Imagen tomada de Internet |
A instancia de Elliette Ramírez, fuimos Delia y yo al Museo de Arte y Diseño Contemporáneo del Ministerio de Cultura y Juventud, a la exposición del artista costarricense radicado en Francia, Carlos Poveda. Como en tantos otros casos nos hubiera gustado haber encontrado allí más de los creadores nuestros. Don Carlos tomó su tiempo para darnos un paseo y una serie de acotaciones y detalles íntimos de cada pieza expuesta.
A esta altura del tiempo, con un dejo de orgullo afirmó haberse iniciado en el arte como autodidacta, desde las primeras lecciones en la escuela a través del dictado que recibía de la maestra, quien en su opinión, fue la descubridora de su inclinación a la representación gráfica de objetos e ideas que el convertía en dibujos; pero fundamentalmente mediante la observación de otros seres y objetos que pueblan este mundo en que vivimos. De paso, recordó al Grupo de los Ocho, como inspirador y cómplice, ocasión que me puso a pensar en el delicado equilibrio de la sencillez, entonces recordé que, …un cuadro puede ser sumamente hermoso, nos dice siempre Rodrigo Cambronero, uno de los más minuciosos enmarcadores que conozco, pero si no tiene el enmarcado que contribuya a la integración del fondo y la forma, sufrirá menoscabo por esa carencia. Claro, hay que reconocer que aunado a ello, el museo elaboró con esmero los espacios propicios para que la muestra demostrara una personalidad brabante y regia: las paredes, las salas, los colores, luz y penumbra, alternabilidad entre instalaciones verticales y sobre estantes horizontales, los pisos antiguos y el cielorraso remozado por las adaptaciones particulares, cerraron el círculo alrededor de la magia de cada objeto y de la exposición en general.
Debo confesar que aprecio el tiempo que nos dedicó el artista, porque lo convirtió en un ser cercano a este mundo tan frío que es la cultura en los últimos años, en donde de no asistir a las inauguraciones, todo lo demás pasa por anónimo y se instaura una distancia que se convierte en el monstruo de los supuestos inexplicables. Poco a poco mediante una conversación detallada, don Carlos destruyó con suavidad, algunos de nuestros supuestos, acercamiento y apreciaciones sobre el arte, el uso de materiales, colores amorfos, y cómo podemos transformarlos en cualquier objeto de nuestra fantasía. Por eso, Dell y yo nos desbandamos un instante para disfrutar de la increíble comunicación reinante entre nuestras almas y cada una de las piezas de Poveda.
Fue también de sumo provecho y descanso estético la oportunidad de sentarnos a ver el video y que hábilmente colocaron al final de la exposición.
Ah; por cierto se llama O-CULTO, es decir como lo que se oculta de la mirada de lo que vemos habitualmente y corre de julio a setiembre del 2011
Para La Coleccionista de Espejos:
Franklyn Perry P
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