miércoles, 5 de octubre de 2011

Con palabra de mujer...

EMILY DICKINSON:  UNA DAMA DE LA NUEVA INGLATERRA VESTIDA SIEMPRE DE BLANCO,  AISLADA,  SUBLIME Y OBSECIONADA CON LA MUERTE

Because I could not stop for death
He kindly stopped for me
The carriage held but just ourselves
And immortality

Grass so little have to do
I wish I were a hay.

Quizás parezca que esta mujer no tiene ninguna relevancia con la forma literaria de los costarricenses, pero sin embargo, su influencia es notable, aun en estos días; aunque paso gran parte de su auto-exiliada en una habitación de la casa de su padre en Amherst, que, a excepción de cinco poemas (tres de ellos publicados sin su firma y otro sin que la autora lo supiera), su ingente obra permaneció inédita y oculta hasta después de su muerte, es una de las poetas estadounidenses más relevantes de su tiempo y una de las pocas mujeres colocada por mérito propio dentro del reducido panteón de escritores que establecieron las bases de la literatura norteamericana, al lado de figuras de renombre como Edgar Allan Poe, Ralph Waldo Emerson (primo y socio de Edward Dickinson, en su bufete jurídico; motivo por el cuál empre estuvo ligado al pueblo de Amherst e influyó sobre la filosofía y la obra de Emily), y Walt Whitman. Le encantaba cantar y tocar el piano. Le fascinaban los colores vistosos y alegres. A pesar de que su padre censuraba ciertos libros, ella leía mucho y con avidez, entre otros las hermanas Bronte, Dickens, Emerson, Thoreau, Ruskin, los Browning William Wordworth, Henry Wordaworth Longfellow, William Shakespeare, Walt Whieman, algunos a escondidas de su padre y con la complicidad de su hermano y la Biblia protestante desde luego.

Emily Elizabeth Dickinson, ve la luz por vez primera en Amherst, Massachusetts el 10 de diciembre de 1830, segunda hija de Edward Dickinson, uno de los primeros abogados graduados en Yale, juez, senador y representante por el estado de Massachusetts en el congreso, fundador de la Massachusetts Central Railroad, que junto (con su padre Samuel) el Amhert College, entidad educativa intermedia entre una escuela secundaria y la Universidad que dio lustre cultural a su olvidada e insignificante aldea, y de Emily Norcross Dickinson, 1804-1882, también miembro de una de las familias distinguidas; por tanto, su casa era frecuentada por la clase dirigente de entonces.  Sus hermanos William Austin Dickinson, 1829-1895, Aus, se casó con Susan Gilbert, amiga de su hermana Emily, con quien mantuvo un impresionante epistolar, 300 cartas, enviadas de lado a lado a través de sus sobrinos pues eran vecinas, y su hermana Lavinia (Vinnie) Norcross Dickinson, 1833-1899, en la primera compiladora y editora de su poesía a su muerte,, formaron una línea cercana de protección y cuido a Em, como le decían a Emilie.

  Ella nació en un hogar cuya severa religiosidad puritana se hacía presente en todas partes, y prácticamente la única expresión artística aceptada era la música del coro de la iglesia. La ortodoxia protestante consideraba a las novelas "literatura disipada"; los juegos de naipes y la danza no estaban permitidos; no había conciertos de música clásica y no existía el teatro. La Pascua y la Navidad no se celebraban hasta que se estableció la primera Iglesia Episcopal en Amherst, y no se toleraban otras reuniones de mujeres solas que el cotidiano té entre vecinas, incluso los hogares más acomodados carecían de agua caliente y de baños dentro de la casa y las tareas hogareñas representaban una carga enorme para las mujeres (aunque, por su buena posición económica, la familia Dickinson disponía de una sirvienta irlandesa), por lo que Emily, preocupada por obtener una buena educación, constituía un caso raro para la sociedad rural de la Nueva Inglaterra de su época:   Siendo su familia tan influyente, se esmeró por darle a su segunda hija la mejor de las educaciones, por tanto lograron que la Academia de Amherst, hasta entonces exclusivamente para varones abriera sus puertas a las mujeres y con ello, la pequeña Emily tuvo una sólida instrucción: canto los domingos, piano con su tía, y también jardinería, griego y latín, floricultura y horticultura, estas últimas pasiones no la abandonarían hasta el fin de su vida, educación que fue por tanto, mucho más profunda y sólida que las de las demás mujeres de su tiempo y lugar. Sin embargo, en ocasiones la muchacha (cuya salud no era muy buena) se sentía saturada y sobre-exigida. A los 14 años escribe a una compañera una carta donde dice: Terminaremos nuestra educación alguna vez, ¿no es verdad? Entonces tú podrás ser Platón y yo Sócrates,, siempre y cuando no seas más sabia que yo"...

    En 1847 abandonó el hogar familiar para estudiar en el Seminario para Señoritas Mary Lyon de Mount Holyoke, donde permaneció menos de un año y abandonó a causa de una enfermedad: ya era "un poco peculiar" su tendencia a la introspección y a la soledad, pese a que a lo largo de su educación, deslumbró por su inteligencia y rapidez mental, además de su humor y carisma arrollador.

Fui a la escuela pero no tuve instrucción…
Después de una breve covalencia dedicada a horticultura y floricultura, entre los veinte y los treinta iba a la iglesia, hacía las compras y se comportaba perfectamente en todos los aspectos. Daba largos paseos con su perro, e incluso concurría a las exposiciones y a las funciones benéficas, hacia visitas a los amigos de su madre, por su enfermedad, no podía hacer, pero conforme pasaba el tiempo, cambiaba el color de sus ropas, señal de que algo pasaba en su visión, como lo recuerdan la familia de Holland: la recuerdan "con un vestido marrón, una capa más oscura y una sombrilla del mismo color"… era 1861, a finales de ese año, comenzó a rehuir las visitas y las salidas, y a vestirse exclusivamente de blanco, costumbre que la acompañaría durante el cuarto de siglo que aún le quedaba de vida.  Un año después, ya era prácticamente una extraña por la aldea y después de su segunda visita a Boston para visitar un oculista nunca volvería a salir de su casa: desde su alejamiento del seminario hasta su muerte, vivió tranquilamente en la casa paterna; lo que no era raro para las mujeres de su clase. Su hermana Lavinia y su cuñada Susan Gilbert, por ejemplo, siguieron caminos idénticos: nadie se extrañó

"No salgo de las tierras de mi padre;
no voy ya a ninguna otra casa
ni me muevo del pueblo"...

   Sin apenas ser percibido, razón quizá de un desagrado común a sentirse menos a gusto en presencia de los demás, huyó del mundo.  Sus cartas revelan una madre más bien distante y un padre afectuoso pero estricto: Mi padre, decía tenía el corazón puro y terrible... como también que su hermano Aus, jugaba el peor papel de madre posible pero era mejor que no tener una...

Dickinson formaba parte de una familia puritana, plutócrata, de abogados, jueces, políticos, intelectuales, empresarios y pedagogos muy estrictos de Nueva Inglaterra que como todo norteamericano puritano nacido con anterioridad a la Guerra de Secesión; estuvo familiarizada con la Biblia desde su más tierna infancia, y la influencia que las escrituras sagradas operaron sobre ella es notable:

El brillo del sol me habla esta mañana, y la afirmación de Pablo
se vuelve real: el peso de la Gloria (...) La fe de Tomás
en la anatomía era más fuerte que su fe en la Fe. (...)
¿Por qué censuraríamos a Otelo cuando el criterio
del Gran Amante dice: ´No tendrás otro Dios que yo´?".

Aunque varios poemas de Emily se basan en textos bíblicos o los recrean con una diversión ligeramente impía, como por ejemplo;  La Biblia es un libro antiguo, Si el Demonio fuera fie", Baltasar tenía una carta, tenía sus reclamos; como bien se ve en:

¿Que si ore?, claro que oré
pero era como un pajarito dando
coses en el aire...

En una de sus misivas confiesa haber tenido un acercamiento muy cercano con el Dios del Universo casi místico, a lo San Juan de la Cruz o Santa Teresa de Jesús y que constituyó el momento más pacífico y placentero de su existencia, pero fue efímera la experiencia porque poco después escribe:

...algunos guardan el día de reposo yendo a misa
yo lo guardo quedándome en casa...

Junto a Whitman, se le considera una de las figuras más sobresalientes del Trascendentalismo Norteamericano. Y a propósito de Trascendentalismo, vale la pena disminuir el fluir de esta reseña para mencionar algunas de las premisas más importantes del movimiento. Nótese que dije movimiento y no filosofía porque fue un movimiento de meditación que influyó prácticamente todo intelectual, político, escritor de la época. Se convirtió en una constante búsqueda de formas muevas de hacer funcionar al cristianismo dentro de una democracia moderna. Era un tejido de pensamiento hecho de retazos de varias partes y de una variedad de ideas. Obviamente no alcanzaba el rigor ni la solidez del pensamiento filosófico. No obstante, donde sí dio frutos y frutos superlativos fue en el campo literario. Cubrió a sus forjadores principales: Ralph Waldo Emerson y Henry David Thoreau y a los poetas propiamente dicho: Walt Whitman y Emily Dickinson, instigó a los novelistas: Herman Melville y Nathaniel Hawthorne para que se le opusieran fieramente y establecieran una especie d anti-trascendentalismo, mientras que el inolvidable Mark Twain se burlaba abiertamente del movimiento creando ciertos personajes trascendentalitas que estaban locos de amarrar. Mucha gente equivocadamente creyó que Twain era trascendentalita, no percatándose de la mofa que le hacía este mago del humor al movimiento. Fue un movimiento totalmente positivo. Una de las críticas más severas de sus detractores fue la falta de explicación de la maldad, su procedencia y presencia en el mundo.

CREENCIAS BASICAS (del Transcendentalismo, Dickinson es otra cosa)

1 La búsqueda de la verdad
2 El individualismo
3 Fuertes lazos con la naturaleza
4 Desarraigo a las cosas materiales
5 Confianza en la intuición
6 La autodependencia
7 Dios se encuentra en la naturaleza ( no confundir con Panteísmo)
8 El individuo nace con todos los conocimientos que necesita
9 La faena del educador es crear conciencia, no enseñar
10 La naturaleza es una Biblia abierta
11 El ser humana nace bueno, la sociedad lo corrompe
12 El poder y la riqueza corrompe al individuo
13 Se llega a Dios por la contemplación individual, en soledad, a la naturaleza
14 la teoría del oversoul(sobrealza, alta contemplación)

Durante los años en que Dickinson permaneció encerrada le pusieron una serie de sobrenombres: La Dama de Amherst, La reina reclusa, La extraña, La loca, La hipersensible, La neurótica, La solitaria, La puritana, La liberal. Lo que sí es, sin lugar a duda, es la poeta por excelencia de los Estados Unidos de América; sin embargo extrañado, no hiciera a Emily Dickinson uno de los personajes de tantos que pululan por sus escenarios, un crítico le preguntó a Tennessee Williams su inquietud.  La respuesta fue: Yo sí me atrevería a decir que Carson Mc Cullers se inspira en ella al crear a su ambivalente personaje Amelia Evans en La Balada del Café Triste y William Faulkner con su desquiciada, solitario y decadente personaje Emily Gruesome en Una Rosa para Emilia hace lo mismo pero ¿para qué si ellos ya lo hicieron?...

Llevó una vida sencilla a pesar de la importancia de su familia en su omunidad.

Su poesía en cambio es poderosa y compleja y cuestiona la naturaleza de la inmortalidad y la muerte.  A veces adquieren características de mantra. Son cortos los versos compactos y como se dice en inglés “pregnant with meaning” y grandes ideas. Su poesía se desplaza por sendas asediadas por grandes paradojas e imprecisiones que inducen a la reflexión. Es autora de más de 1700 poemas que prácticamente fueron desconocidos hasta que su hermana Lavinia los descubriera y los hiciera publicar tras su deceso. La influencia de la religión en su vida es innegable, tanto el Calvinismo como la religión Unitaria con sus ideas y doctrinas y su oposición a algunas de ellas afloran constantemente en sus cartas y poemas. Emily, por ejemplo, se negaba a aceptar la doctrina del Pecado Original. Cuestionaba con insistencia algunas de las posiciones calvinistas y una y otra vez menciona su “exclusión del cielo.” Como trascendentalista suele encontrar a Dios en la naturaleza y no en las religiones organizadas. Hay fluctuaciones y vacilaciones en su comportamiento religioso. Hay momentos de experiencias muy intensas encontradas en soledad y reveladas en su poesía.

A pesar de vivir durante la Guerra de Secesión o Guerra Civil estadounidense (American Civil War, conflicto significativo en la historia de los Estados Unidos de América, que se dio entre 1861 y 1865; entre los estados del Norte, la Unión, contra los recién formados Estados Confederados, integrados por once estados del Sur que proclamaron su independencia); y pertenecer a una familia participante en política casi no se refiere al conflicto ni sus causas ni resultados finales hasta que empieza a perder amigos y parientes porque unos y otros desaparecieron en esa guerra: entonces su silencio fue mayor…

Además de múltiples artículos en Costa Rica en periódicos, revistas especializadas, tesis de grado conversatorios y recitales de poesía hay varias piezas de teatro, especialmente experimentales, pero tal vez lo más destacado ha sido la del dramaturgo norteamericano William Luce, de Portland, Oregón bajo el título de La Belle de Amherst. La pieza se estrenó en Broadway en 1976. Hubo 116 presentaciones, con Julie Harris como protagonista, puesto se trata de una pieza unipersonal basada en las cartas, poemas y notas de Emily Dickinson. Le valió a la protagonista el premio Tony para mejores actuaciones en obras de carácter dramática. Se montó en Costa Rica con Haydee de Lev como protagonista y Daniel Gallegos como director. Por cierto para mi una actuación impecable de doña Haydee. Me hizo recordar a Bélgica Castro acompañada por Efraín Valverde en Apareció la Margarita y más recientemente a Marco Palma en Los Frutos de mi Vida ambas también monólogos. Después de varias presentaciones en Costa Rica visitó varios países, entre ellos México donde cosechó gran éxito al tomar parte en el xvi Festival Cervantino en Guanajuato en octubre de 1988.

La soledad es nueva para usted, Maestro:
permítame conducirlo

  Le escribió a Thomas W. Higginson. tanto su amigo como detractor; con motivo de la muerte de su esposa, documento que demuestra que es falsa la apariencia de monotonía y enfermedad mental que erróneamente muchos atribuyen a estos últimos años de la artista. Las misivas de esta época son poemas en prosa: una o dos palabras por renglón y una actitud vital atenta y brillante que encantaba a los destinatarios:

Mamá fue de paseo, y volvió con una flor sobre su chal,
para que supiéramos que la nieve se había ido.
A Noé le hubiese gustado mi madre...
La gata tuvo gatitos en el tonel de virutas,
y papá camina como Cromwell cuando se apasiona...
 Aunque le encantaban los juegos de sus carteros personales, sus sobrinos, jugando en el terreno linderos, de ellos escribiría:

Me parecen una nación de felpa o una raza de plumón…
cuando murió el menor de los hijos de Aus y Sue, el espíritu de Emily, que adoraba a ese niño, se quebró definitivamente: prácticamente todo el verano de  1884 pasó postrada por el Mal de Bright, la misma nefritis que acabó con Mozart: a principios de 1886 sus primas recibirían esta nota: Me llaman…inconclusa porque pasó de la inconsciencia a la muerte el 15 de mayo de 1886…

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Obra y Palabra
Obra escogida. México: Ed. Centauro, 1945.
  • Poemas: The End. Selección y versión de M. Manent. Madrid: Alberto Corazón, Vol. XXXIX de la Colección Visor de Poesía, 1973.
  • Cien poemas. Traducción de Ricardo Jordana y María Dolores Macarulla. Editorial Bosch, 1980.
  • Poemas. Traducción de Silvina Ocampo y prólogo de Jorge Luis Borges. Tusquets Editores, 1985.
  • Poemas. Traducción de Margarita Ardanaz. Edición bilingüe. Ed. Cátedra, 1987..
  • La soledad sonora. Versión de Lorenzo Oliván. Editorial Pre-textos, 2001.
  • Crónica de plata (Poemas escogidos). Traducción de Manuel Villar Raso. Hiperión, 2001..
  • Antología bilingüe. Traducción de Amalia Rodríguez Monroy. Alianza Editorial, 2001.
  • Emily Dickinson (1830-1886): Comió y bebió las palabras preciosas. Traducción de Ana Mañeru Méndez. Madrid: Ediciones del Orto, Biblioteca de Mujeres, 2002..
  • Emily Dickinson. Los Sótanos del Alma. Introducción, selección, traducción y comentarios por Anna Maria Leoni. Ediciones El otro, el mismo y CDCHT ULA. Mérida, Venezuela, 2002.
  • 71 Poemas. Traducción de Nicole D'Amonville Alegría. Editorial Lumen. 2003. ISBN 42-64-28-703.
  • Amor infiel. Versión de Nuria Amat. Ed. Losada, 2004..
  • Algunos poemas más. Traducción de Carlos Pujol. Granada: Comares, 2006.
  • En mi flor me he escondido. Versiones de José Manuel Arango. Edición bilingüe. Editorial Universidad de Antioquia, 2006.
  • Poemas a la muerte. Selección y traducción de Rubén Martín. Madrid: Bartleby Ediciones, 2010.

Para La Coleccionista de Espejos:
Franklyn Perry Price…


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