigue siendo la de formar a príncipes y dotarlos de sabiduría, entendida como moral práctica. Es un código educativo que debe ser acatado por los nobles y los vasallos, so pena de ser castigados los segundos y escarmentados los primeros.
Si los críticos deseaban encontrar un texto capaz de ser explicado por los contextos, fallarán en su intento. Y esto demuestra una vez más nuestro principio acerca de la literatura de que la obra se basta así misma para explicarse. Es en ella donde el lector encuentra todas las posibilidades explicativas. Los contextos sirven como fuente aclaratoria, informativa pero nunca sustitutiva. En esta colección, después de la lectura, se puede constatar que los cuentos, apólogos o fábulas, se enmarcan en una sociedad humana que se gobierna por un sistema social peculiar, pero normal, dentro de las posibilidades de los humanos en el siglo cuarto después de Cristo.
Se trata de organizaciones sociales establecidas como ciudades, en reinos gobernados por los soberanos. Viven cerca del mar, practican el comercio, utilizan como moneda el maravedí, moneda antigua española, son creyentes de una vida más allá después de la muerte. Tienen una religión y los hombres que se dedican a ella gozan de gran aprecio y prestigio. Casi no se conoce esa religión. Tienen clases sociales: los nobles (reyes y príncipes), los ricos mercaderes, los vasallos, y los pobres. La familia parece ser el núcleo social principal: un esposo, la esposa y sus hijos. Y se practican las más variadas actividades delictivas como el robo, la intriga, el engaño, la infidelidad (sobre todo de las mujeres), la ambición, la pereza, la gula, la envidia y muchas otras carencias humanas, como la humildad, la solidaridad, la entrega, la amistad, la justicia, etc.
La colección trata sobre todas esas pasiones desmedidas de los humanos, esas carencias, y busca dar ejemplos para que los nobles vivan correctamente en este mundo y disfruten del otro, después de la muerte. A pesar de esa finalidad, el texto ofrece una gama de lecciones morales, ejemplos de situaciones donde se castiga el malvado y se exalta al bueno. No es una moral dicotómica, a pesar de afincarse en el bien y el mal, pues ofrece variedad de matices que brindan al estudioso posibilidades para enfrentar las situaciones vividas.
Para los cuentos maravillosos, y los de hadas son una forma de ellos, formalizamos una estructura:
Demostramos la forma de operar esta modalidad de cuentos y la importancia que cobraba el providenciario que gracias al elemento mágico permitía que los agentes (personajes) buenos resolvieran la Pf (prueba fundamental de L-V o T-C). En n los cuentos del Calila e Dimna no aparecen las Leyes Sobrenaturales y menos el providenciario y sus elementos mágicos. Son los mismos personajes, hombres o animales quienes resuelven sus conflictos con sus propias cualidades, su inteligencia (astucia) y nunca acuden a elementos sobrenaturales para llegar a una feliz resolución de sus problemas o proyectos. Pero no es ésta la única diferencia como lo veremos a continuación.
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1 Calila e Dimna. Fábulas, Editorial Aguilar, Madrid, 1959, p. 439.
1 Op. Cit., p. 30.
1 Ídem, p. 35.
2 En nuestro libro Cómo leer novelas. Una teoría de la novela, hemos explicado exhaustivamente este tema. Ed. Nanzug, Heredia, 2004.
1 Ídem, p. 69.
En nuestro libro Cómo leer novelas. Una teoría de la novela, hemos explicado exhaustivamente este tema. Ed. Nanzug, Heredia, 2004.
1 Víquez Guzmán, Benedicto. La literatura maravillosa en Costa Rica. Cuentos, leyendas... y mitos. Ed. Nanzug, Heredia, 2005.
Para La Coleccionista de Espejos; recopilación hecha Rakel Cabrera
1 comentario:
Oigan; que no es esa la fotografia d juana murillo? que sigue la de los cocos? me avisan con tiempo... Paupau
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